Educar con fotocopias como una de las alternativas ante la crisis económica
Domingo 15 de
Abril 2018
Advierten las dificultades para el acceso a los materiales de estudio en Concordia y la caída en las ventas de los libros para el ciclo lectivo
No es un dato menor el hecho de que la mayoría de los estudiantes y en todos los niveles educativos de Concordia aprendan con material fotocopiado, como tampoco lo es señalar que esta práctica, en aumento, es la respuesta a una situación de crisis desatada en el acceso a materiales de estudio.
Basta recorrer las calles cercanas a las escuelas para ver largas colas de estudiantes, docentes y padres esperando en las puertas de las casas de fotocopias para comprar los ejemplares que diferentes instituciones van dejando para cada curso.
"En los últimos años cayó notoriamente la compra de libros nuevos para el inicio del ciclo lectivo", así lo comenta a UNO Concordia la propietaria de una de las librerías más reconocidas de la ciudad. "Sé que suena contradictorio –dijo– pero es muy costoso para una familia con dos o tres hijos comprar todos los libros de estudio, casi todos van a las fotocopiadoras, este año se notó mucho más con relación a otros".
Es necesario advertir que fotocopiar materiales restringidos por derechos de autor es un delito, sea con o sin fines de lucro, sean obras enteras o meros fragmentos. Pero, ¿quién se atrevería a poner un fin a este hábito que le hace frente a un monstruo comercial?
La librera explicó que los textos para estudiantes son muy caros y son un negocio de temporada para las editoriales.
"A nosotros no nos deja mucha ganancia, solo el 20%, pero los traemos para cumplir con nuestros clientes –como un servicio– a quienes sí compran lectura complementaria, que por otra parte, viene creciendo", agregó.
"Es lamentable que no exista una editorial que permita ediciones genéricas, que puedan ser accesibles, en cuanto a impresión –dijo una de las vendedoras– porque no es lo mismo estudiar con un material a color, que permita una lectura cómoda y ordenada, que con uno fotocopiado. Imaginate un libro de inglés para un nene de 1º grado, los colores, los dibujos y hasta la calidad de la impresión influyen".
"En Concordia hay tres escuelas de educación privada que prohíben a sus alumnos el uso de material fotocopiado, eso también marca una diferencia", afirmó la comerciante.
En una de las casas de fotocopiadoras locales señalaron a que el trabajo es constante todo el año, aunque, aclararon: "Durante el comienzo del ciclo lectivo llegan a imprimir y anillar unos 150 textos diarios. Los estudiantes no quieren gastar en libros que solo usan un año y los docentes entienden la realidad económica de muchos hogares y prefieren trabajar con material impreso en nuestro local".
Los docentes prefieren postergar el uso del libro, para que la mayor parte de los alumnos pueda conseguir el material de lectura, aunque sea las fotocopias.
Silvia, una docente de nivel Primario explicó: "Para el comienzo de clases solo pedimos que traigan los útiles, y recién a partir de abril comenzamos a trabajar con los libros. A veces las editoriales nos regalan una edición promocional para el curso y nosotras la dejamos para que hagan las fotocopias", dijo, y agregó: "Hace tres años que no pedimos el 'libro de lectura' pero sí el material, es una forma de que todos accedan a la misma bibliografía y trabajen con las guías de ejercicios".
Todo es cuestión de plata
La diferencia en términos económicos es importante, mientras que un manual para nivel Primario cuesta entre 400 a 600 pesos, el mismo material fotocopiado solo 200, pero la calidad de impresión y los colores que se pierden son siempre en detrimento de los estudiantes.
La lectura en papel, de acuerdo a lo aportado por la Neurociencia, permite retener la información mucho más tiempo que la de manera digital, es por eso que como soporte para el estudio tiene tanta vigencia. También es cierto que el diseño e impresión que tienen los manuales son un valor agregado –también desde lo pedagógico– y hoy se les está negando a los estudiantes como consecuencia del devenir económico y de una industria editorial que no logra achicar la brecha entre lectores y precios.
Un dato de reseña para una problemática nueva, para aquellos que recuerdan cuando los manuales se heredaban entre hermanos, o se vendían en las tradicionales ferias de libros usados en las escuelas, que dio por finalizada la actualización bibliográfica.
Basta recorrer las calles cercanas a las escuelas para ver largas colas de estudiantes, docentes y padres esperando en las puertas de las casas de fotocopias para comprar los ejemplares que diferentes instituciones van dejando para cada curso.
"En los últimos años cayó notoriamente la compra de libros nuevos para el inicio del ciclo lectivo", así lo comenta a UNO Concordia la propietaria de una de las librerías más reconocidas de la ciudad. "Sé que suena contradictorio –dijo– pero es muy costoso para una familia con dos o tres hijos comprar todos los libros de estudio, casi todos van a las fotocopiadoras, este año se notó mucho más con relación a otros".
Es necesario advertir que fotocopiar materiales restringidos por derechos de autor es un delito, sea con o sin fines de lucro, sean obras enteras o meros fragmentos. Pero, ¿quién se atrevería a poner un fin a este hábito que le hace frente a un monstruo comercial?
La librera explicó que los textos para estudiantes son muy caros y son un negocio de temporada para las editoriales.
"A nosotros no nos deja mucha ganancia, solo el 20%, pero los traemos para cumplir con nuestros clientes –como un servicio– a quienes sí compran lectura complementaria, que por otra parte, viene creciendo", agregó.
"Es lamentable que no exista una editorial que permita ediciones genéricas, que puedan ser accesibles, en cuanto a impresión –dijo una de las vendedoras– porque no es lo mismo estudiar con un material a color, que permita una lectura cómoda y ordenada, que con uno fotocopiado. Imaginate un libro de inglés para un nene de 1º grado, los colores, los dibujos y hasta la calidad de la impresión influyen".
"En Concordia hay tres escuelas de educación privada que prohíben a sus alumnos el uso de material fotocopiado, eso también marca una diferencia", afirmó la comerciante.
En una de las casas de fotocopiadoras locales señalaron a que el trabajo es constante todo el año, aunque, aclararon: "Durante el comienzo del ciclo lectivo llegan a imprimir y anillar unos 150 textos diarios. Los estudiantes no quieren gastar en libros que solo usan un año y los docentes entienden la realidad económica de muchos hogares y prefieren trabajar con material impreso en nuestro local".
Los docentes prefieren postergar el uso del libro, para que la mayor parte de los alumnos pueda conseguir el material de lectura, aunque sea las fotocopias.
Silvia, una docente de nivel Primario explicó: "Para el comienzo de clases solo pedimos que traigan los útiles, y recién a partir de abril comenzamos a trabajar con los libros. A veces las editoriales nos regalan una edición promocional para el curso y nosotras la dejamos para que hagan las fotocopias", dijo, y agregó: "Hace tres años que no pedimos el 'libro de lectura' pero sí el material, es una forma de que todos accedan a la misma bibliografía y trabajen con las guías de ejercicios".
Todo es cuestión de plata
La diferencia en términos económicos es importante, mientras que un manual para nivel Primario cuesta entre 400 a 600 pesos, el mismo material fotocopiado solo 200, pero la calidad de impresión y los colores que se pierden son siempre en detrimento de los estudiantes.
La lectura en papel, de acuerdo a lo aportado por la Neurociencia, permite retener la información mucho más tiempo que la de manera digital, es por eso que como soporte para el estudio tiene tanta vigencia. También es cierto que el diseño e impresión que tienen los manuales son un valor agregado –también desde lo pedagógico– y hoy se les está negando a los estudiantes como consecuencia del devenir económico y de una industria editorial que no logra achicar la brecha entre lectores y precios.
Un dato de reseña para una problemática nueva, para aquellos que recuerdan cuando los manuales se heredaban entre hermanos, o se vendían en las tradicionales ferias de libros usados en las escuelas, que dio por finalizada la actualización bibliográfica.
Con información de
unoentrerios
El gobierno firmó convenios con municipios y comunas para la construcción de 1000 nuevas aulas con mejor tecnología y comodidades para los alumnos.
— 𝗠𝗮𝘅𝗶 𝗥𝗼𝗺𝗲𝗿𝗼 (@MaxiRomero22) April 25, 2024
La inversión se realizará supuestamente en el marco del #PlanAbreEscuelas.
NO HUBO REPRESENTACIÓN DOCENTE INVITADA AL EVENTO. Como… pic.twitter.com/eDR3dKEv3V