Entre Rios | Paraná
Lo juzgan por matar a un chico pero ningún testigo lo señaló
Jueves 17 de
Septiembre 2015
“Mi hijo no tenía problemas de delincuencia, sí de adicciones, pero eso no justifica que lo maten, ni siquiera lo miraron a la cara.
No merecía morirse”, dijo ayer Ana Celia González, la mamá de Ramón, el chico de 14 años que en 2011 murió de un disparo por la espalda en el barrio Padre Kolbe de Paraná.
Ayer comenzó el juicio al acusado del homicidio, Matías Villanueva, de 26 años, pero ningún testigo lo señaló. Según las sospechas por las cuales lo juzgan, el joven advirtió que dos pibes estaban por entrar a robarle cosas del auto de su familia, salió de su casa con una escopeta y ejecutó a uno de ellos. Esta versión fue confirmada por Lucas Paniagua, quien estaba junto a la víctima, pero no pudo identificar al agresor. Sin embargo, la familia de González apunta las sospechas sobre él, más que contra el imputado Villanueva. Por eso no se descarta que el crimen haya sido una venganza.
El caso, con las declaraciones de varios testigos, reveló la vida de muchos gurises de la zona oeste de Paraná: presos del consumo de drogas y empujados a robar para poder comprar más marihuana, cocaína o pastillas. Aquella madrugada del 15 de setiembre de 2011, hace cuatro años, un grupo de jóvenes se juntó en la plaza de Anacleto Medina. “Estábamos todos relocos y ellos dijeron que tenían que hacer un hecho”, contó Maximiliano Magallanes. Se refería a Ramón González y Lucas Paniagua, quienes decidieron ir a robar. “Primero fuimos a la casa de la finada Cloti Pérez, que nos invitó a comer unos sánguches de milanesa. Después nos fuimos a la placita. Lo único que tenía Pachita -así le decían a la víctima del homicidio- era un destornillador, que le dicen chupete, para chupetear. Iban a robar una moto”, agregó el testigo.
En la recorrida, González y Paniagua caminaban por calle Montiel y doblaron por Patrón San Miguel. Había un Ford Taunus estacionado, probaron y estaba abierto sin llave. Según relató ayer Paniagua, cuando estaba por entrar a ver qué podían robar, salió de una casa en planta alta el dueño del auto y desde arriba de la escalera les gritó: “¿Qué están haciendo ahí?” o “Quédense quietos ahí”. Los dos jóvenes corrieron y en seguida se escuchó un disparo. Paniagua dijo que era un hombre con remera blanca y un arma larga: “Salí corriendo y escuché el tiro. No sé si Ramón corrió atrás mío. Llegué a mi casa y me acosté a dormir. Al otro día me enteré que lo habían matado”, recordó el joven del barrio San Jorge.
Lo que resulta contradictorio es que el testigo afirmó que el agresor disparó desde arriba de una escalera, mientras que según la autopsia el proyectil ingresó en el cuerpo de la víctima con una trayectoria inversa, de abajo hacia arriba.
Además, durante los meses posteriores al crimen hubo varios comentarios que llegaron a oídos de la madre de Ramón acerca de quiénes pudieron haber estado involucrados en el hecho. Por ejemplo, un joven conocido como Leo Becan, de apellido Aragón, quien le habría referido que Ema Godoy y Carlitos Villanueva (el mismo que estuvo mencionado en el homicidio de la policía Silvia Depardón) habían estado con su hijo la noche que lo mataron. Pero Aragón declaró ayer y contó que le fue a pedir una foto de Ramón porque era su amigo, pero que no le había dicho nada respecto de esas dos personas.
Ana González dijo también en su testimonio que había pedido que citaran a declarar a Osvaldo Pacha Palacios. “Conoce a mucha gente y seguro sabe quién mató a mi hijo”, dijo. Finalmente, la mujer agregó: “Mi hijo era una criatura inocente ¿Dónde están las cosas que dicen que robó? Al lado suyo no había nada. El cuerpo tenía golpes en la cabeza, la cara y las piernas. Estos cuatro años fueron difíciles, el dolor por haber perdido a mi hijo lo voy a tener hasta mi entierro”.
Por último en la jornada de ayer declaró una mujer que vive en la esquina del lugar donde cayó muerto González, quien recordó haber escuchado el disparo, luego se asomó por la ventana con el marido y vieron que pasó alguien caminando.
Y unos instantes después esta misma persona regresó, se quedó mirando el cuerpo de la víctima y luego se fue caminando. Hoy declararán los testigos citados por la defensa, entre ellos la pareja y la madre de Villanueva, quienes harán referencia a que el joven estaba durmiendo al momento del hecho, y que el Ford Taunus no tenía nada en el interior y además estaba roto.
Datos: El Tribunal está integrado por Elisa Zilli, Marcela Badano y Alejandro Grippo. La fiscal es Matilde Federik y el defensor de Villanueva es marcos Rodríguez Allende.
Con información de
unoentrerios
