CORDOBA
Tenían una empresa de transporte, pero en realidad eran "piratas del asfalto" y ahora los podrían acusar de 300 robos
Miércoles 13 de
Julio 2016
La empresa de transporte que tenía la familia Quinteros, oriunda de Tucumán pero radicada en Jesús María, en Córdoba, era legal. Sus más de 20 camiones estaban habilitados para transportar mercadería por todo el país.
Sus más de 20 camiones estaban habilitados para transportar mercadería por todo el país. Pero todo indica que se trataba de una pantalla y que, en realidad, el clan familiar era una de las organizaciones más importantes de "piratas del asfalto" de la Argentina, banda que en los últimos seis años habría protagonizado más de 300 "auto robos".
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. La investigación estuvo a cargo del fiscal Facundo Flores, de la Unidad Especial de Investigación de Delitos cometidos contra el Transporte de Cargas del Departamento Judicial de Zárate-Campana y, en las últimas horas, detectives de la Gendarmería Nacional detuvieron a seis sospechosos acusados de los deltios de asociación ilícita en concurso real y defraudación por administración infiel.
Cuatro de los detenidos son integrantes de la familia Quinteros y los otros dos son choferes que trabajaban para la organización criminal. Los operativos de la Unidad Especial de Inteligencia Buenos Aires Sur de la Gendarmería Nacional en Jesús María, Colonia Caroya y Villa Retiro, un barrio cercano a la capital cordobesa donde la banda de "piratas del asfalto" tenía los depósitos donde ocultaba la mercadería hasta que era "colocada" en el mercado ilegal.
"Hay un mérito enorme del fiscal Flores. Hizo una investigación paciente y certera. Se pudo desbaratar a una organización que operaba en todo el país. Es un logro importante para la actividad transportista que era la perjudicada por la banda", sostuvo a LA NACION Oscar Farinelli, responsable del Departamento de Seguridad, Fiscalización y Logística de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac).
Sólo en la provincia de Tucumán, la banda liderada por la familia Quinteros habría cometido 250 hechos. También sospechan que actuó en Santiago del Estero, la ciudad de Buenos Aires y el conurbano. Según los investigadores, robaba todo tipo de mercadería como alimentos no perecederos, bebidas energizantes, electrodomésticos y artículos de electrónica como computadores y teléfonos celulares.
"Si bien se sospecha que la organización criminal protagonizó más de 300 hechos delictivos es incalculable el valor de la estafa a las empresas de logística y transporte. Se trata de de un negocio ilegal millonario", dijo a LA NACION una fuente judicial.
En los allanamientos hechos en Córdoba, los detectives de la Gendarmería Nacional secuestraron siete camiones, seis semirremolques, tres camionetas marcas Toyota Hilux y BMW; un auto, diez bidones de pólvora, unas 5000 ovijas, cajas de fulminantes, computadoras y teléfonos celulares, 50.000 pesos en efectivo y 70.000 pesos en cheques y documentación referida a la maniobra ilícita investigada.
Según explicaron a LA NACION las fuentes consultadas, el modus operandi de la organización criminal siempre era el mismo: una firma de logística contrataba el servicio de las empresas de la familia Quinteros para llevar mercadería a distintos puntos del país y los sospechosos después desvían la carga a sus depósitos de Villa Retiro, en Córdoba, y presentaban una denuncia falsa en una comisaría.
"Para concretar el plan criminal sin sobresaltos, los choferes una vez que tenían cargada la mercadería le mandaban por whatapps a los jefes de la banda una foto del remito y en Córdoba, los Quinteros se encargaban de hacer un remito falso para poder circular sin inconvenientes cuando tenían colocada la mercadería", dijo a LA NACION un investigador del caso.
La sospecha es que la banda criminal revendía la mercadería en el interior del país. "Cuando ya tenían la mercadería guardada en sus depósitos, presentaban una denuncia escrita en alguna comisaría cualquiera y a la empresa de logística que los había contratado le mandaban una copia junto con una carta documento donde contaban el supuesto robo", sostuvo una calificada fuente judicial.
En todas las denuncias simulaban el "auto robo" y decían que los choferes de la empresa habían sido interceptados por delincuentes armados que se habían llevado la mercadería. El fiscal Flores, que también es director de la Asociación Internacional de Investigadores del Robo de Autos (IAATI, por sus siglas en inglés), comenzó la investigación hace 12 meses.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. La investigación estuvo a cargo del fiscal Facundo Flores, de la Unidad Especial de Investigación de Delitos cometidos contra el Transporte de Cargas del Departamento Judicial de Zárate-Campana y, en las últimas horas, detectives de la Gendarmería Nacional detuvieron a seis sospechosos acusados de los deltios de asociación ilícita en concurso real y defraudación por administración infiel.
Cuatro de los detenidos son integrantes de la familia Quinteros y los otros dos son choferes que trabajaban para la organización criminal. Los operativos de la Unidad Especial de Inteligencia Buenos Aires Sur de la Gendarmería Nacional en Jesús María, Colonia Caroya y Villa Retiro, un barrio cercano a la capital cordobesa donde la banda de "piratas del asfalto" tenía los depósitos donde ocultaba la mercadería hasta que era "colocada" en el mercado ilegal.
"Hay un mérito enorme del fiscal Flores. Hizo una investigación paciente y certera. Se pudo desbaratar a una organización que operaba en todo el país. Es un logro importante para la actividad transportista que era la perjudicada por la banda", sostuvo a LA NACION Oscar Farinelli, responsable del Departamento de Seguridad, Fiscalización y Logística de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac).
Sólo en la provincia de Tucumán, la banda liderada por la familia Quinteros habría cometido 250 hechos. También sospechan que actuó en Santiago del Estero, la ciudad de Buenos Aires y el conurbano. Según los investigadores, robaba todo tipo de mercadería como alimentos no perecederos, bebidas energizantes, electrodomésticos y artículos de electrónica como computadores y teléfonos celulares.
"Si bien se sospecha que la organización criminal protagonizó más de 300 hechos delictivos es incalculable el valor de la estafa a las empresas de logística y transporte. Se trata de de un negocio ilegal millonario", dijo a LA NACION una fuente judicial.
En los allanamientos hechos en Córdoba, los detectives de la Gendarmería Nacional secuestraron siete camiones, seis semirremolques, tres camionetas marcas Toyota Hilux y BMW; un auto, diez bidones de pólvora, unas 5000 ovijas, cajas de fulminantes, computadoras y teléfonos celulares, 50.000 pesos en efectivo y 70.000 pesos en cheques y documentación referida a la maniobra ilícita investigada.
Según explicaron a LA NACION las fuentes consultadas, el modus operandi de la organización criminal siempre era el mismo: una firma de logística contrataba el servicio de las empresas de la familia Quinteros para llevar mercadería a distintos puntos del país y los sospechosos después desvían la carga a sus depósitos de Villa Retiro, en Córdoba, y presentaban una denuncia falsa en una comisaría.
"Para concretar el plan criminal sin sobresaltos, los choferes una vez que tenían cargada la mercadería le mandaban por whatapps a los jefes de la banda una foto del remito y en Córdoba, los Quinteros se encargaban de hacer un remito falso para poder circular sin inconvenientes cuando tenían colocada la mercadería", dijo a LA NACION un investigador del caso.
La sospecha es que la banda criminal revendía la mercadería en el interior del país. "Cuando ya tenían la mercadería guardada en sus depósitos, presentaban una denuncia escrita en alguna comisaría cualquiera y a la empresa de logística que los había contratado le mandaban una copia junto con una carta documento donde contaban el supuesto robo", sostuvo una calificada fuente judicial.
En todas las denuncias simulaban el "auto robo" y decían que los choferes de la empresa habían sido interceptados por delincuentes armados que se habían llevado la mercadería. El fiscal Flores, que también es director de la Asociación Internacional de Investigadores del Robo de Autos (IAATI, por sus siglas en inglés), comenzó la investigación hace 12 meses.
Con información de
La Nación
