¿La medusa inmortal?
Aunque está suficientemente demostrada la importancia de la muerte para la continuidad de la vida y la evolución de los organismos en el planeta, este animal ha encontrado la manera de esquivar su deceso natural mediante un proceso fisiológico del que te hablaremos a continuación.
La medusa inmortal
La Turritopsis nutricola es una pequeñísima medusa de la familia Oceanidae que alcanza apenas medio centímetro de longitud. Aunque es una especie originariamente caribeña, hoy en día se puede encontrar en todos los océanos del mundo, tanto en aguas tropicales como templadas, debido a una lenta pero progresiva e irreversible colonización facilitada por el tráfico marino de los grandes barcos, que descargan el agua de lastre de sus tanques por todos los mares, trasladando así ésta y multitud de otras especies potencialmente invasoras, como el pez león.
¿Qué hace inmortal a esta medusa?
Esta pequeña medusa es capaz de mantener su eterna juventud gracias a un mecanismo con el que consigue modificar sus células una vez que ya se han diferenciado, haciéndolas volver a su estado inicial, el que tenían antes de su especialización. Este fenómeno es conocido como transdiferenciación, que es el mismo que ocurre cuando un órgano afectado regenera sus tejidos, pero que en esta medusa llega a extremos únicos, pues puede regenerarse por completo una y otra vez, al parecer de manera infinita.
Así, cuando determinadas condiciones adversas o la propia senescencia o envejecimiento lo indican, ocurre un deterioro programado de las estructuras adultas de la medusa de tal manera que la llevan a ser nuevamente un pólipo, su fase juvenil inicial que, tras una metamorfosis, hace que se obtengan nuevas y jóvenes medusas de vida libre. Sería el equivalente a que una mariposa volviera a la fase de oruga nuevamente, y volviera a transformarse en mariposa en un ciclo sin fin.
Los científicos han realizado numerosas pruebas en el laboratorio y han comprobado que los “nuevos individuos” adultos que han madurado, vuelto a la juventud y madurado nuevamente en numerosas ocasiones, no perdieron ni la más mínima de sus capacidades fisiológicas y adaptativas, por lo que concluyeron que la muerte orgánica de Turritopsis nutricola no ocurre jamás, y solo dejaría de existir un individuo víctima de una enfermedad mortal o de algún depredador.
Este mecanismo es aún investigado seriamente en la actualidad con el objetivo de descifrar sus bases moleculares, lo cual tendría un gran potencial en la fabricación de fármacos y cremas regenerativas mucho más eficientes, no solo con un sentido estético, sino también para combatir enfermedades como el cáncer y el Alzheimer, entre muchas otras.