De la prostitución sagrada a la esclavitud sexual
Sábado 07 de
Noviembre 2015
La prostitución representa, para una mujer, el hecho de alquilar su cuerpo, pudiendo en otro orden la venta del mismo ser asimilada al casamiento por interés... Pero esta actividad puede convertirse también en una forma de esclavitud cuando otra persona se apropia de las ganancias que de ella derivan.
La historia nos la muestra bajo sus diferentes aspectos, a veces, lujo y libertad, más frecuentemente, miseria y opresión.
Prostitución sagrada
La prostitución es evocada en el primer libro de la Biblia, que cuenta cómo Judá, hijo de Jacob y hermano de José, se dejó seducir por su nuera disfrazada de prostituta (Génesis 38, 15).
También aparece en un texto mesopotámico mucho más antiguo, la epopeya de Gilgamesh, lo que podría justificar su calificación de "oficio más viejo del mundo". La Mesopotamia, lugar de nacimiento de las ciudades, de la agricultura, de la escritura, de la astronomía y muchas otras cosas, ¡puede vanagloriarse de haber inventado también la prostitución!
Ligada al culto de la fecundidad, es practicada en Babilonia en el templo de la diosa Ishtar por jóvenes muchachas educadas a tal efecto desde su más joven edad, iniciadas en música, canto y danza. Su actividad provee a las necesidades del templo y les vale estima y respeto. Se las llama ishtaritu.
Esta prostitución sagrada era también practicada por mujeres comunes, según el relato horrorizado que de ello hizo Herodoto, viajero griego del siglo V a.C.: "Cada mujer del país, una vez en la vida, debe unirse a un extranjero en el templo de Afrodita (Ishtar). Cuando una mujer está sentada allí, debe esperar para poder regresar a su casa a que un extranjero le haya arrojado dinero en las rodillas y se haya unido a ella en el interior del tempo (...). Cuando se ha unido al hombre, está dispensada de su deber hacia la diosa y puede volver a su hogar" (Los nueve libros de la Historia).
¿Es tal vez en recuerdo de esta práctica que el Apocalipsis de San Juan describirá a Babilonia como "la gran prostituta"?
Pero la prostitución sagrada es también conocida en otros lugares, como Corinto, en el templo de Afrodita, y Jerusalén, donde fue abolida hacia el 640 a.C. por el rey Josías, quien impuso al mismo tiempo el monoteísmo.
Se la encuentra también en el sur de la India, donde, desde el siglo VII de nuestra era, hasta la ocupación inglesa, las danzas y el sexo son asociados a ciertos dioses. Como en Babilonia, los templos hindúes tienen a su servicio a bailarinas y a devadasi (siervas de Dios) de costumbres muy libres.
Mientras que las religiones panteístas se adaptan de buen grado a la prostitución, no sucede lo mismo con las religiones monoteístas, que la mantienen a distancia y la reprueban: "No habrá prostitución sagrada entre las hijas de Israel, ni prostituto sacro entre los hijos de Israel" (Deuteronomio 23,18).
Los Evangelios subrayan no obstante la compasión de Cristo por las prostitutas despreciadas por los biempensantes, es decir, los fariseos.
Con información de
Infobae