Las 19 cosas que todo adolescente debería saber sobre sexo
Viernes 18 de
Septiembre 2015
Claro está a esta altura de las circunstancias que cuerpo y mente constituyen un todo integrado y que no existe ninguna división entre las partes.
Y si bien desde la niñez los procesos madurativos van formando gradualmente las imágenes del cuerpo y sus posibilidades, lo cierto es que los procesos biológicos y psicológicos no siempre va a la par constituyendo una unidad.
Así, el deseo puede convertirse en fuerza imperiosa y durante la adolescencia la biología "apura" al psiquismo del joven a incorporar los cambios corporales y a adaptarlos al entorno. "La percepción y las emociones se abren a un mundo nuevo que incita a conquistarlo. En esta etapa la genitalidad adquiere fuerza de la mano del deseo sexual y pareciera que dominan todo", sintetizó el doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.
Bien podría creerse que dado que los padres de los adolescentes de hoy pertenecen a generaciones más libres, que rompieron con las clásicas pautas rígidas que ceñían los cuerpos de los jóvenes de antaño, parece que haber vivido esas épocas no es garantía para lograr transmitir la rica experiencia del sexo con la libertad y los conocimientos que esa comunicación amerita.
"Aún hay mucha ignorancia, mitos que prevalecen, hipocresía y prejuicios. La ansiedad por saber algo más sobre sexo se busca en otros ámbitos cuando en el hogar no se obtienen respuestas, o los mensajes están sesgados por género, imperativos con misterio y nadie pregunta o ayuda a poner palabras sinceras a lo que el joven siente", consideró Ghedin, quien ejemplificó: "Sos mujer, decile a mamá que te explique", "no hagas eso, yo sé porque te lo digo" y "¿me querés contar qué te pasa?" como las frases que suelen recibir los adolescentes cuando deciden hurgar en casa lo que les pasa.
Tras asegurar que "los adultos se centran en el sexo como si este fuera un objeto que necesita moldearse a ciertas pautas conocidas", el especialista remarcó que "el discurso adulto se disocia a la manera cartesiana: sexo es cuerpo y necesita de la mente, léase de la racionalidad para ser controlado". Pareciera que el sexo prescinde de toda singularidad, como si una ley general abarcara toda la experiencia y existiría un estatuto que regula lo que se puede hacer y lo que no. Si somos individuos, somos únicos, no existe otro sujeto igual. ¿Por qué entonces, algo tan íntimo y personal como la sexualidad debe ser evaluada dentro de las generales de la ley?
Así es que los temores, tontas creencias y mitos con que los adolescentes estrenan su erotismo ponen de relieve las falencias en la educación sexual. Es que por alguna razón, para los adultos la sexualidad sigue siendo inquietante. Y por alguna otra causa el frondoso caudal de frases hechas, cargadas de mensajes y buenas recomendaciones, a ellos no les llega.
Los especialistas coinciden en que "es muy importante hacerles saber que estamos abiertos a hablar de lo que necesiten y crear un espacio de confianza al que pueden acceder en cualquier momento para disipar sus dudas".
En ese sentido, vendrá bien el siguiente inventario de sugerencias nuevo, más realista y adaptado a las nuevas circunstancias de la sociedad y de los jóvenes, que busca evitar la arriesgada decisión de dejarles a su libre albedrío.
Con información de
Infobae