THE WASHINGTON POST
Legisladores y empresarios comienzan a dar señales de alarma sobre la disminución de la ayuda federal, a medida que aumentan los casos de omicron en todo EE. UU.
Por:
Tony Romm
Domingo 19 de
Diciembre 2021
La Casa Blanca está monitoreando la situación, señalando que los programas existentes en el Plan de Rescate de Estados Unidos deberían ayudar al país a sobrellevar cualquier viento en contra económico inmediato.
La rápida llegada de una nueva variante del coronavirus ha reavivado la ansiedad económica en Washington, ya que los legisladores del Congreso, los líderes empresariales y los defensores de los consumidores comienzan a preocuparse por si hay suficiente ayuda federal para proteger a los estadounidenses de otra ronda de desesperación financiera.
En el transcurso de la pandemia de casi dos años, el Congreso ha comprometido casi $ 6 billones para combatir el contagio y sacar una economía maltrecha del borde del abismo. Pero algunos de los programas más importantes para mantener a flote las empresas y ayudar a los hogares a pagar las facturas han expirado o se han quedado sin fondos, lo que genera nuevos riesgos para el futuro de la recuperación del país, especialmente a medida que la onda de la variante omicron comienza a afianzarse.
No queda dinero federal para mantener abiertos los restaurantes. La ayuda para salas de conciertos y otros espacios de actuación con hambre de clientes casi se ha agotado. Los funcionarios federales terminaron su esfuerzo principal que inyectó dinero en pequeñas empresas con balances bajos y dejaron de pagar sumas adicionales a los trabajadores que están sin trabajo.
Las protecciones federales de préstamos estudiantiles expiran inminentemente, lo que significa que las facturas de los estudiantes vencerán a principios del próximo año. Una iniciativa de estímulo del presidente Biden que proporcionó pagos mensuales a más de 35 millones de familias con niños puede haber emitido su última ronda de depósitos el miércoles pasado . Y los intentos de extender esos beneficios fiscales, o abordar una gama más amplia de problemas financieros a largo plazo que enfrentan los padres, se han estancado nuevamente en Capitol Hill.
"Me preocupa que vayan a tener muchos, muchos estadounidenses vulnerables, estadounidenses con niños pequeños, por ejemplo, cayendo entre las grietas", dijo el senador Ron Wyden (D-Ore.), Y agregó: "Enero parece un mes difícil con respecto a omicron ”.
Tanto los funcionarios de salud pública como los economistas reconocen que se sabe poco sobre el patógeno modificado y los efectos que, en última instancia, puede tener en una economía que se recuperó recientemente. Incluso cuando las tasas de casos en EE. UU. Suben hacia nuevos máximos potenciales, la economía en sí permanece fuerte, evitando los despidos masivos y otras dificultades que se vieron durante los días más oscuros de la pandemia.
Mientras tanto, la Casa Blanca expresó su confianza esta semana en que miles de millones de dólares permanezcan disponibles como parte del Plan de Rescate Estadounidense de 1,9 billones de dólares adoptado a principios de este año, incluidos los fondos entregados a los estados y las escuelas. Eso podría ayudar a mitigar cualquier impacto inmediato de la variante omicron, según Gene Sperling, uno de los principales asesores económicos de Biden.
“Creemos que las personas deben sentirse tranquilas por lo fuertes que son el mercado laboral y la economía ahora, y el hecho de que todavía hay recursos en el Plan de Rescate de Estados Unidos que pueden ayudar a enfrentar los desafíos persistentes o los inevitables obstáculos en el camino de la recuperación económica y recuperación de covid ”, dijo.
Pero Sperling agregó que la Casa Blanca está vigilando de cerca la economía en busca de signos de tensión potencial. "Como siempre, seguiremos de cerca si los desarrollos futuros requerirán algunos recursos específicos", dijo.
En el apogeo de la pandemia, el costo económico causado por el coronavirus a veces parecía insondable. Aproximadamente 40 millones de estadounidenses en algún momento habían perdido sus trabajos. Muchos pronto tuvieron dificultades para pagar los alquileres y pagar las facturas. Y los estudiantes de todo el país se vieron obligados a aprender en casa, lo que se sumó a la carga de sus padres, que tenían que manejar responsabilidades simultáneas como trabajadores y cuidadores.
Las empresas enfrentaron sus propios golpes económicos devastadores, y muchas se vieron obligadas a cerrar, en algunos casos para siempre, después de que los estados emitieron una amplia gama de órdenes de cierre para detener la propagación de una pandemia mortal para la que no había cura. Y las ciudades y los estados pronto se encontraron despidiendo a trabajadores en masa, amenazando a los gobiernos locales y su capacidad para proporcionar servicios a los necesitados.
Estados Unidos está mejor equipado ahora que en marzo de 2020, con vacunas listas, nuevas píldoras antivirales en camino y una gran cantidad de conocimiento científico a disposición de los médicos. Las rápidas mejoras son en gran parte el resultado de nueve paquetes de gastos, por un total de más de $ 5 billones y adoptados principalmente sobre una base bipartidista, lo que también ayudó a rescatar a la economía de su caída en picada.
Solo los demócratas aprobaron la iniciativa de ayuda más reciente, el Plan de Rescate Estadounidense, asegurando varias inversiones a pesar de las abrumadoras objeciones republicanas esta primavera que Biden ha promocionado como esencial para reducir el desempleo a su nivel más bajo en décadas. En promedio, Estados Unidos ha agregado aproximadamente medio millón de empleos por mes este año. Y el Nasdaq y el S&P 500 terminarán el año con un alza de alrededor del 20 por ciento, lo que refleja una nueva tranquilidad en Wall Street.
Pero eso fue todo antes de que las variantes delta y omicron amenazaran de nuevo con abrumar la economía y el sistema de salud pública por igual. Una vez más, los escaparates y las escuelas están cerrando, los restaurantes están limitando sus servicios, las ligas deportivas están posponiendo sus juegos y los viajes y el turismo se enfrentan a interrupciones masivas en el apogeo de la temporada festiva ocupada.
Al entrar en la nueva fase más incierta de la pandemia, una franja significativa de ayuda federal dirigida a trabajadores y empresas "ya se ha gastado", dijo Marc Goldwein, vicepresidente senior del Comité para un Presupuesto Federal Responsable, que rastrea el gasto del gobierno. Según las estimaciones de la organización, aproximadamente $ 4,9 billones de los $ 5,7 billones estimados en ayuda de emergencia autorizada por el Congreso desde el inicio de la pandemia se han gastado o comprometido. Eso incluye los dólares reservados para un propósito que aún no se han pagado.
Una de las mayores franjas de ayuda que aún están disponibles es un fondo de 350.000 millones de dólares reservado para que las ciudades y los estados los utilicen según sea necesario para abordar las brechas presupuestarias, entregar vacunas o apuntalar las economías locales. Los altos funcionarios de la Casa Blanca ven el dinero como una forma rápida y fácil para que los gobiernos locales tapen cualquier agujero inmediato que pueda surgir de la variante omicron u otras mutaciones.
El gobierno no publica actualizaciones periódicas y oportunas sobre exactamente cuánto dinero queda. Pero una estimación del Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas de este mes encontró que 42 estados y el Distrito de Columbia han gastado $ 111 mil millones del total de $ 195 mil millones reservado para ellos. El resto del efectivo, que está reservado para los funcionarios locales, ha sido mucho más difícil de rastrear, aunque el Departamento del Tesoro dice que el dinero se ha utilizado en todo el país en todo, desde clínicas móviles de vacunas en el condado de Buncombe, Carolina del Norte, hasta asistencia financiera para pequeñas empresas. en el condado de Pierce, Washington.
“Estaría muy agradecido de que este dinero federal exista dada tanta incertidumbre sobre lo que sucederá”, dijo Ed Lazere, un investigador principal que estudia cuestiones fiscales estatales en el CBPP. Cuando se le preguntó si la variante omicron podría desatar más estragos, agotando esos dólares, dijo que es "demasiado pronto" para decirlo.
Otros programas de ayuda económica, sin embargo, han caído en un estado más inactivo.
El gobierno de Estados Unidos cerró el Programa de Protección de Cheques de Pago de aproximadamente $ 800 mil millones en junio, por ejemplo, poniendo fin a una iniciativa que otorgaba préstamos generosos a más de 8.5 millones de pequeñas empresas y organizaciones sin fines de lucro. La Administración de Pequeñas Empresas todavía tiene disponibles otros dos programas que están establecidos para otorgar préstamos y subvenciones a las pequeñas empresas que enfrentan "daños económicos" hasta fin de año. Pero los legisladores ya retiraron más de $ 30 mil millones de esas cuentas para ayudar a pagar un proyecto de ley de infraestructura bipartidista recientemente adoptado.
La SBA se negó a decir cuánto queda en cada una de sus iniciativas, aunque grupos externos estiman que está en los miles de millones de dólares. Los crecientes temores de la disminución de los fondos aún llevaron a más de 60 demócratas y republicanos a unirse el viernes, pidiendo al Congreso que adopte otra ronda de ayuda dirigida a las pequeñas empresas, y citando la llegada de nuevas variantes como un motivo de preocupación urgente.
“Si bien la economía de EE. UU. Continúa creciendo, la recuperación ha sido desigual y los efectos negativos de la rápida propagación de las nuevas variantes de COVID-19 afectan de manera desproporcionada a las empresas que dependen de la reunión en persona para sobrevivir, incluidos el restaurante, la hospitalidad, el fitness, eventos en vivo e industrias de viajes ”, escribieron legisladores, incluidos los representantes Alexandria Ocasio-Cortez (DN.Y.), Josh Gottheimer (DN.J.) y Brian Fitzpatrick (R-Pa.) en una carta a los líderes del Congreso.
Los fondos más específicos que se pusieron a disposición de los restaurantes esta primavera se agotaron pocas semanas después de que el Congreso los autorizara como parte del Plan de Rescate Estadounidense. Si bien la contratación en la industria hotelera se ha recuperado a lo largo del año, una señal de progreso en uno de los sectores más afectados de la economía, la llegada de la variante omicron solo ha revivido viejas preocupaciones, lo que ha llevado a legisladores, incluido el senador Kyrsten Sinema (D- Arizona) esta semana para presionar nuevamente por su legislación bipartidista que repondría el programa de estímulo.
"La variante omicron ya está afectando a los restaurantes", dijo en una entrevista. “Incluso una pequeña disminución en el negocio puede hacer que los restaurantes independientes cierren sus puertas. Vimos esto claramente al comienzo de covid la primavera pasada ... creo que omicron ciertamente lo complica ".
Mientras tanto, las familias estadounidenses enfrentan su propia parte de las cargas financieras potenciales.
Observando la variante omicron de rápida invasión, todavía hay dinero federal disponible para quienes atraviesan dificultades, incluidos programas de ayuda que ayudan a las familias a pagar la comida y el alquiler. Las demoras a principios de año afectaron particularmente el programa de ayuda para el alquiler, y algunas ciudades y estados "no tienen suficiente" para ayudar a quienes están en mora, pero aún quedan alrededor de $ 25 mil millones en asistencia a nivel nacional, según Diane Yentel, presidenta de la Coalición Nacional de Vivienda para Personas de Bajos Ingresos. Se espera que más se comprometan o se trasladen a áreas necesitadas para fin de año, dijo.
Pero algunas de las iniciativas gubernamentales más generosas, desde cheques de estímulo hasta pagos por desempleo ampliados, expiraron hace muchos meses. Eso incluye asistencia especial para los conductores de Uber o los mensajeros sin problemas, que ingresan a una nueva fase de la pandemia sin acceso a ayuda especial dirigida a aquellos en la economía de los gig. Algunos demócratas habían propuesto restaurar el programa e impulsar la ayuda para el desempleo para todos los estadounidenses, pero la idea nunca avanzó mucho.
En los últimos meses, los demócratas, en cambio, han centrado su atención en el apoyo económico a más largo plazo, incluidos los esfuerzos para reducir el costo del cuidado infantil y proporcionar licencia familiar y médica pagada a millones de estadounidenses que carecen de tales beneficios en sus trabajos. Las propuestas pertenecen a un paquete extenso de aproximadamente $ 2 billones conocido como Build Back Better Act, que el presidente y sus aliados demócratas han promocionado como esencial para reparar las brechas que salieron a la luz como resultado de la pandemia.
“Creo que lo más importante que covid expuso son todas estas brechas en nuestro sistema de atención médica, en nuestro sistema de cuidado infantil, en nuestro sistema de licencias pagadas, y de eso se trata [Build Back Better] ... así que no ' Tenemos estas grandes lagunas cuando surgen estos problemas ”, dijo la representante Pramila Jayapal (D-Wash.), directora del Caucus Progresista del Congreso de tendencia izquierdista.
Pero esta semana los demócratas volvieron a flaquear al tratar de impulsar la medida de gasto a través del Senado estrechamente dividido, lo que marca el último en un año de reveses políticos para un elemento central de la agenda de Biden. En el centro del estancamiento estaba el senador Joe Manchin III (DW.Va.), quien durante semanas ha expresado su preocupación por el gasto federal excesivo durante el curso de la pandemia, que según él ha impulsado la inflación y disuadido a la gente de regresar al trabajo.
Biden intentó durante días entablar conversaciones con Manchin directamente, con la esperanza de finalizar el paquete antes de Navidad. Pero las negociaciones fracasaron, casi garantizando que la lucha se deslizará el próximo año. La oficina de Manchin no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Los fracasos preocuparon a muchos demócratas, quienes dijeron la semana pasada que una acción más rápida para adoptar el proyecto de ley podría haber significado que el gobierno de Estados Unidos ya estaría en camino de brindar apoyo económico adicional a los estadounidenses que ahora se preparan para una nueva ola de infecciones por coronavirus. Eso incluye la extensión de los pagos del crédito tributario por hijos que vencen pronto, que los demócratas esperaban restaurar a tiempo para que los estadounidenses recibieran un pago a mediados de enero.
Sperling, el principal asesor económico de Biden, señaló esta semana al resurgimiento de la pandemia como “una razón más por la que todavía estamos 100 por ciento comprometidos y 100 por ciento enfocados en aprobar” el proyecto de ley.
"Hemos visto este espectáculo", agregó Wyden, el principal demócrata en el Comité de Finanzas del Senado centrado en los impuestos, preocupado por los costos de la inacción. "¿Cuántas veces tenemos que pasar por esto?"
En el transcurso de la pandemia de casi dos años, el Congreso ha comprometido casi $ 6 billones para combatir el contagio y sacar una economía maltrecha del borde del abismo. Pero algunos de los programas más importantes para mantener a flote las empresas y ayudar a los hogares a pagar las facturas han expirado o se han quedado sin fondos, lo que genera nuevos riesgos para el futuro de la recuperación del país, especialmente a medida que la onda de la variante omicron comienza a afianzarse.
No queda dinero federal para mantener abiertos los restaurantes. La ayuda para salas de conciertos y otros espacios de actuación con hambre de clientes casi se ha agotado. Los funcionarios federales terminaron su esfuerzo principal que inyectó dinero en pequeñas empresas con balances bajos y dejaron de pagar sumas adicionales a los trabajadores que están sin trabajo.
Las protecciones federales de préstamos estudiantiles expiran inminentemente, lo que significa que las facturas de los estudiantes vencerán a principios del próximo año. Una iniciativa de estímulo del presidente Biden que proporcionó pagos mensuales a más de 35 millones de familias con niños puede haber emitido su última ronda de depósitos el miércoles pasado . Y los intentos de extender esos beneficios fiscales, o abordar una gama más amplia de problemas financieros a largo plazo que enfrentan los padres, se han estancado nuevamente en Capitol Hill.
"Me preocupa que vayan a tener muchos, muchos estadounidenses vulnerables, estadounidenses con niños pequeños, por ejemplo, cayendo entre las grietas", dijo el senador Ron Wyden (D-Ore.), Y agregó: "Enero parece un mes difícil con respecto a omicron ”.
Tanto los funcionarios de salud pública como los economistas reconocen que se sabe poco sobre el patógeno modificado y los efectos que, en última instancia, puede tener en una economía que se recuperó recientemente. Incluso cuando las tasas de casos en EE. UU. Suben hacia nuevos máximos potenciales, la economía en sí permanece fuerte, evitando los despidos masivos y otras dificultades que se vieron durante los días más oscuros de la pandemia.
Mientras tanto, la Casa Blanca expresó su confianza esta semana en que miles de millones de dólares permanezcan disponibles como parte del Plan de Rescate Estadounidense de 1,9 billones de dólares adoptado a principios de este año, incluidos los fondos entregados a los estados y las escuelas. Eso podría ayudar a mitigar cualquier impacto inmediato de la variante omicron, según Gene Sperling, uno de los principales asesores económicos de Biden.
“Creemos que las personas deben sentirse tranquilas por lo fuertes que son el mercado laboral y la economía ahora, y el hecho de que todavía hay recursos en el Plan de Rescate de Estados Unidos que pueden ayudar a enfrentar los desafíos persistentes o los inevitables obstáculos en el camino de la recuperación económica y recuperación de covid ”, dijo.
Pero Sperling agregó que la Casa Blanca está vigilando de cerca la economía en busca de signos de tensión potencial. "Como siempre, seguiremos de cerca si los desarrollos futuros requerirán algunos recursos específicos", dijo.
En el apogeo de la pandemia, el costo económico causado por el coronavirus a veces parecía insondable. Aproximadamente 40 millones de estadounidenses en algún momento habían perdido sus trabajos. Muchos pronto tuvieron dificultades para pagar los alquileres y pagar las facturas. Y los estudiantes de todo el país se vieron obligados a aprender en casa, lo que se sumó a la carga de sus padres, que tenían que manejar responsabilidades simultáneas como trabajadores y cuidadores.
Las empresas enfrentaron sus propios golpes económicos devastadores, y muchas se vieron obligadas a cerrar, en algunos casos para siempre, después de que los estados emitieron una amplia gama de órdenes de cierre para detener la propagación de una pandemia mortal para la que no había cura. Y las ciudades y los estados pronto se encontraron despidiendo a trabajadores en masa, amenazando a los gobiernos locales y su capacidad para proporcionar servicios a los necesitados.
Estados Unidos está mejor equipado ahora que en marzo de 2020, con vacunas listas, nuevas píldoras antivirales en camino y una gran cantidad de conocimiento científico a disposición de los médicos. Las rápidas mejoras son en gran parte el resultado de nueve paquetes de gastos, por un total de más de $ 5 billones y adoptados principalmente sobre una base bipartidista, lo que también ayudó a rescatar a la economía de su caída en picada.
Solo los demócratas aprobaron la iniciativa de ayuda más reciente, el Plan de Rescate Estadounidense, asegurando varias inversiones a pesar de las abrumadoras objeciones republicanas esta primavera que Biden ha promocionado como esencial para reducir el desempleo a su nivel más bajo en décadas. En promedio, Estados Unidos ha agregado aproximadamente medio millón de empleos por mes este año. Y el Nasdaq y el S&P 500 terminarán el año con un alza de alrededor del 20 por ciento, lo que refleja una nueva tranquilidad en Wall Street.
Pero eso fue todo antes de que las variantes delta y omicron amenazaran de nuevo con abrumar la economía y el sistema de salud pública por igual. Una vez más, los escaparates y las escuelas están cerrando, los restaurantes están limitando sus servicios, las ligas deportivas están posponiendo sus juegos y los viajes y el turismo se enfrentan a interrupciones masivas en el apogeo de la temporada festiva ocupada.
Al entrar en la nueva fase más incierta de la pandemia, una franja significativa de ayuda federal dirigida a trabajadores y empresas "ya se ha gastado", dijo Marc Goldwein, vicepresidente senior del Comité para un Presupuesto Federal Responsable, que rastrea el gasto del gobierno. Según las estimaciones de la organización, aproximadamente $ 4,9 billones de los $ 5,7 billones estimados en ayuda de emergencia autorizada por el Congreso desde el inicio de la pandemia se han gastado o comprometido. Eso incluye los dólares reservados para un propósito que aún no se han pagado.
Una de las mayores franjas de ayuda que aún están disponibles es un fondo de 350.000 millones de dólares reservado para que las ciudades y los estados los utilicen según sea necesario para abordar las brechas presupuestarias, entregar vacunas o apuntalar las economías locales. Los altos funcionarios de la Casa Blanca ven el dinero como una forma rápida y fácil para que los gobiernos locales tapen cualquier agujero inmediato que pueda surgir de la variante omicron u otras mutaciones.
El gobierno no publica actualizaciones periódicas y oportunas sobre exactamente cuánto dinero queda. Pero una estimación del Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas de este mes encontró que 42 estados y el Distrito de Columbia han gastado $ 111 mil millones del total de $ 195 mil millones reservado para ellos. El resto del efectivo, que está reservado para los funcionarios locales, ha sido mucho más difícil de rastrear, aunque el Departamento del Tesoro dice que el dinero se ha utilizado en todo el país en todo, desde clínicas móviles de vacunas en el condado de Buncombe, Carolina del Norte, hasta asistencia financiera para pequeñas empresas. en el condado de Pierce, Washington.
“Estaría muy agradecido de que este dinero federal exista dada tanta incertidumbre sobre lo que sucederá”, dijo Ed Lazere, un investigador principal que estudia cuestiones fiscales estatales en el CBPP. Cuando se le preguntó si la variante omicron podría desatar más estragos, agotando esos dólares, dijo que es "demasiado pronto" para decirlo.
Otros programas de ayuda económica, sin embargo, han caído en un estado más inactivo.
El gobierno de Estados Unidos cerró el Programa de Protección de Cheques de Pago de aproximadamente $ 800 mil millones en junio, por ejemplo, poniendo fin a una iniciativa que otorgaba préstamos generosos a más de 8.5 millones de pequeñas empresas y organizaciones sin fines de lucro. La Administración de Pequeñas Empresas todavía tiene disponibles otros dos programas que están establecidos para otorgar préstamos y subvenciones a las pequeñas empresas que enfrentan "daños económicos" hasta fin de año. Pero los legisladores ya retiraron más de $ 30 mil millones de esas cuentas para ayudar a pagar un proyecto de ley de infraestructura bipartidista recientemente adoptado.
La SBA se negó a decir cuánto queda en cada una de sus iniciativas, aunque grupos externos estiman que está en los miles de millones de dólares. Los crecientes temores de la disminución de los fondos aún llevaron a más de 60 demócratas y republicanos a unirse el viernes, pidiendo al Congreso que adopte otra ronda de ayuda dirigida a las pequeñas empresas, y citando la llegada de nuevas variantes como un motivo de preocupación urgente.
“Si bien la economía de EE. UU. Continúa creciendo, la recuperación ha sido desigual y los efectos negativos de la rápida propagación de las nuevas variantes de COVID-19 afectan de manera desproporcionada a las empresas que dependen de la reunión en persona para sobrevivir, incluidos el restaurante, la hospitalidad, el fitness, eventos en vivo e industrias de viajes ”, escribieron legisladores, incluidos los representantes Alexandria Ocasio-Cortez (DN.Y.), Josh Gottheimer (DN.J.) y Brian Fitzpatrick (R-Pa.) en una carta a los líderes del Congreso.
Los fondos más específicos que se pusieron a disposición de los restaurantes esta primavera se agotaron pocas semanas después de que el Congreso los autorizara como parte del Plan de Rescate Estadounidense. Si bien la contratación en la industria hotelera se ha recuperado a lo largo del año, una señal de progreso en uno de los sectores más afectados de la economía, la llegada de la variante omicron solo ha revivido viejas preocupaciones, lo que ha llevado a legisladores, incluido el senador Kyrsten Sinema (D- Arizona) esta semana para presionar nuevamente por su legislación bipartidista que repondría el programa de estímulo.
"La variante omicron ya está afectando a los restaurantes", dijo en una entrevista. “Incluso una pequeña disminución en el negocio puede hacer que los restaurantes independientes cierren sus puertas. Vimos esto claramente al comienzo de covid la primavera pasada ... creo que omicron ciertamente lo complica ".
Mientras tanto, las familias estadounidenses enfrentan su propia parte de las cargas financieras potenciales.
Observando la variante omicron de rápida invasión, todavía hay dinero federal disponible para quienes atraviesan dificultades, incluidos programas de ayuda que ayudan a las familias a pagar la comida y el alquiler. Las demoras a principios de año afectaron particularmente el programa de ayuda para el alquiler, y algunas ciudades y estados "no tienen suficiente" para ayudar a quienes están en mora, pero aún quedan alrededor de $ 25 mil millones en asistencia a nivel nacional, según Diane Yentel, presidenta de la Coalición Nacional de Vivienda para Personas de Bajos Ingresos. Se espera que más se comprometan o se trasladen a áreas necesitadas para fin de año, dijo.
Pero algunas de las iniciativas gubernamentales más generosas, desde cheques de estímulo hasta pagos por desempleo ampliados, expiraron hace muchos meses. Eso incluye asistencia especial para los conductores de Uber o los mensajeros sin problemas, que ingresan a una nueva fase de la pandemia sin acceso a ayuda especial dirigida a aquellos en la economía de los gig. Algunos demócratas habían propuesto restaurar el programa e impulsar la ayuda para el desempleo para todos los estadounidenses, pero la idea nunca avanzó mucho.
En los últimos meses, los demócratas, en cambio, han centrado su atención en el apoyo económico a más largo plazo, incluidos los esfuerzos para reducir el costo del cuidado infantil y proporcionar licencia familiar y médica pagada a millones de estadounidenses que carecen de tales beneficios en sus trabajos. Las propuestas pertenecen a un paquete extenso de aproximadamente $ 2 billones conocido como Build Back Better Act, que el presidente y sus aliados demócratas han promocionado como esencial para reparar las brechas que salieron a la luz como resultado de la pandemia.
“Creo que lo más importante que covid expuso son todas estas brechas en nuestro sistema de atención médica, en nuestro sistema de cuidado infantil, en nuestro sistema de licencias pagadas, y de eso se trata [Build Back Better] ... así que no ' Tenemos estas grandes lagunas cuando surgen estos problemas ”, dijo la representante Pramila Jayapal (D-Wash.), directora del Caucus Progresista del Congreso de tendencia izquierdista.
Pero esta semana los demócratas volvieron a flaquear al tratar de impulsar la medida de gasto a través del Senado estrechamente dividido, lo que marca el último en un año de reveses políticos para un elemento central de la agenda de Biden. En el centro del estancamiento estaba el senador Joe Manchin III (DW.Va.), quien durante semanas ha expresado su preocupación por el gasto federal excesivo durante el curso de la pandemia, que según él ha impulsado la inflación y disuadido a la gente de regresar al trabajo.
Biden intentó durante días entablar conversaciones con Manchin directamente, con la esperanza de finalizar el paquete antes de Navidad. Pero las negociaciones fracasaron, casi garantizando que la lucha se deslizará el próximo año. La oficina de Manchin no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Los fracasos preocuparon a muchos demócratas, quienes dijeron la semana pasada que una acción más rápida para adoptar el proyecto de ley podría haber significado que el gobierno de Estados Unidos ya estaría en camino de brindar apoyo económico adicional a los estadounidenses que ahora se preparan para una nueva ola de infecciones por coronavirus. Eso incluye la extensión de los pagos del crédito tributario por hijos que vencen pronto, que los demócratas esperaban restaurar a tiempo para que los estadounidenses recibieran un pago a mediados de enero.
Sperling, el principal asesor económico de Biden, señaló esta semana al resurgimiento de la pandemia como “una razón más por la que todavía estamos 100 por ciento comprometidos y 100 por ciento enfocados en aprobar” el proyecto de ley.
"Hemos visto este espectáculo", agregó Wyden, el principal demócrata en el Comité de Finanzas del Senado centrado en los impuestos, preocupado por los costos de la inacción. "¿Cuántas veces tenemos que pasar por esto?"
