La triste niñez de Recondo atrapado en ritos umbandas
Jueves 05 de
Septiembre 2013
Gastón Recondo está por casarse con su novia, Valeria Marcovecchio, tras separarse de su primera mujer, con la que tuvo a sus tres hijos. El periodista deportivo habló del tema con la revista Pronto y, en medio de la entrevista, reveló detalles de algunos desagradables episodios que vivió durante su infancia.
El panelista de Bendita mantiene una buena relación con su ex, ya que no quiere repetir la historia que le tocó sufrir de chico. “Soy hijo único. Mis papás se separaron cuando tenía tres años y fue muy conflictivo. Se disputaban mi tenencia, me pusieron una asistente social y me quedé con mi mamá. Estuve más de un año sin ver a papá”, comenzó a relatar.
Así, Recondo confesó cómo terminó envuelto en una secta umbanda, donde llegó a presenciar ritos en los que se sacrificaban animales. “Un día el juez entendió que lo mejor era que viviera con mi papá y le dio la tenencia. Yo tenía 10 años recién cumplidos y no estaba preparado para que me extirparan de mi mamá. Ella, en la desesperación, cayó en casa de una curandera umbanda y una vez me llevó a mí también”, contó.
“Estuve atrapado con todo eso durante un año y medio. No fue una experiencia para nada agradable. Trato de ser respetuoso de la gente que cree en esos ritos, pero no la pasé bien. En los rituales sucedía de todo: sacrificio de animales, oraciones en idiomas raros, cosas paranormales a las que nunca les descubrí el truco”, recordó el periodista.
Finalmente, encontró refugio en la Parroquia de Lourdes y le dijo a su madre que ya no quería ir más a la casa umbanda. “Tenía 10 años y me daba cuenta de que lo que pasaba ahí no se lo podía contar a nadie, y menos a mi papá. De grande entendí que, si te dicen que no podés contar lo que hiciste, algo está mal y tenés que salir corriendo”, aseguró.
Envuelto en la pelea entre sus padres, Recondo terminó viviendo con una abuela y, luego, con un tío abuelo. “Mi vieja había empeñado hasta los muebles para pagarle a los umbanda. Así es que terminé sexto grado a duras penas y me mandó a vivir con mi tío abuelo, su mujer (que es mi madrina) y mis primos. Ellos son como mis hermanos”, confesó.
Así, Recondo confesó cómo terminó envuelto en una secta umbanda, donde llegó a presenciar ritos en los que se sacrificaban animales. “Un día el juez entendió que lo mejor era que viviera con mi papá y le dio la tenencia. Yo tenía 10 años recién cumplidos y no estaba preparado para que me extirparan de mi mamá. Ella, en la desesperación, cayó en casa de una curandera umbanda y una vez me llevó a mí también”, contó.
“Estuve atrapado con todo eso durante un año y medio. No fue una experiencia para nada agradable. Trato de ser respetuoso de la gente que cree en esos ritos, pero no la pasé bien. En los rituales sucedía de todo: sacrificio de animales, oraciones en idiomas raros, cosas paranormales a las que nunca les descubrí el truco”, recordó el periodista.
Finalmente, encontró refugio en la Parroquia de Lourdes y le dijo a su madre que ya no quería ir más a la casa umbanda. “Tenía 10 años y me daba cuenta de que lo que pasaba ahí no se lo podía contar a nadie, y menos a mi papá. De grande entendí que, si te dicen que no podés contar lo que hiciste, algo está mal y tenés que salir corriendo”, aseguró.
Envuelto en la pelea entre sus padres, Recondo terminó viviendo con una abuela y, luego, con un tío abuelo. “Mi vieja había empeñado hasta los muebles para pagarle a los umbanda. Así es que terminé sexto grado a duras penas y me mandó a vivir con mi tío abuelo, su mujer (que es mi madrina) y mis primos. Ellos son como mis hermanos”, confesó.
Con información de
24con