Salvia: "Sin los programas de asistencia social la pobreza se acercaría al 50%"
Por:
Carlos Boyadjian
Jueves 24 de
Septiembre 2020
Para este referente ineludible en temas sociales, el segundo trimestre marcó una profundización de la pobreza en el país, alcanzando al 45% de los hogares y al 60% de los niños.
Consideró que sin la asistencia oficial la pobreza hubiera sumado "cuatro o cinco puntos más" y el desempleo "hubiera llegado al 15%". Consideró que como primer paso para el día después el Gobierno debe convocar a un acuerdo político amplio para dar señales a los agentes económicos y a la ciudadanía en su conjunto.
- ¿Cuál es hoy la foto de la pobreza y la indigencia?
- El 35% de la población ya estaba en situación de pobreza en el segundo semestre de 2019 y el 38% en el último trimestre. Según nuestra medición esto había bajado al 35% en el primer trimestre de 2020, teniendo en cuenta los bonos de diciembre, la jubilación, aguinaldos, la tarjeta Alimentar. Luego vino la pandemia y cayó el PBI (19%), cerraron más de 20.000 empresas, según datos oficiales más de 320.000 trabajadores formales perdieron su empleo, de acuerdo al Observatorio sabemos que además hay 650.000 empleos que se perdieron en el sector informal. Por estimación y por microsimulación a nosotros nos da que la pobreza está en un piso de 45% y dentro de éstos un 10% de indigentes.
- Hubo un claro retroceso.
- Sí, casi se duplicó la inseguridad alimentaria severa en términos de hogares, de 7% a casi 14%. El segundo trimestre golpeó fuerte a nivel de actividad, pensamos que estamos en una situación de crisis como en 2002, sin embargo, el impacto en materia de desempleo y de pobreza va a ser mucho menor que en 2002.
- ¿A qué responde eso?
- Estimamos que los programas como IFE, los bonos y tarjeta Alimentar en el segundo trimestre contribuyen a bajar la pobreza entre 4 y 5 puntos. Sin esas transferencias la pobreza sería alrededor del 50%.Y medidas como la prohibición a los despidos o la doble indemnización evitaron que aumentara explosivamente el desempleo. Es posible que en el segundo trimestre haya habido una caída de la tasa de actividad, que es la población que trabaja o busca trabajo. Sin embargo, se estima que se perdieron no menos de un millón de empleos a pesar de que las tasas no lo registren.
- Eso a pesar de las medidas de protección al empleo.
- Exactamente. Sin eso el desempleo hubiese aumentado hasta alrededor del 15% y todo eso es mejor que el 25% de desocupación de 2002.
- ¿Cómo impactó la pobreza en la infancia?
- Hogares con niños sin programas de protección social, sino que dependían de su trabajo formal o informal, cuentapropistas y pequeños comerciantes cayeron en la pobreza. Esos hogares de clase media baja cayeron en la pobreza y no tienen claro cómo va a seguir el día después. También hubo un componente de los sectores pobres que se empobreció aún más y profundizó su exclusión pero otro que mejoró su situación relativa.
- ¿Cómo es eso?
- Los que dependían menos de ingresos laborales tuvieron una acumulación de incentivos económicos (IFE, tarjeta Alimentar, AUH, bonos) que logró sacarlos de la pobreza e incluso de la indigencia. Los que dependían más de sus changas o sus trabajos informales y tenían menos niños, tuvieron más vulnerabilidad y cayeron más. Al segundo trimestre el 60% de los niños vivía en un hogar pobre pero fueron los que menos aumentaron la pobreza entre el primero y el segundo trimestre.
- ¿En qué quedó el programa Argentina contra el Hambre?
Hubo una reunión hace dos o tres semanas. Desde el Observatorio estamos dispuestos a colaborar en un plan integral de lucha contra el hambre y la malnutrición pero en contra de que esto forme parte de una foto y del marketing político. Estamos estudiando el impacto de la tarjeta Alimentar, los efectos nutricionales y alimentarios de las políticas sociales. Ésa es la mejor contribución que le podemos dar al Estado para pensar en un plan contra el hambre. Estar en la mesa no parece ser lo que contribuya mejor.
- ¿Cómo se resuelve de fondo el flagelo de la pobreza?
- No hay dudas, de esta crisis se sale con más trabajo, la gente necesita más y mejor trabajo. Para eso la política económica hace mucho más que una política social.
- ¿Se puede recuperar la economía en 2021 con 45% de pobreza?
- Hasta hace dos meses tenía expectativa de que así fuese, hoy tengo mucha incertidumbre. No veo las precondiciones para que eso pase. Alguien en el Gobierno puede pensar que el rebote en la economía podrá ocurrir pero eso depende de agentes económicos, de que alguien un día saque la plata del colchón y la invierta, que otro levante las persianas y contrate gente, y que otro diga voy a tener ingresos y consumo.
- ¿Cómo imagina la situación social en ese contexto?
- La veo empeorando. Busquemos el mejor escenario posible: no hay devaluación, vuelve la inversión y hay una reactivación, del 5% o tal vez del 3%. En ese caso la pobreza seguiría como ahora y tendríamos chances para pensar en una política productiva. Pero ese escenario no sé si es el más probable en este contexto.Todo depende de la situación económica.
- ¿Qué papel le asigna al diálogo social en la pospandemia? La mesa de consenso con empresarios y sindicalistas no avanzó demasiado.
- Hay que convocar a los partidos de oficialismo y oposición a pensar la política del día después, ésa es la mejor señal que pueden recibir, tanto empresarios como trabajadores y la sociedad en su conjunto, para decir este país tiene una posibilidad.
- ¿Cuál es hoy la foto de la pobreza y la indigencia?
- El 35% de la población ya estaba en situación de pobreza en el segundo semestre de 2019 y el 38% en el último trimestre. Según nuestra medición esto había bajado al 35% en el primer trimestre de 2020, teniendo en cuenta los bonos de diciembre, la jubilación, aguinaldos, la tarjeta Alimentar. Luego vino la pandemia y cayó el PBI (19%), cerraron más de 20.000 empresas, según datos oficiales más de 320.000 trabajadores formales perdieron su empleo, de acuerdo al Observatorio sabemos que además hay 650.000 empleos que se perdieron en el sector informal. Por estimación y por microsimulación a nosotros nos da que la pobreza está en un piso de 45% y dentro de éstos un 10% de indigentes.
- Hubo un claro retroceso.
- Sí, casi se duplicó la inseguridad alimentaria severa en términos de hogares, de 7% a casi 14%. El segundo trimestre golpeó fuerte a nivel de actividad, pensamos que estamos en una situación de crisis como en 2002, sin embargo, el impacto en materia de desempleo y de pobreza va a ser mucho menor que en 2002.
- ¿A qué responde eso?
- Estimamos que los programas como IFE, los bonos y tarjeta Alimentar en el segundo trimestre contribuyen a bajar la pobreza entre 4 y 5 puntos. Sin esas transferencias la pobreza sería alrededor del 50%.Y medidas como la prohibición a los despidos o la doble indemnización evitaron que aumentara explosivamente el desempleo. Es posible que en el segundo trimestre haya habido una caída de la tasa de actividad, que es la población que trabaja o busca trabajo. Sin embargo, se estima que se perdieron no menos de un millón de empleos a pesar de que las tasas no lo registren.
- Eso a pesar de las medidas de protección al empleo.
- Exactamente. Sin eso el desempleo hubiese aumentado hasta alrededor del 15% y todo eso es mejor que el 25% de desocupación de 2002.
- ¿Cómo impactó la pobreza en la infancia?
- Hogares con niños sin programas de protección social, sino que dependían de su trabajo formal o informal, cuentapropistas y pequeños comerciantes cayeron en la pobreza. Esos hogares de clase media baja cayeron en la pobreza y no tienen claro cómo va a seguir el día después. También hubo un componente de los sectores pobres que se empobreció aún más y profundizó su exclusión pero otro que mejoró su situación relativa.
- ¿Cómo es eso?
- Los que dependían menos de ingresos laborales tuvieron una acumulación de incentivos económicos (IFE, tarjeta Alimentar, AUH, bonos) que logró sacarlos de la pobreza e incluso de la indigencia. Los que dependían más de sus changas o sus trabajos informales y tenían menos niños, tuvieron más vulnerabilidad y cayeron más. Al segundo trimestre el 60% de los niños vivía en un hogar pobre pero fueron los que menos aumentaron la pobreza entre el primero y el segundo trimestre.
- ¿En qué quedó el programa Argentina contra el Hambre?
Hubo una reunión hace dos o tres semanas. Desde el Observatorio estamos dispuestos a colaborar en un plan integral de lucha contra el hambre y la malnutrición pero en contra de que esto forme parte de una foto y del marketing político. Estamos estudiando el impacto de la tarjeta Alimentar, los efectos nutricionales y alimentarios de las políticas sociales. Ésa es la mejor contribución que le podemos dar al Estado para pensar en un plan contra el hambre. Estar en la mesa no parece ser lo que contribuya mejor.
- ¿Cómo se resuelve de fondo el flagelo de la pobreza?
- No hay dudas, de esta crisis se sale con más trabajo, la gente necesita más y mejor trabajo. Para eso la política económica hace mucho más que una política social.
- ¿Se puede recuperar la economía en 2021 con 45% de pobreza?
- Hasta hace dos meses tenía expectativa de que así fuese, hoy tengo mucha incertidumbre. No veo las precondiciones para que eso pase. Alguien en el Gobierno puede pensar que el rebote en la economía podrá ocurrir pero eso depende de agentes económicos, de que alguien un día saque la plata del colchón y la invierta, que otro levante las persianas y contrate gente, y que otro diga voy a tener ingresos y consumo.
- ¿Cómo imagina la situación social en ese contexto?
- La veo empeorando. Busquemos el mejor escenario posible: no hay devaluación, vuelve la inversión y hay una reactivación, del 5% o tal vez del 3%. En ese caso la pobreza seguiría como ahora y tendríamos chances para pensar en una política productiva. Pero ese escenario no sé si es el más probable en este contexto.Todo depende de la situación económica.
- ¿Qué papel le asigna al diálogo social en la pospandemia? La mesa de consenso con empresarios y sindicalistas no avanzó demasiado.
- Hay que convocar a los partidos de oficialismo y oposición a pensar la política del día después, ésa es la mejor señal que pueden recibir, tanto empresarios como trabajadores y la sociedad en su conjunto, para decir este país tiene una posibilidad.
Con información de
Cronista
