25 DE ABRIL 2024
María Eugenia Vidal, con certezas importantes y dudas que subsisten, se prueba en la dimensión internacional
Viernes 11 de
Junio 2021
Llueve en Washington como si fuera otoño, pero María Eugenia Vidal sonríe. Está probando su costado internacional, sumergiéndose en algo que le interesó de joven, pero que dejó de lado cuando la intensidad argentina la devoró para la política local.
“Viajé para mantener reuniones con la OEA, con el objetivo de mantener conversaciones con sus equipos de trabajo, además de visitar algunos organismos internacionales y ONGS que trabajan diferentes proyectos en la región”, dijo Vidal en sus primeras horas en la capital de Estados Unidos, donde este viernes se reunió con el secretario general de la OEA (Organización de los Estados Americanos), el uruguayo Luis Almagro.
Vidal fue jefa de la misión de observación de la OEA en las recientes elecciones parlamentarias de El Salvador, un país que está viviendo un fenómeno político de alta efervescencia y no escaso peligro con Nayib Bukele en la presidencia. Disfrutó de la experiencia y quiere más. Y Almagro, que goza de nulas simpatías en la Casa Rosada y el Palacio San Martín, le dará más.
El ex canciller uruguayo se exhibió hoy en sus redes sociales con la ex gobernadora de Buenos Aires y dejó un mensaje tan claro como escueto: “Reunión con María Eugenia Vidal sobre trabajo que hará con Secretaría para el Fortalecimiento de la Democracia de la OEA sobre la participación política de mujeres en procesos electorales”.
Fuera de la OEA, Vidal se reunió y se reunirá en estos días con funcionarios de otros organismos internacionales con sede en Washington. Y el jueves fue invitada por Inter American Dialogue, uno de los múltiples think tanks de la capital estadounidense, para dar su visión sobre la Argentina. Junto a la ex gobernadora viajaron su ex ministro de Economía, Hernán Lacunza y el diputado Alex Campbell.
La pata local la sostienen Santiago Cantón, ex secretario de Derechos Humanos del gobierno de Vidal, y Gabriel Sánchez Zinny, su ex ministro de Educación y hombre experto en los laberintos políticos de Washington. Apoyada en ese cuarteto, Vidal se mueve con agilidad por las calles y edificios de estilo neoclásico en una ciudad que respira política.
A partir de esta fin de semana, ya en Nueva York, el panorama cambiará. Otra arquitectura, otro tipo de ciudad, reuniones con bancos y fondos de inversion y mucho tiempo para reflexionar a lo largo de varios días en la Gran Manzana.
Vidal quiere, dice, “continuar aprendiendo”, pero habla también de prepararse “para los desafíos que tiene la Argentina por delante”. La pregunta abierta es si esos desafíos contarán con ella. Parte de la respuesta ya la dio: quiere ser presidente en 2023. Y otra parte, no: ¿se puede aspirar a la presidencia sin ser parte de la lucha electoral de 2021?.
Ahí Vidal apela a su arma más conocida, la sonrisa, y ya no suelta prenda. Hay que hablar con su gente más cercana para intentar saber más, y las novedades son pocas: ser candidata en 2021 es una posibilidad que sigue abierta, pero no está definida. Pronto, aunque difícilmente la semana que viene, anunciará que hará. Si finalmente no se presenta, se la verá con más frecuencia por Washington, porque habrá margen para que su papel en la OEA crezca.
¿Y en 2023? ¿Qué hará si Horacio Rodríguez Larreta, su mentor y socio político, se presenta también a la presidencia, que es lo que todos saben qué hará? Política a largo plazo, pero con algo parecido a una certeza: a diferencia de lo que podría suceder este año entre Vidal y Patricia Bullrich, Vidal y Rodríguez Larreta jamás se medirán en una interna. Lo resolverán de otra manera.
Vidal fue jefa de la misión de observación de la OEA en las recientes elecciones parlamentarias de El Salvador, un país que está viviendo un fenómeno político de alta efervescencia y no escaso peligro con Nayib Bukele en la presidencia. Disfrutó de la experiencia y quiere más. Y Almagro, que goza de nulas simpatías en la Casa Rosada y el Palacio San Martín, le dará más.
El ex canciller uruguayo se exhibió hoy en sus redes sociales con la ex gobernadora de Buenos Aires y dejó un mensaje tan claro como escueto: “Reunión con María Eugenia Vidal sobre trabajo que hará con Secretaría para el Fortalecimiento de la Democracia de la OEA sobre la participación política de mujeres en procesos electorales”.
Fuera de la OEA, Vidal se reunió y se reunirá en estos días con funcionarios de otros organismos internacionales con sede en Washington. Y el jueves fue invitada por Inter American Dialogue, uno de los múltiples think tanks de la capital estadounidense, para dar su visión sobre la Argentina. Junto a la ex gobernadora viajaron su ex ministro de Economía, Hernán Lacunza y el diputado Alex Campbell.
La pata local la sostienen Santiago Cantón, ex secretario de Derechos Humanos del gobierno de Vidal, y Gabriel Sánchez Zinny, su ex ministro de Educación y hombre experto en los laberintos políticos de Washington. Apoyada en ese cuarteto, Vidal se mueve con agilidad por las calles y edificios de estilo neoclásico en una ciudad que respira política.
A partir de esta fin de semana, ya en Nueva York, el panorama cambiará. Otra arquitectura, otro tipo de ciudad, reuniones con bancos y fondos de inversion y mucho tiempo para reflexionar a lo largo de varios días en la Gran Manzana.
Vidal quiere, dice, “continuar aprendiendo”, pero habla también de prepararse “para los desafíos que tiene la Argentina por delante”. La pregunta abierta es si esos desafíos contarán con ella. Parte de la respuesta ya la dio: quiere ser presidente en 2023. Y otra parte, no: ¿se puede aspirar a la presidencia sin ser parte de la lucha electoral de 2021?.
Ahí Vidal apela a su arma más conocida, la sonrisa, y ya no suelta prenda. Hay que hablar con su gente más cercana para intentar saber más, y las novedades son pocas: ser candidata en 2021 es una posibilidad que sigue abierta, pero no está definida. Pronto, aunque difícilmente la semana que viene, anunciará que hará. Si finalmente no se presenta, se la verá con más frecuencia por Washington, porque habrá margen para que su papel en la OEA crezca.
¿Y en 2023? ¿Qué hará si Horacio Rodríguez Larreta, su mentor y socio político, se presenta también a la presidencia, que es lo que todos saben qué hará? Política a largo plazo, pero con algo parecido a una certeza: a diferencia de lo que podría suceder este año entre Vidal y Patricia Bullrich, Vidal y Rodríguez Larreta jamás se medirán en una interna. Lo resolverán de otra manera.
Con información de
Infobae