CÓRDOBA
La amenaza a la beba levantó al pueblo
Jueves 02 de
Junio 2016
Unos 300 vecinos de Colonia Tirolesa protestaron por una serie de asaltos contra domicilios. En uno de los últimos robos, una banda golpeó a un joven y le apoyó un arma a su hijita. Hay un solo patrullero para esa población. Intendente dice que la Provincia no lo ayuda.
El muchacho barbado está parado en la plaza con sus manos en los bolsillos. Su rostro desencajado refleja la amarga pesadilla sufrida días atrás. Está allí, con su cuerpo, pero su cabeza definitivamente está en otro sitio. Se le nota el esfuerzo por no llorar de bronca e impotencia. Una vecina se acerca, lo abraza, le dice algo al oído y se marcha. Otros pobladores, de a uno, harán lo mismo.
Es Federico García. El viernes último sufrió una tarde de espanto en su vivienda de la localidad de Colonia Tirolesa, 20 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba, a manos de cuatro delincuentes muy violentos.
El joven fue golpeado, maniatado y maltratado con una bolsa en la cabeza por los ladrones, que buscaban lo que quieren todos: dinero y joyas.
Lo más cruel sucedió cuando uno de los asaltantes tomó a su beba de nueve meses y le apoyó un arma en el cuerpito, para convencerlo de que entregara unos dólares que él no tenía. Como si no hubiera sido suficiente, amenazaron con secuestrarla.
Antes de huir en el Volkswagen Bora del muchacho, repleto de objetos robados, el cabecilla de la banda dijo socarronamente: “¿Qué hacemos con este? ¿Lo cagamos de un tiro?”. Y arrancaron.
Ayer los vecinos de Colonia Tirolesa, una población históricamente agrícola y hoy convertida en una ciudad dormitorio, ya que muchos viven allí pero trabajan en la Capital, salieron a protestar por la seguidilla delictiva y a reclamar móviles y policías.
El violento asalto con la beba usada casi de rehén fue la gota que colmó un vaso que de paciencia tenía casi nada.
Los asaltos contra familias y los robos contra casas sin moradores se vienen repitiendo de forma permanente y creciente en los últimos meses.
Lo que causa temor y preocupación es que muchos son violentos, algo que solía ser exclusivo de las grandes ciudades.
Anoche, unos 300 vecinos se congregaron en la plaza del pueblo, frente a la comisaría, para exigir respuestas. El frío y el garrotillo que caía por momentos no fueron impedimentos.
Los vecinos exigieron policías y patrulleros con nafta.
¿Alguien reclama gendarmes como en otras poblaciones cordobesas y en algunos barrios de la ciudad de Córdoba? Aún no hay una posición definida en Colonia Tirolesa.
“Que vengan ya los gendarmes”, brama Pablo, comerciante. “No sé si es la solución, porque van a estar un tiempo y se van a ir”, retruca Valeria, una docente.
Los pobladores piden que alguien los cuide y los proteja.
Un cura los juntó
La reunión en la plaza fue motorizada, en parte, por el cura párroco Munir Bracco, un sacerdote preocupado por la situación.
“Hemos efectuado varios pedidos al Ministerio de Seguridad de Córdoba pidiendo móviles y policías, y no hemos tenido respuestas”, dijo el intendente, Oscar Lauret, frente a los vecinos.
“No sé si pedir gendarmes es la solución. La responsabilidad es del Gobierno de Córdoba. No hay que echarles la culpa a los policías de acá, hacen lo que pueden y con lo que tienen...”, dijo el funcionario.
De a uno, los vecinos fueron relatando los robos sufridos, sus temores y sus broncas.
“Seguí reclamando ‘Cacho’ –dijo un joven dirigiéndose al intendente–, nosotros te vamos a salir a bancar. No damos más”. Muchos asintieron.
Algunos propusieron poner cámaras. Otros controlar a los foráneos que llegan al pueblo. No hubo acuerdos. Pero si no hay respuestas, volverán a protestar en las calles.
Abusaron de una mujer
De boca de los pobladores se escucharon toda clase de robos y violentos asaltos: que un productor rural fue atacado y sufrió el robo de una fortuna; que un criador de chanchos fue golpeado y estuvo a punto de ser secuestrado; que varios domicilios fueron atacados y vaciados.
El caso más serio tuvo por víctima a una mujer que fue abusada sexualmente, en su casa, mientras su marido estaba maniatado y amenazado.
Con información de
lavoz
