SANTA FE
La Costanera es una mugre, tras las despedidas estudiantiles
Viernes 30 de
Noviembre 2018
Este viernes al amanecer, cuando el barrendero de Cliba inició su turno de trabajo, se agarró la cabeza. No lo podía creer, pese a que la inconducta ciudadana de muchos vecinos es moneda corriente. Sin embargo Alberto Ramos no se resigna y pugna por un cambio social. Entonces se puso a levantar, una por una, las miles de botellas tiradas en la arena, bolsas con restos de comida, capuchones y bolsitas con restos de drogas y los carteles y tachos de basura quemados durante los fogones que se hacen por la noche.
El reguero de mugre que dejaron anoche los estudiantes que fueron a la Costanera a celebrar el fin de curso no tiene límites. La basura arrojada en la vía pública y en la arena afecta toda la Costanera Este y Oeste, con algunos focos de mayor acumulación sobre todo en los paradores de playas y en el Faro.
“Para que se den una idea, yo entré a mi turno de trabajo a las 6 de la madrugada y tengo que recolectar hasta las 13”, comenzó diciendo Ramos. “Somos cuatro recolectores en este turno, y no vamos a poder alcanzar a recolectar toda esta basura, así que los del turno de la tarde van a trabajar igual que nosotros”, continuó. “Y lo peor es que mañana nos vamos a encontrar exactamente con lo mismo, y el domingo también”.
Ramos tiene un compromiso especial con su trabajo. Por ese motivo da charlas en las escuelas y vecinales donde lo llaman, para tratar de concientizar a toda la población sobre el mantenimiento de la limpieza de la ciudad. “Calculen que un día común yo lleno unas cinco bolsas de basura con mi trabajo. Hoy tengo cien y no sé si me van a alcanzar”, dijo, mientras levantaba botellas de la arena en el parador ubicado junto al Centro de Deportes Municipal, junto al Ceride.
“Para que se den una idea, yo entré a mi turno de trabajo a las 6 de la madrugada y tengo que recolectar hasta las 13”, comenzó diciendo Ramos. “Somos cuatro recolectores en este turno, y no vamos a poder alcanzar a recolectar toda esta basura, así que los del turno de la tarde van a trabajar igual que nosotros”, continuó. “Y lo peor es que mañana nos vamos a encontrar exactamente con lo mismo, y el domingo también”.
Ramos tiene un compromiso especial con su trabajo. Por ese motivo da charlas en las escuelas y vecinales donde lo llaman, para tratar de concientizar a toda la población sobre el mantenimiento de la limpieza de la ciudad. “Calculen que un día común yo lleno unas cinco bolsas de basura con mi trabajo. Hoy tengo cien y no sé si me van a alcanzar”, dijo, mientras levantaba botellas de la arena en el parador ubicado junto al Centro de Deportes Municipal, junto al Ceride.
Con información de
El Litoral