Santa Fe | Ciudad
La familia de Thiago necesita la colaboración de los santafesinos
Martes 08 de
Septiembre 2015
Thiago tiene 5 años y vive en Sauce Viejo y desde hace unos cinco meses le está dando batalla a una grave enfermedad, pero gracias al amor de la familia y a un “pequeño pero gran milagro por obra del Dios” pudo darle pelea.
Si bien hoy sigue con su tratamiento en la ciudad de Santa Fe, necesita de la ayuda generosa de toda la gente.
El nene, el segundo de tres hermanos e hincha fanático de Unión, tiene un tumor llamado rabdomiosarcoma (RMS), es un tumor maligno que se origina a partir de células musculares esqueléticas normales, ubicado en la zona de la pelvis, único en esa posición ya que suele manifestarse en cabeza, cuello y extremidades. Fue intervenido en dos oportunidades y continúa bajo tratamiento.
En diálogo con el UNO, su papá Emanuel contó cómo descubrieron la enfermedad del pequeño: “Un domingo a mediados de abril, cuando comíamos un asado sintió dolores en sus piernitas y los llevamos al hospital de Niños en donde le aseguraron que el dolor era normal, que el niño estaba en pleno desarrollo. Al día siguiente tuvo convulsiones y un paro, “Le hago RCP y salimos de inmediato al hospital de Niños donde nuevamente tuvo otras dos convulsiones”.
"Pasadas las horas, nos dijeron de pasarlo a terapia intensiva, hacen los estudios, análisis y concluyen que Thiago tiene una masa muy grande en la zona pélvica. Le hacen una biopsia y los médicos deciden operarlo de urgencia. Cuando lo intervienen quirúrgicamente para sacarle esa masa extraña, se dan cuenta que tiene comprometidos los vasos sanguíneos y por ello solo extraen una parte”.
“En ese momento se complica, mi hijo tomó mi mano y la de su mamá y nos dijo que no lloremos más, que él quería dejar de sufrir como lo estaba haciendo”.
"No todo terminó allí sino que tuvo que ser intervenido por segunda vez, en una operación más complicada pero donde se produce el milagro", dijo su papá.
“Luego de la intervención el doctor nos avisa que ya no tenía casi pulso y que sus signos vitales son muy débiles que es muy posible que no lo logre. Allí nos presentaron a una psicóloga para preparándonos para lo peor. Pero convencido por mi creencia, comencé a rezarle a Dios y sucedió el milagro”.
Con información de
UNO