Remedios, suplementos dietarios y cosmética: qué se puede traer de afuera con el "puerta a puerta" y cómo
Martes 17 de
Diciembre 2024
Una guía para tratar de conseguir en el exterior aquello que acá no se consigue o su precio es muy elevado. Si bien entrar personalmente al país con cualquiera de estos productos no tiene trabas, con el envío es distinto.
A un año de su inicio, el Gobierno vino empujando concretar la seductora promesa del aperturismo comercial, bajo el rótulo del ya famoso “puerta a puerta”, un mecanismo que vehiculizó las compras online de productos del exterior, con una carga impositiva más baja y menos tramiterío. Pero, mientras en las muchas notas sobre este tema se hizo foco en el mundo textil y en la electrónica, una pregunta para sumar es si se podrían encargar afuera productos de otros rubros, cuyos precios locales son, en ciertos casos, un cachetazo limpio en el día a día. Hablamos de medicamentos, suplementos dietarios y cremas de dermocosmética. Acá, los detalles.
Las preguntas de las que partió esta nota fueron bastante más simples que las respuestas. ¿Podría uno encargar online (a Estados Unidos, por ejemplo) unos frascos de Omega 3 o de calcio, si quisiera? ¿Y qué tal hacerse traer un par de potes de cremas orgánicas para las arrugas que acá no se venden o cuestan una fortuna? ¿Y la loción importada para la dermatitis atópica de los más chiquitos de la familia, que hace un año era carísima y ahora ni se consigue?
Pongamos otro caso al azar: gente que, por ejemplo, toma a diario un vasodilatador específico, de venta bajo receta, llamado nifedipina. Están presos del precio al que lo ofrece el único laboratorio que lo comercializa en Argentina sin opción de genérico a la vista, cuando en el exterior la misma droga puede costar la mitad o menos. ¿Se podrían encargar algunas de esas cajitas con el mecanismo “puerta a puerta”?
Un ejemplo más: la tendencia de la población es tomar acríticamente altas dosis de ibuprofeno, pero si uno busca información sabrá que es malo para los riñones y que con pocos miligramos se logran efectos importantes. Sin embargo, quien quiera cápsulas de 200 mg, verá que en Argentina no hay, salvo unas para el dolor de ovarios y a un precio casi cuatro veces mayor que el que promociona Amazon encargando un frasco de 500 comprimidos. ¿Podría uno tenerlo en la puerta de su casa?
Ninguno de estos productos (en cantidades limitadas para un consumo personal razonable, acotado a un tiempo prudencial) representa un problema cuando uno se baja del avión y, paranoide de lo que tiene, lo que no tiene y lo que aparenta tener, atraviesa la Aduana.
Uno entonces empuja su carrito con las valijas y las cajitas o frascos en cuestión sin problema. Pero, aun con las facilidades de la resolución de “Importación y exportación simplificada por parte de Prestadores de Servicios Postales PSP/Courier”, las cosas son distintas si la compra es online y uno pretende tener las facilidades del puerta a puerta.
El límite de importación de mercaderías (con o sin finalidad comercial) son 3.000 dólares, incluyendo todo: el valor del producto, el seguro y el flete. Tampoco se pueden superar los 20 kilos, si uno pretende usar este mecanismo, que el Gobierno resalta por tener menor carga impositiva y haber bajado la cantidad de trámites ligados.
Impuestos aparte (un tema complejo en el que no se profundizará acá), la pregunta sigue siendo si se podrían encargar productos de los rubros mencionados.
Puerta a puerta de productos de dermocosmética
Focalizando en la dermocosmética, la respuesta es "sí". No hay que hacer ningún trámite distinto del que se haría para traer un par de medias, ya que la ANMAT (organismo que regula el ingreso de medicamentos y alimentos) no tiene competencia en el mundillo de las cremas faciales y corporales o en los cosmético, aún cuando tengan algún principio activo que los asemeje remotamente a un fármaco (justamente, la razón por la que pertenecen a la categoría "dermocosmética").
No obstante, limitaciones para traer estos productos desde afuera podría haber, pero exceden la regulación local. Ocurre que no es tan fácil encontrar -por fuera de Amazon- sitios de marcas o mismo farmacias o cadenas de perfumerías que hagan envíos fuera de su país o más allá de los limítrofes, tanto si se quiere comprar en Estados Unidos como en Europa. Y quien intente, por ejemplo, traer productos de dermocosmética desde Chile o Brasil, se topará con el mismo problema.
Pero, vía la plataforma Amazon, es posible hacerlo. Eso sí, salta un cartel que avisa que “las regulaciones aduaneras de Argentina requieren la siguiente información para esta dirección de envío: número de identificación”.
Las preguntas de las que partió esta nota fueron bastante más simples que las respuestas. ¿Podría uno encargar online (a Estados Unidos, por ejemplo) unos frascos de Omega 3 o de calcio, si quisiera? ¿Y qué tal hacerse traer un par de potes de cremas orgánicas para las arrugas que acá no se venden o cuestan una fortuna? ¿Y la loción importada para la dermatitis atópica de los más chiquitos de la familia, que hace un año era carísima y ahora ni se consigue?
Pongamos otro caso al azar: gente que, por ejemplo, toma a diario un vasodilatador específico, de venta bajo receta, llamado nifedipina. Están presos del precio al que lo ofrece el único laboratorio que lo comercializa en Argentina sin opción de genérico a la vista, cuando en el exterior la misma droga puede costar la mitad o menos. ¿Se podrían encargar algunas de esas cajitas con el mecanismo “puerta a puerta”?
Un ejemplo más: la tendencia de la población es tomar acríticamente altas dosis de ibuprofeno, pero si uno busca información sabrá que es malo para los riñones y que con pocos miligramos se logran efectos importantes. Sin embargo, quien quiera cápsulas de 200 mg, verá que en Argentina no hay, salvo unas para el dolor de ovarios y a un precio casi cuatro veces mayor que el que promociona Amazon encargando un frasco de 500 comprimidos. ¿Podría uno tenerlo en la puerta de su casa?
Los límites del puerta a puerta
Ninguno de estos productos (en cantidades limitadas para un consumo personal razonable, acotado a un tiempo prudencial) representa un problema cuando uno se baja del avión y, paranoide de lo que tiene, lo que no tiene y lo que aparenta tener, atraviesa la Aduana.
Uno entonces empuja su carrito con las valijas y las cajitas o frascos en cuestión sin problema. Pero, aun con las facilidades de la resolución de “Importación y exportación simplificada por parte de Prestadores de Servicios Postales PSP/Courier”, las cosas son distintas si la compra es online y uno pretende tener las facilidades del puerta a puerta.
El límite de importación de mercaderías (con o sin finalidad comercial) son 3.000 dólares, incluyendo todo: el valor del producto, el seguro y el flete. Tampoco se pueden superar los 20 kilos, si uno pretende usar este mecanismo, que el Gobierno resalta por tener menor carga impositiva y haber bajado la cantidad de trámites ligados.
Impuestos aparte (un tema complejo en el que no se profundizará acá), la pregunta sigue siendo si se podrían encargar productos de los rubros mencionados.
Puerta a puerta de productos de dermocosmética
Focalizando en la dermocosmética, la respuesta es "sí". No hay que hacer ningún trámite distinto del que se haría para traer un par de medias, ya que la ANMAT (organismo que regula el ingreso de medicamentos y alimentos) no tiene competencia en el mundillo de las cremas faciales y corporales o en los cosmético, aún cuando tengan algún principio activo que los asemeje remotamente a un fármaco (justamente, la razón por la que pertenecen a la categoría "dermocosmética").
No obstante, limitaciones para traer estos productos desde afuera podría haber, pero exceden la regulación local. Ocurre que no es tan fácil encontrar -por fuera de Amazon- sitios de marcas o mismo farmacias o cadenas de perfumerías que hagan envíos fuera de su país o más allá de los limítrofes, tanto si se quiere comprar en Estados Unidos como en Europa. Y quien intente, por ejemplo, traer productos de dermocosmética desde Chile o Brasil, se topará con el mismo problema.
Pero, vía la plataforma Amazon, es posible hacerlo. Eso sí, salta un cartel que avisa que “las regulaciones aduaneras de Argentina requieren la siguiente información para esta dirección de envío: número de identificación”.
Con información de
Clarín
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