Qué son los ejercicios de Kegel, para qué sirven y por qué mejoran la salud íntima y la vida sexual
Jueves 05 de
Agosto 2021
Los ejercicios de Kegel, ginecólogo californiano que los creó en 1947 para fortalecer el suelo pélvico y evitar así la incontinencia urinaria, siguen de plena actualidad. Y pueden hacer mucho no solo para lo que fueron creados, sino también por una plena vida sexual.
Los ejercicios de Kegel pueden sonar aburridos, repetitivos, fastidiosos.. y muchas pueden preguntarse para qué sirven en realidad. A ninguna mujer le puede parecer atractiva la idea de ponerse a realizar unas rutinas de 'fitness íntimo', cuya principal utilidad es la de prevenir la incontinencia urinaria, sobre todo cuando todavía ve como remota la posibilidad tener ese problema algún día.
Por eso resulta más que curioso ver cómo la indiferencia se torna interés al escuchar que también pueden contribuir a tener unas relaciones sexuales más placenteras, tanto para ella como para su pareja.
La verdad es que cuando el ginecólogo californianoArnold Kegel propuso en 1947 los ejercicios que llevan su nombre, no estaba pensando en mejorar la vida sexual de nadie. Su interés estaba centrado en un trastorno, el de la incontinencia urinaria, al que hasta entonces ningún médico había prestado atención (total, era un "problema femenino").
FORTALECER EL SUELO PÉLVICO Y EVITAR LA INCONTINENCIA
La cosa es que aproximadamente una de cada tres mujeres a partir de 50 años y el 18% de las que tienen entre 26 y 45 sufre incontinencia urinaria, según datos de la compañía sueca Intimina, dedicada a cuidar los aspectos de la salud íntima femenina.
Un problema que aunque no es exclusivo afecta especialmente debido al 'desgaste' del suelo pélvico que provocan tanto los partos como los cambios hormonales que se producen durante la menopausia. Y, también, aunque sea menos conocido, por la práctica de algunos deportes.
EN QUÉ CONSISTEN LOS EJERCICIOS DE KEGEL
Básicamente estos ejercicios consisten en contraer y relajar los músculos del suelo pélvico ayudándose de la respiración. Son muy sencillos y basta con dedicarles cinco o 10 minutos al día, porque la clave para que funcionen está en la constancia. Por eso lo mejor es realizar varias sesiones de cinco minutos cada una a lo largo de la jornada, y estar completamente tranquilos cuando nos pongamos a ello, para ser plenamente conscientes del movimiento y hacerlo bien; si no, no serán útiles.
KEGEL SIGUE DE PLENA ACTUALIDAD
La propuesta de Kegel, la de que se podía mejorar este inconveniente ejercitando los músculos del suelo de la pelvis -los que sujetan todas las estructuras de la cavidad pélvica: útero, vejiga, recto...-, está hoy más vigente que nunca, y no sólo como tratamiento, sino también como prevención.
De hecho, la preparación de esta musculatura debería comenzar cuando las niñas son adolescentes y prolongarse durante toda la vida. Así se evitarían problemas durante el embarazo, en el posparto, en la menopausia e, incluso, en la tercera edad. No debemos olvidar que lo que estamos trabajando cuando practicamos estos ejercicios son músculos y como cualquier músculo, mantenerlo en forma es más fácil si empezamos a hacerlo cuando somos jóvenes. De cajón.
DOS PÁJAROS DE UN TIRO
Pero los ejercicios de Kegel han ido, con el tiempo, sacando a la luz otra aplicación mucho más placentera: cuando la mujer los pone en práctica, activa la circulación de las paredes vaginales, lo que le hace 'sentir' más. A menudo oímos que en la vagina no hay terminaciones nerviosas y que, por tanto, en ella no se nota placer.
Eso es una tontería. Y si no, que les pregunten a las mujeres si notan o no algo cuando se les realiza una exploración ginecológica... Lo que pasa es que hemos pasado de ignorar la existencia del clítoris a darle un protagonismo único.
Para Jen Gunter, autora del estupendo 'La biblia de la vagina' (Libros Cúpula), los ejercicios de Kegel pueden usarse, entre otras cosas, para solucionar dificultades para alcanzar el orgasmo o frente al orgasmo débil.
Explica esta ginecóloga que los músculos del suelo pélvico, de hecho, se contraen involuntariamente durante el orgasmo un promedio de 3 a 15 veces. Cuanto más entrenado y fuerte esté, mayor será la contracción y mayor el placer.
Activar las paredes vaginales es también muy útil en la menopausia, cuando sufren una falta de lubricación y un 'envejecimiento'. Y con los Kegel activamos la circulación ayudando a retrasar ese deterioro. No olvidemos que la menopausia aparece a edades en que la mujer aún está activa sexualmente.
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Más buenas noticias: estos ejercicios también pueden incrementar el placer masculino; evidentemente, cuando la mujer aprende a contraer las paredes de la vagina también proporciona más satisfacción sexual a su compañero.
¿Que no te acuerdas de cómo se hacían los ejercicios de Kegel? Mi compañera Marisa del Bosque lo contaba recientemente en este artículo de Yo Dona.
Por eso resulta más que curioso ver cómo la indiferencia se torna interés al escuchar que también pueden contribuir a tener unas relaciones sexuales más placenteras, tanto para ella como para su pareja.
La verdad es que cuando el ginecólogo californianoArnold Kegel propuso en 1947 los ejercicios que llevan su nombre, no estaba pensando en mejorar la vida sexual de nadie. Su interés estaba centrado en un trastorno, el de la incontinencia urinaria, al que hasta entonces ningún médico había prestado atención (total, era un "problema femenino").
FORTALECER EL SUELO PÉLVICO Y EVITAR LA INCONTINENCIA
La cosa es que aproximadamente una de cada tres mujeres a partir de 50 años y el 18% de las que tienen entre 26 y 45 sufre incontinencia urinaria, según datos de la compañía sueca Intimina, dedicada a cuidar los aspectos de la salud íntima femenina.
Un problema que aunque no es exclusivo afecta especialmente debido al 'desgaste' del suelo pélvico que provocan tanto los partos como los cambios hormonales que se producen durante la menopausia. Y, también, aunque sea menos conocido, por la práctica de algunos deportes.
EN QUÉ CONSISTEN LOS EJERCICIOS DE KEGEL
Básicamente estos ejercicios consisten en contraer y relajar los músculos del suelo pélvico ayudándose de la respiración. Son muy sencillos y basta con dedicarles cinco o 10 minutos al día, porque la clave para que funcionen está en la constancia. Por eso lo mejor es realizar varias sesiones de cinco minutos cada una a lo largo de la jornada, y estar completamente tranquilos cuando nos pongamos a ello, para ser plenamente conscientes del movimiento y hacerlo bien; si no, no serán útiles.
KEGEL SIGUE DE PLENA ACTUALIDAD
La propuesta de Kegel, la de que se podía mejorar este inconveniente ejercitando los músculos del suelo de la pelvis -los que sujetan todas las estructuras de la cavidad pélvica: útero, vejiga, recto...-, está hoy más vigente que nunca, y no sólo como tratamiento, sino también como prevención.
De hecho, la preparación de esta musculatura debería comenzar cuando las niñas son adolescentes y prolongarse durante toda la vida. Así se evitarían problemas durante el embarazo, en el posparto, en la menopausia e, incluso, en la tercera edad. No debemos olvidar que lo que estamos trabajando cuando practicamos estos ejercicios son músculos y como cualquier músculo, mantenerlo en forma es más fácil si empezamos a hacerlo cuando somos jóvenes. De cajón.
DOS PÁJAROS DE UN TIRO
Pero los ejercicios de Kegel han ido, con el tiempo, sacando a la luz otra aplicación mucho más placentera: cuando la mujer los pone en práctica, activa la circulación de las paredes vaginales, lo que le hace 'sentir' más. A menudo oímos que en la vagina no hay terminaciones nerviosas y que, por tanto, en ella no se nota placer.
Eso es una tontería. Y si no, que les pregunten a las mujeres si notan o no algo cuando se les realiza una exploración ginecológica... Lo que pasa es que hemos pasado de ignorar la existencia del clítoris a darle un protagonismo único.
Para Jen Gunter, autora del estupendo 'La biblia de la vagina' (Libros Cúpula), los ejercicios de Kegel pueden usarse, entre otras cosas, para solucionar dificultades para alcanzar el orgasmo o frente al orgasmo débil.
Explica esta ginecóloga que los músculos del suelo pélvico, de hecho, se contraen involuntariamente durante el orgasmo un promedio de 3 a 15 veces. Cuanto más entrenado y fuerte esté, mayor será la contracción y mayor el placer.
Activar las paredes vaginales es también muy útil en la menopausia, cuando sufren una falta de lubricación y un 'envejecimiento'. Y con los Kegel activamos la circulación ayudando a retrasar ese deterioro. No olvidemos que la menopausia aparece a edades en que la mujer aún está activa sexualmente.
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¿Que no te acuerdas de cómo se hacían los ejercicios de Kegel? Mi compañera Marisa del Bosque lo contaba recientemente en este artículo de Yo Dona.