Lifschitz dijo estar a favor de "una prisión preventiva bien otorgada"

Lunes 02 de Enero 2017

El gobernador aseguró que esa herramienta "puede evitar hechos de violencia mayor o incluso homicidios". Dijo que se le dio otra impronta a la policía y que el balance en seguridad fue positivo
El martes pasado el gobernador Miguel Lifschitz recibió a Diario UNO en su despacho para hacer un balance de su primer año de gestión y de lo que se viene en un año electoral. El mandatario santafesino valoró el trabajo de José Luis Amaya como jefe de la policía, negó que se haya puesto el foco en resolver los problemas de Rosario por sobre Santa Fe, repartió responsabilidades con la Justicia y se refirió al futuro político del Frente Progresista.
—Gobernador, ¿qué balance hace de su primer año de gestión?
—Yo hago un balance positivo teniendo en cuenta las condiciones generales, el contexto del país, lo que ocurrió en la Argentina durante el año. Considerando nuestro punto de partida el 11 de diciembre de 2015 y esta llegada al fin del primer año, creo que marca un crecimiento sostenido de la gestión que se ha ido afirmando con el correr del tiempo. Arrancamos con complicaciones climáticas con las inundaciones que desde enero hasta mayo nos tuvieron ocupados en todo el territorio provincial; luego los conflictos de la economía y los impactos que eso tuvo sobre las economías regionales y otros sectores de la economía de la provincia; también algunos conflictos políticos con el gobierno nacional, pero todo eso lo fuimos solucionando y revirtiendo y terminamos el año con una provincia en crecimiento, con un aparato productivo que en buena medida se recuperó, con un altísimo nivel en obra pública que es inédito en los últimos años, con buena relación con la Legislatura, buena convivencia en el marco del Frente Progresista a pesar de los pronósticos agoreros que había a principios de año. Eso hace un balance positivo y nos hace aventurarnos a mirar el futuro de manera positiva.
—¿Y en materia de seguridad?
—Iniciamos la gestión con la seguridad como el tema más complejo, pero además con mucho descreimiento de la opinión pública respecto de nuestra capacidad de enfrentar el problema con improntas y herramientas distintas de las gestiones anteriores. Y fuimos demostrando durante el año capacidad de gobierno de la seguridad y, como una metáfora, digo que pudimos subirnos arriba de un caballo desbocado y no solo mantenernos sobre la montura sino también agarrar las riendas. Si bien tuvimos un pico de sensibilidad pública y movilización ciudadana en agosto por algunos hechos puntuales que se dieron en la ciudad de Rosario, creo que en el balance global hay una sensación de que el tema está mejor manejado. Por otro lado, los índices concretos también muestran un descenso interesante prácticamente en todos los delitos y en los homicidios, que es el dato más duro y preocupante.
—Sin embargo, en La Capital crecieron más de un 10% los homicidios respecto a 2015, ¿eso se debe a que el foco de atención se puso más en Rosario que en la ciudad de Santa Fe?
—No, porque no hubo ningún cambio de presencia de fuerzas policiales o federales en un lugar o en el otro. Evidentemente, las conducciones policiales tienen que ver con la eficacia en la tarea de prevención. Advertimos que hubo un cambio importante a partir de la asunción de José Luis Amaya como jefe de policía; creemos que hay otra impronta que se le está dando a la policía que tiene más que ver con lo que pretendemos. También se produjo un cambio en la Regional I, que fue coincidente con la presencia de fuerzas federales, creo que las dos cosas contribuyeron, si bien tuvimos un pico alto en los primeros meses, a que haya un descenso en esta última parte. Obviamente aspiramos a consolidar este proceso el año próximo.
—¿Qué le va a pedir al ministro Maximiliano Pullaro para el 2017?
—Esperamos que los cambios y las inversiones que hicimos este año tengan más impacto en el 2017. Lo que estamos trabajando con Pullaro es sostener el nivel de inversión en equipamiento, redoblar el esfuerzo en formación y capacitación de personal. Por otro lado, hacemos una fuerte apuesta a la justicia penal con el ingreso de 42 fiscales, con los nuevos concursos de los fiscales regionales, del nuevo fiscal general, la creación de la policía judicial a partir de marzo, eso va a contribuir a mejorar la seguridad y habrá un fuerte acento en el trabajo social, con los jóvenes en los barrios donde hemos multiplicado los recursos y eso también impacta en el mediano plazo.
—En febrero de 2017 se cumplen tres años del nuevo sistema de justicia penal, ¿fue positivo el cambio?
—En general todos hacen una valoración positiva. Está claro que en el correr del tiempo el sistema fue mejorando y sobre todo este año se notó una acción más decidida, mayor rapidez para esclarecer una importante cantidad de causas. Creo que el cambio de las cabezas, sobre todo del Ministerio Público de la Acusación (MPA) y de los fiscales regionales (esos cargos se renuevan en abril de 2017), va a contribuir a darle nuevo impulso y el refuerzo de la estructura también. Apostamos a que el año próximo sea un año de resultados y de logros para la justicia penal.
—En la Legislatura se debatieron cambios al Código Procesal Penal (CPP) que finalmente no salieron y en esa discusión los legisladores le pidieron a los fiscales un mayor compromiso. Pero los fiscales se quejaron de la falta de recursos. ¿De quién es la responsabilidad para que funcione el nuevo sistema?
—Siempre todo el mundo trata de poner el problema en el otro lugar. Hay algunos cambios en el CPP que son necesarios y espero que los legisladores se pongan de acuerdo y los sancionen en febrero. Eso es muy necesario porque es fruto de la experiencia de los fiscales en estos casi tres años y las fallas que se fueron detectando y que hay que corregirlas. Recursos a la justicia penal no le faltaron. Al contrario, hemos puesto muchos y vamos a seguir poniendo. No acepto que se ponga el tema de los recursos como un impedimento y nos dispusimos a ampliar los presupuestos, a designar más de 40 fiscales nuevos, invertimos en infraestructura, en Rosario estamos terminando el nuevo edificio de la justicia penal y avanzando en Santa Fe. Recursos no les van a faltar.
—Uno de los puntos donde se trabó la discusión de los cambios al CPP fue la prisión preventiva. ¿Cuál es su postura en ese tema?
—Yo acuerdo con lo que estaba en el proyecto que vino del Senado. Hay que darles más herramientas a los fiscales, con sentido común, con un criterio de defensa de los derechos individuales de las personas, para que puedan resolver ese tipo de cuestiones. Después, cuando ocurren los hechos trágicos nadie se hace responsable. Pero en muchos casos una prisión preventiva bien otorgada, con todas las garantías, puede evitar hechos de violencia mayor o incluso homicidios.
—Al cumplirse los tres años del nuevo sistema, si los fiscales no toman cartas en el asunto, se caen las causas del viejo sistema y entre ellas hay muchas de impacto social como la de la inundación de 2003, la del Puerto de Santa Fe, la del Club Colón, entre otras. ¿Dejará esas causas en manos de los fiscales o pedirá una prórroga de un año?
—Eso lo estamos conversando con el ministro de Justicia (Ricardo Silberstein). De ninguna manera la conclusión del viejo sistema puede significar la impunidad en aquellas causas de impacto social y que tienen interés particular de la sociedad para que continúen abiertas. En esos casos vamos a proponer que las causas se mantengan abiertas.
—¿Eso lo enviará a extraordinarias?
—Exactamente.
La economía
—Con la salida de Prat Gay y la llegada de Luis Caputo y Nicolás Dujovne, ¿qué espera para el año que viene?
—Me sorprendió la salida de Prat Gay pero en una economía que ya de por sí tenía algunos interrogantes sobre cómo iba a evolucionar, el cambio de ministro le agrega otra cuota de incertidumbre. De las personas que llegan no tengo demasiadas referencias. A Caputo lo conozco porque estaba en el equipo de Prat Gay y a Dujovne solo por sus opiniones como periodista económico, no sé cuál será su experiencia y capacidad en la gestión pública.
Habrá que verlo operando en el terreno. La sensación es que no va a haber grandes cambios.
—La Argentina tiene un 32% de la población debajo de la línea de la pobreza, ¿hay números de la provincia?
—Nosotros no tenemos datos particulares de la provincia, pero normalmente estamos en los promedios nacionales. Es probable que Santa Fe tenga una situación parecida.
—¿Cómo se sale de esa situación que es estructural y que ya viene de años?
—Salir de la pobreza tiene que ver con políticas macroeconómicas, de inclusión social, redistribución de la riqueza, políticas tributarias. Son de los grandes temas que ni durante el gobierno anterior y mucho menos ahora se ponen en debate. Por ejemplo, todos los analistas coinciden en que la matriz tributaria de la Argentina es regresiva, donde ponen proporcionalmente mucho más los que menos tienen que los poderosos.
—En la discusión por el bono de fin de año varios gremios estatales pidieron adelantar las paritarias a enero, ¿cuándo se los va a convocar?
—Tenemos diálogo con todos los gremios e iremos conversando y analizando cuándo es el momento más adecuado para hacerlo. Normalmente empiezan entre enero y febrero las primeras reuniones.
—¿La que se viene va a ser una discusión más difícil que la del año pasado?
—Siempre las discusiones salariales son difíciles. Tienen un nivel de exigencia de parte de los gremios, que uno las entiende como legítimas porque habiendo números altos de inflación siempre hay una sensación, y es la realidad, de que los salarios van perdiendo la carrera con la inflación. También pasa con las finanzas de los estados subnacionales que nunca actualizan sus recursos de la misma manera que la inflación. Con lo cual, en todo caso, es una discusión entre perdedores. Los ganadores de la inflación son los grandes grupos económicos que tienen espalda para protegerse y el gobierno nacional que, en todo caso, puede recurrir a la emisión monetaria o al financiamiento externo. Pero no es nada nuevo, así que vamos a intentar como lo hicimos el año pasado, a través del diálogo con los gremios, buscar una salida lo más acordada y razonable posible y mirando la realidad del resto de las provincias.
 
Elecciones y política
—Con la unificación de las elecciones, ¿en 2017 se va a plebiscitar su gestión o la de Mauricio Macri?
—Fundamentalmente la gestión nacional, en principio. Porque las elecciones al ser simultáneas se van a nacionalizar y los diputados nacionales tienen que ver con los proyectos nacionales. Pero en Santa Fe, al existir un gobierno provincial de distinto signo, en alguna medida, es una vara que mide al gobierno provincial. Vamos a ver cómo se da el escenario, pero está claro que a mí me conviene que nuestra lista de diputados gane y a Macri también. En ese punto, los dos vamos a buscar buenos resultados.
—¿Su lista de diputados va a tener radicales o, como sugirió José Corral, la de Cambiemos va a tener socialistas?
—Que la lista de Macri tenga socialistas es imposible porque no está dentro del esquema y de la posibilidad de alianzas del Partido Socialista. Lo que sí es probable es que nosotros tengamos una lista que integren candidatos de diferentes partidos del Frente Progresista, incluido el radicalismo.
—¿Eso le generó algún ruido en la comunicación con sectores del radicalismo o con el propio Corral?
—Obviamente todos aceptamos que tenemos miradas distintas sobre el escenario nacional y que tenemos interés en mantener el Frente Progresista en la provincia. En la medida que seamos respetuosos de esa realidad, creo que es perfectamente compatible o asimilable que podamos tener listas comunes a nivel local y en el ámbito de diputados nacionales más de una posición, no es la primera vez que ocurre. Desde 1995, que fue la primera vez que concurrimos juntos a elecciones, hasta hoy fueron más las elecciones que fuimos con posiciones distintas que en común.
—¿Confía que el Frente siga con vida incluidas las elecciones de 2019?
—Bueno, hasta el 2019 seguro. Después habrá que ver porque ese va a ser un punto de inflexión, no hay dudas. Ahí se discute el gobierno provincial, el de las ciudades más importantes y el nacional. Allí sí va a ser un punto de inflexión, pero faltan tres años.
—¿El año que viene va a seguir trabajando con el mismo gabinete?
—Sí, no tengo previsto cambios al menos en las primeras líneas, la de los ministros. Lógicamente que aspiro a que todos den un poco más de lo que dieron este año. Vamos a exigir, pero estoy conforme con el equipo, creo que formamos un buen equipo y creo que el año que viene puede ser mejor en términos de resultados.
Con información de UNO

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