Guaidó llamó a una movilización de apoyo para cuando regrese a Venezuela
Jueves 28 de
Febrero 2019
Juan Guaidó, quien se juramentó como presidente de Venezuela por encargo de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), llamó ayer a sus seguidores a recibirlo con una movilización a su regreso a Caracas, para demostrar que hay una "mayoría" de la población en contra del "usurpador" Nicolás Maduro. Guaidó cruzó el pasado fin de semana la frontera de su país hacia Colombia para apoyar un operativo destinado a hacer ingresar ayuda humanitaria desde Cúcuta. Desde entonces no regresó a Venezuela.
Hoy tiene previsto viajar a Brasil, donde será recibido por el presidente Jair Bolsonaro, y todavía mantiene en reserva la fecha en la que planea volver a Venezuela. La Asamblea Nacional, dominada por el antichavismo, aprobó ayer un pedido de Guaidó para que se le permita salir del país y ausentarse por más de cinco días. "Solicito autorización por parte de este cuerpo legislativo para ausentarme del territorio nacional por un lapso mayor de cinco días contando desde el sábado 23 de febrero", señaló la petición a la que el Parlamento le dio el visto bueno.
Guaidó aclaró que anunciará en "los próximos días" la fecha de su regreso para que sus seguidores puedan acompañarle. "La movilización es la clave del éxito", sostuvo el presidente encargado, a quien el presidente Nicolás Maduro le advirtió que puede ser detenido porque existen resoluciones judiciales que le impedían salir del país.
En tanto, en Washington, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) advirtió que Maduro se enfrenta a una "prueba de fuego" ante el inminente regreso de Guaidó. "Sin duda hay preocupación, yo creo que va a ser una prueba de fuego porque el gobierno anunció que podría o habrían promovido acciones judiciales contra Guaidó", dijo el comisionado Francisco José Eguiguren, relator de Venezuela en el organismo interamericano.
En opinión de Eguiguren, la detención de Guaidó supondría "un paso siguiente en la represión política" y pondría en evidencia que el Estado usa su poder punitivo para perseguir judicialmente a disidentes políticos, una preocupación que expresó anteriormente el organismo.
En tanto, representantes de más de 20 gobiernos, entre ellos el de Argentina, boicotearon ayer un discurso del canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, en el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU, y abandonaron la sala apenas éste ingreso en ella para pronunciar su discurso. A la acción, coordinada por los países que integran el Grupo de Lima, se sumaron Ecuador, Australia e Israel, mientras que la Unión Europea (UE) redujo su representación diplomática durante la intervención del funcionario chavista.
La iniciativa estuvo liderada por las misiones diplomáticas de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú ante la ONU en Ginebra, quienes poco después emitieron un comunicado conjunto en el que explicaron que sus respectivos gobiernos no reconocen la legitimidad del actual mandato de Maduro como presidente ni de sus funcionarios. Estas naciones, que integran el Grupo de Lima, reconocen a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, designado por el Congreso.
La Cancillería argentina señaló que "en consonancia con las acciones emprendidas por el Grupo a nivel regional e internacional, reafirma el apoyo a la restauración de la democracia en Venezuela, a través de elecciones libres y transparentes".
Ante el boicot, el canciller venezolano no se inmutó y pronunció su discurso, durante el que dijo que en la frontera con Colombia se observan "operaciones con bandera falsa detrás de las cuales está Estados Unidos". Criticó a Colombia "por prestar su territorio" para esas operaciones disfrazadas de ayuda humanitaria y con las que se pretende "preparar el camino para una intervención en Venezuela". Arreaza aseguró que el gobierno de Maduro "está dispuesto a trabajar con la ONU para recibir asistencia humanitaria", pero recalcó que por la fuerza no se conseguirá nada.
Mientras, el secretario general de la Organización de Estados Americanos y el presidente del Parlamento Europeo coincidieron ayer en que no objetarían que Maduro se postule como candidato en unas nuevas elecciones presidenciales en Venezuela. Sin embargo, advirtieron que la celebración de esos comicios debe hacerse respetando estándares internacionales y con nuevas autoridades electorales para evitar un proceso fraudulento, como consideran a los comicios de mayo de 2018 en los que Maduro obtuvo la reelección.
Guaidó aclaró que anunciará en "los próximos días" la fecha de su regreso para que sus seguidores puedan acompañarle. "La movilización es la clave del éxito", sostuvo el presidente encargado, a quien el presidente Nicolás Maduro le advirtió que puede ser detenido porque existen resoluciones judiciales que le impedían salir del país.
En tanto, en Washington, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) advirtió que Maduro se enfrenta a una "prueba de fuego" ante el inminente regreso de Guaidó. "Sin duda hay preocupación, yo creo que va a ser una prueba de fuego porque el gobierno anunció que podría o habrían promovido acciones judiciales contra Guaidó", dijo el comisionado Francisco José Eguiguren, relator de Venezuela en el organismo interamericano.
En opinión de Eguiguren, la detención de Guaidó supondría "un paso siguiente en la represión política" y pondría en evidencia que el Estado usa su poder punitivo para perseguir judicialmente a disidentes políticos, una preocupación que expresó anteriormente el organismo.
En tanto, representantes de más de 20 gobiernos, entre ellos el de Argentina, boicotearon ayer un discurso del canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, en el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU, y abandonaron la sala apenas éste ingreso en ella para pronunciar su discurso. A la acción, coordinada por los países que integran el Grupo de Lima, se sumaron Ecuador, Australia e Israel, mientras que la Unión Europea (UE) redujo su representación diplomática durante la intervención del funcionario chavista.
La iniciativa estuvo liderada por las misiones diplomáticas de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú ante la ONU en Ginebra, quienes poco después emitieron un comunicado conjunto en el que explicaron que sus respectivos gobiernos no reconocen la legitimidad del actual mandato de Maduro como presidente ni de sus funcionarios. Estas naciones, que integran el Grupo de Lima, reconocen a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, designado por el Congreso.
La Cancillería argentina señaló que "en consonancia con las acciones emprendidas por el Grupo a nivel regional e internacional, reafirma el apoyo a la restauración de la democracia en Venezuela, a través de elecciones libres y transparentes".
Ante el boicot, el canciller venezolano no se inmutó y pronunció su discurso, durante el que dijo que en la frontera con Colombia se observan "operaciones con bandera falsa detrás de las cuales está Estados Unidos". Criticó a Colombia "por prestar su territorio" para esas operaciones disfrazadas de ayuda humanitaria y con las que se pretende "preparar el camino para una intervención en Venezuela". Arreaza aseguró que el gobierno de Maduro "está dispuesto a trabajar con la ONU para recibir asistencia humanitaria", pero recalcó que por la fuerza no se conseguirá nada.
Mientras, el secretario general de la Organización de Estados Americanos y el presidente del Parlamento Europeo coincidieron ayer en que no objetarían que Maduro se postule como candidato en unas nuevas elecciones presidenciales en Venezuela. Sin embargo, advirtieron que la celebración de esos comicios debe hacerse respetando estándares internacionales y con nuevas autoridades electorales para evitar un proceso fraudulento, como consideran a los comicios de mayo de 2018 en los que Maduro obtuvo la reelección.
Con información de
La Capital