Urge una reforma educativa, según rectores

El tema de ayer fue Los desafíos de la educación terciaria y los exponentes fueron los rectores de la Udelar, de la Universidad Católica (Ucudal), Eduardo Casarotti, de la Universidad ORT, Jorge Grünberg y de la Universidad de Montevideo (UM), Santiago Pérez del Castillo.“Tenemos que iniciar una profunda reforma educativa desde la enseñanza primaria”, aseguró Casarotti, en línea con la tesis de Arocena. “En Uruguay la educación ha sido un factor de gran movilidad social, pero ya no lo es. El problema central que tenemos es el estancamiento y la inequidad en educación. Esto no lo resolvemos, si no cambiamos la estructura de la educación que tiene el país”, agregó el rector de la Ucudal, que ilustró su presentación con cifras.Según datos del Cinda (Centro Interuniversitario de Desarrollo) correspondientes a 2009, en Uruguay solo el 2,2% de la población más pobre participa de la educación terciaria. Mientras en el quintil más rico, el 52,2% termina sus estudios universitarios, en el quintil más pobre solo lo hace el 1,36%. “Esto lleva una situación de estancamiento e inequidad social que inevitablemente se traduce en una fragmentación de la sociedad”, subrayó Casarotti.Por esta razón, Arocena advirtió que la transformación de la educación “tiene que ser una política de nación, no una política de Estado: tienen que participar todos los actores, no solo el Estado”.Sin fórmula prêt à porter
Para el rector de la ORT, Jorge Grünberg, la solución a esta problemática no alcanza con tener una educación de calidad. “La meta de Uruguay debe ser convertirse en un país de altos ingresos”, expresó.Por eso además de mejorar la educación, el país debe producir más para generar más ingresos y distribuir mejor la riqueza para no socabar la democracia.“El sistema educativo de Uruguay ha ingresado en la tormenta perfecta. Tiene problemas de cobertura, de calidad y de equidad. Por lo general, los países tienen problemas en algunos de estos aspectos, Uruguay los tiene en todos”, subrayó Grünberg, quien advirtió que para enfrentar este tipo de situaciones “no hay fórmulas prêt à porter”.Hoy en día las grandes potencias educativas mundiales son Finlandia y Corea, sin embargo, el camino que han seguido ambas para llegar a ese lugar es muy diverso, destacó el rector de la ORT. En Finlandia los niños ingresan al sistema educativo a los seis años, tienen jornadas de clase de seis horas y casi no van a clases particulares. En Corea, en cambio, comienzan la escuela a los tres años, van a clase más de 10 horas por día y además asisten a clases particulares. En el país europeo, los docentes ganan igual que un bombero o una enfermera. En el país asiático, el salario docente se asemeja al de un neurocirujano.“¿Qué tienen en común estos dos sistemas?”, se preguntó Grünberg. “Han tomado como un deber moral el progreso en la educación y sabido darle valor social al docente”, afirmó.Jerarquizar la profesión docente fue uno de los principales puntos destacados por el rector de la UM, Santiago Pérez del Castillo. “Se necesita una reforma urgente para que maestros y profesores tengan títulos de alto nivel. En cualquier país, la pedagogía es un título universitario”, resaltó.
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