25 DE ABRIL 2024
¿Monotributo o autónomo?: cómo queda ahora la situación luego de los cambios introducidos por AFIP
Miércoles 03 de
Junio 2015
El organismo de recaudación incrementó la parte previsional de las cuotas de los pequeños contribuyentes. Como contrapartida, los trabajadores independientes sufren aumentos dos veces al año. Cuáles son los problemas impositivos que deben afrontar. Opinan expertos
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) decidió incrementar el aporte a las obras sociales que deben afrontar los pequeños contribuyentes adheridos al Monotributo y, de esta manera, aumentó el valor de la cuota mensual.
En efecto, a través de la resolución general 3775, pasó de $233 a $323 por mes. Un detalle no menor es que el impacto de la medida -que se pondrá en vigencia a partir del 1 de julio- variará de acuerdo con la categoría en la que está ubicado el monotributista.
Así, por ejemplo, para la "B" (que es la más baja) el alza representará casi un 21%, mientras que para las más altas (es decir, "I" para locadores y prestadores de servicios y "L" para el resto de las actividades) serán del 4,5% y 3%, respectivamente.
En otras palabras, la presión será mayor para quienes se encuentren en los peldaños más bajos, mientras que será ínfima para los que se encuentren en los más elevados.
La cuota que abona un monotributista está compuesta por dos partes:
• Una impositiva, que incluye el Impuesto a las Ganancias y al Valor Agregado (IVA).
• Una previsional, que comprende una porción previsional y otra que corresponde a la obra social.
La porción impositiva lleva años sin ser modificada, en tanto que la previsional fue cambiada en varias oportunidades. Sin ir más lejos, la última variación fue introducida en septiembre del año pasado.
Esta reforma se contrapone a la situación que viven los autónomos. Ocurre que los trabajadores independientes adheridos sufren una presión cada vez más grande en su cuota previsional, ya que el monto a ingresar se ajusta dos veces al año.
Además, estas personas sufren una suerte de "discriminación" impositiva, que hace que cada vez tengan que abonar más Ganancias. Esto es así debido a que las deducciones que deben computar a la hora de liquidar el impuesto permanecen estáticas desde marzo de 2013.
Una jubilación cada vez más cara
Con la ley de movilidad jubilatoria, las personas mayores reciben dos mejoras anuales.
No obstante, lo que es una buena noticia para los jubilados y pensionados se convierte en una "pesadilla" para los autónomos, ya que la cuota que deben liquidar se incrementa en la misma proporción que los haberes.
Pero hay algo peor para esta categoría: los parámetros que determinan qué valor deben afrontar todos los meses no se modifican desde el 2006.
De este modo, a medida que pasan los años se ven obligados a subir de categoría y, por ende, a pagar mensualidades más elevadas.
Incluso, tal como diera cuenta iProfesional, los peldaños más bajos quedaron totalmente obsoletos, debido a que el valor de la cuota anualizada superó el monto máximo de ingresos. De esta manera, deben enfrentar cifras cada vez mayores.
En el otro extremo se encuentran los monotributistas, que desde septiembre de 2013 tuvieron apenas tres incrementos en la obra social. Los más afortunados, en este caso, fueron aquellos que se encontraban en las categorías más altas.
Ocurre que, como se dijo anteriormente -a raíz de que el importe de los aportes es fijo- el impacto termina siendo menor cuanto mayor es la cuota.
Al respecto, Iván Sasovsky, titular de Sasovsky & Asociados, sostuvo que "hablar de autónomos y del monotributo es referirse a dos regímenes pensados para distintos sujetos pero que, en esencia, deben resultar congruentes, pues ambos procuran brindar cobertura previsional y social a quienes realicen ventas o prestaciones de servicios de forma independiente".
Por dicha razón, para el experto, "el componente previsional de ambos debería ser análogo, dado que el resultado final esperado es idéntico".
"Al contar con un régimen de autónomos que se encuentra atado al incremento de las jubilaciones, tenemos un mecanismo relativamente justo desde el punto de vista técnico, ya que se da el ajuste automático del que tanto se habla en materia impositiva", indicó.
Sin embargo, resaltó que "el problema es que el ajuste siempre es para el que tiene que pagar y sobre un parámetro que nunca se actualiza por inflación, por lo que el régimen se hace aún más pernicioso".
"Desde el punto de vista del monotributo, tenemos algo parecido pero en menor medida: dado que se retocan los valores a abonar pero no los montos a facturar, el Estado ajusta lo que recibe pero el contribuyente no puede trasladarlo a precios, porque corre el riesgo de quedar eximido", explicó.
"Encontrar la lógica del por qué el sistema tributario funciona de esta manera, resulta tan o más difícil que solucionar los problemas de fondo", añadió.
Presión impositiva creciente
La situación previsional es, en realidad, sólo una parte del problema que deben afrontar los autónomos. Es que fueron los "grandes olvidados" en las últimas reformas introducidas en el Impuesto a las Ganancias.
Las modificaciones realizadas por el Gobierno apuntaron con exclusividad a los empleados en relación de dependencia. Esto pese a que los independientes deben computar las mismas deducciones.
Al respecto, desde el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) explicaron que estos trabajadores comienzan a tributar "a partir de ingresos netos mensuales tan exiguos, como $2.592 en el caso del soltero y de $5.472 para el casado con dos hijos".
Detallan que existen en la actualidad aproximadamente unos 900.000 contribuyentes inscriptos en este régimen y que "prácticamente la totalidad está sometido desde hace años a una creciente presión en Ganancias".
Esta falta de ajuste en las deducciones hace que un "autónomo comience a pagar la tasa máxima del tributo (35%) a partir de ingresos netos mensuales escasos, como $12.592 para el soltero y $15.472 para el casado con dos hijos".
La situación de los monotributistas es distinta. En este caso, la presión impositiva se ve reflejada por la falta de ajuste en los parámetros de facturación anual permitida, que fueron modificados por última vez en septiembre de 2013.
Al no acompañar la inflación, han quedado "viejos", obligando a que los pequeños contribuyentes deban saltar de categoría, con su correspondiente incremento en la cuota.
En efecto, tal como diera cuenta este medio, si se tiene en cuenta sólo tres de las erogaciones que hay que realizar (sueldos, cuota y alquiler de un local), se puede afirmar que cerca del 90% de los ingresos que percibe el monotributista deben ser destinados a cubrir dichos costos.
Una decisión cada vez más "fácil"
Más allá del aumento establecido por la AFIP en la alícuota que deben afrontar los pequeños contribuyentes, a la hora de pagar impuestos el hecho de ubicarse de "uno u otro lado" lejos está de ser una decisión exclusivamente personal.
Juan Manuel Locatelli, socio de JL Consultoría & Negocios, señaló que "la situación actual de los autónomos hace que no haya margen para que una persona seleccione ese régimen".
Por el contrario, según el especialista, "cualquiera que inicie una actividad independiente se inscribirá en el Monotributo sin dudarlo" ya que "tanto la cuota tributaria como la previsional es mucho más baja".
En efecto, los autónomos se enfrentan al problema de casi dos años sin modificaciones en las deducciones que pueden computar a la hora de pagar Ganancias. Así, la presión que soportan es cada vez más asfixiante.
Y, para colmo, los valores que deben pagar por Seguridad Social (es decir, el pago mes a mes) crecen dos veces al año, acompañando el porcentaje de aumento que le es otorgado a los jubilados.
Para graficar con un ejemplo la situación, Locatelli recordó que "sólo por la categoría más baja de autónomos se paga $775, que representa casi un 33% de la cuota más alta de Monotributo para locaciones y prestaciones de servicios (que es de $2.080)".
En definitiva, no sólo abona más por Ganancias sino también por su jubilación. Además, debe contratar una prepaga o utilizar hospitales públicos ya que no incluye obra social, algo que sí se da en el caso de los pequeños contribuyentes.
"Hoy por hoy, se puede decir que sólo accederán a inscribirse como autónomos todos aquellos que no pueden ser monotributistas, o siéndolo están obligados a inscribirse en esta primera categoría mencionada (por ejemplo, directores de sociedades)", concluyó Locatelli.
En efecto, a través de la resolución general 3775, pasó de $233 a $323 por mes. Un detalle no menor es que el impacto de la medida -que se pondrá en vigencia a partir del 1 de julio- variará de acuerdo con la categoría en la que está ubicado el monotributista.
Así, por ejemplo, para la "B" (que es la más baja) el alza representará casi un 21%, mientras que para las más altas (es decir, "I" para locadores y prestadores de servicios y "L" para el resto de las actividades) serán del 4,5% y 3%, respectivamente.
En otras palabras, la presión será mayor para quienes se encuentren en los peldaños más bajos, mientras que será ínfima para los que se encuentren en los más elevados.
La cuota que abona un monotributista está compuesta por dos partes:
• Una impositiva, que incluye el Impuesto a las Ganancias y al Valor Agregado (IVA).
• Una previsional, que comprende una porción previsional y otra que corresponde a la obra social.
La porción impositiva lleva años sin ser modificada, en tanto que la previsional fue cambiada en varias oportunidades. Sin ir más lejos, la última variación fue introducida en septiembre del año pasado.
Esta reforma se contrapone a la situación que viven los autónomos. Ocurre que los trabajadores independientes adheridos sufren una presión cada vez más grande en su cuota previsional, ya que el monto a ingresar se ajusta dos veces al año.
Además, estas personas sufren una suerte de "discriminación" impositiva, que hace que cada vez tengan que abonar más Ganancias. Esto es así debido a que las deducciones que deben computar a la hora de liquidar el impuesto permanecen estáticas desde marzo de 2013.
Una jubilación cada vez más cara
Con la ley de movilidad jubilatoria, las personas mayores reciben dos mejoras anuales.
No obstante, lo que es una buena noticia para los jubilados y pensionados se convierte en una "pesadilla" para los autónomos, ya que la cuota que deben liquidar se incrementa en la misma proporción que los haberes.
Pero hay algo peor para esta categoría: los parámetros que determinan qué valor deben afrontar todos los meses no se modifican desde el 2006.
De este modo, a medida que pasan los años se ven obligados a subir de categoría y, por ende, a pagar mensualidades más elevadas.
Incluso, tal como diera cuenta iProfesional, los peldaños más bajos quedaron totalmente obsoletos, debido a que el valor de la cuota anualizada superó el monto máximo de ingresos. De esta manera, deben enfrentar cifras cada vez mayores.
En el otro extremo se encuentran los monotributistas, que desde septiembre de 2013 tuvieron apenas tres incrementos en la obra social. Los más afortunados, en este caso, fueron aquellos que se encontraban en las categorías más altas.
Ocurre que, como se dijo anteriormente -a raíz de que el importe de los aportes es fijo- el impacto termina siendo menor cuanto mayor es la cuota.
Al respecto, Iván Sasovsky, titular de Sasovsky & Asociados, sostuvo que "hablar de autónomos y del monotributo es referirse a dos regímenes pensados para distintos sujetos pero que, en esencia, deben resultar congruentes, pues ambos procuran brindar cobertura previsional y social a quienes realicen ventas o prestaciones de servicios de forma independiente".
Por dicha razón, para el experto, "el componente previsional de ambos debería ser análogo, dado que el resultado final esperado es idéntico".
"Al contar con un régimen de autónomos que se encuentra atado al incremento de las jubilaciones, tenemos un mecanismo relativamente justo desde el punto de vista técnico, ya que se da el ajuste automático del que tanto se habla en materia impositiva", indicó.
Sin embargo, resaltó que "el problema es que el ajuste siempre es para el que tiene que pagar y sobre un parámetro que nunca se actualiza por inflación, por lo que el régimen se hace aún más pernicioso".
"Desde el punto de vista del monotributo, tenemos algo parecido pero en menor medida: dado que se retocan los valores a abonar pero no los montos a facturar, el Estado ajusta lo que recibe pero el contribuyente no puede trasladarlo a precios, porque corre el riesgo de quedar eximido", explicó.
"Encontrar la lógica del por qué el sistema tributario funciona de esta manera, resulta tan o más difícil que solucionar los problemas de fondo", añadió.
Presión impositiva creciente
La situación previsional es, en realidad, sólo una parte del problema que deben afrontar los autónomos. Es que fueron los "grandes olvidados" en las últimas reformas introducidas en el Impuesto a las Ganancias.
Las modificaciones realizadas por el Gobierno apuntaron con exclusividad a los empleados en relación de dependencia. Esto pese a que los independientes deben computar las mismas deducciones.
Al respecto, desde el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) explicaron que estos trabajadores comienzan a tributar "a partir de ingresos netos mensuales tan exiguos, como $2.592 en el caso del soltero y de $5.472 para el casado con dos hijos".
Detallan que existen en la actualidad aproximadamente unos 900.000 contribuyentes inscriptos en este régimen y que "prácticamente la totalidad está sometido desde hace años a una creciente presión en Ganancias".
Esta falta de ajuste en las deducciones hace que un "autónomo comience a pagar la tasa máxima del tributo (35%) a partir de ingresos netos mensuales escasos, como $12.592 para el soltero y $15.472 para el casado con dos hijos".
La situación de los monotributistas es distinta. En este caso, la presión impositiva se ve reflejada por la falta de ajuste en los parámetros de facturación anual permitida, que fueron modificados por última vez en septiembre de 2013.
Al no acompañar la inflación, han quedado "viejos", obligando a que los pequeños contribuyentes deban saltar de categoría, con su correspondiente incremento en la cuota.
En efecto, tal como diera cuenta este medio, si se tiene en cuenta sólo tres de las erogaciones que hay que realizar (sueldos, cuota y alquiler de un local), se puede afirmar que cerca del 90% de los ingresos que percibe el monotributista deben ser destinados a cubrir dichos costos.
Una decisión cada vez más "fácil"
Más allá del aumento establecido por la AFIP en la alícuota que deben afrontar los pequeños contribuyentes, a la hora de pagar impuestos el hecho de ubicarse de "uno u otro lado" lejos está de ser una decisión exclusivamente personal.
Juan Manuel Locatelli, socio de JL Consultoría & Negocios, señaló que "la situación actual de los autónomos hace que no haya margen para que una persona seleccione ese régimen".
Por el contrario, según el especialista, "cualquiera que inicie una actividad independiente se inscribirá en el Monotributo sin dudarlo" ya que "tanto la cuota tributaria como la previsional es mucho más baja".
En efecto, los autónomos se enfrentan al problema de casi dos años sin modificaciones en las deducciones que pueden computar a la hora de pagar Ganancias. Así, la presión que soportan es cada vez más asfixiante.
Y, para colmo, los valores que deben pagar por Seguridad Social (es decir, el pago mes a mes) crecen dos veces al año, acompañando el porcentaje de aumento que le es otorgado a los jubilados.
Para graficar con un ejemplo la situación, Locatelli recordó que "sólo por la categoría más baja de autónomos se paga $775, que representa casi un 33% de la cuota más alta de Monotributo para locaciones y prestaciones de servicios (que es de $2.080)".
En definitiva, no sólo abona más por Ganancias sino también por su jubilación. Además, debe contratar una prepaga o utilizar hospitales públicos ya que no incluye obra social, algo que sí se da en el caso de los pequeños contribuyentes.
"Hoy por hoy, se puede decir que sólo accederán a inscribirse como autónomos todos aquellos que no pueden ser monotributistas, o siéndolo están obligados a inscribirse en esta primera categoría mencionada (por ejemplo, directores de sociedades)", concluyó Locatelli.
Con información de
I PROFESIONAL
