Piden que se ofrezca una recompensa para esclarecer la misteriosa muerte de Diego Román
Martes 12 de
Mayo 2020
Dionisio Ayala, el abogado querellante que tiene la causa que investiga la misteriosa muerte del chiquito Diego Román en 2019, presentó este martes un escrito en la Fiscalía de Homicidios del Ministerio Público de la Acusación donde solicitó que se arbitren los medios necesarios para requerir el pago de una recompensa para quienes puedan aportar datos certeros sobre cómo murió el niño de 12 años.
El escrito, al que tuvo acceso Aire Digital, está dirigido al fiscal del caso, Andrés Marchi y solicitó al funcionario judicial que lleve a cabo la gestión ante el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos para que desde la cartera del gobierno se acredite, a través del Fondo Provincial de Recompensa, un monto para ofrecer una suma de dinero a personas que brinden información útil para esclarecer o individualizar autores, cómplices, encubridores o instigadores del caso.
Además solicitó que se “imponga la confidencialidad y el secreto en todo lo relativo al trámite de las mismas, con el objeto de preservar la identidad de las personas que brinden datos útiles” para así resguardar la identidad de aquellas que puedan llegar a prestar colaboración.
En el marco del pedido, el abogado volvió a reiterar su oposición a la hipótesis que tiene la Fiscalía la cual se basa en que a Diego Román lo atacó una jauría de perros y que ello causó su muerte. Tal situación derivó luego en que el fiscal Marchi impute, por “homicidio culposo” al dueño del campo donde fue hallado el niño ya que el mismo sería el propietario de una serie de caninos que fueron constatados a lo largo de la investigación.
No fue una jauría
Para Ayala, esa hipótesis no se condice con los resultados de exámenes de autopsia que se le realizaron al cuerpo del niño desde que fue encontrado hasta que fue analizado por un grupo de especialistas de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
En este sentido, el abogado citó el informe que realizó el jefe del Cuerpo Médico Forense de Santa Fe, Pascual Pimpinella, que indicó que Román sufrió “castigo físico violento”. Incluso, destacó que existen elementos para suponer que los atacantes realizaron un “flagelamiento en todo el cuerpo y algunos cortes que son compatibles con el intento de descuartizamiento”.
Para desmentir la hipótesis de que la víctima murió por un ataque de perros y que el hecho fue un homicidio, Ayala citó también el informe del Cuerpo Médico de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que tras analizar los restos del niño señaló que “de la visualización de lesiones descriptas se estima que el menor tuvo un lapso de vida no mayor a los 10 minutos, a posterior de haberlas padecido, configurando una muerte violenta”.
"De la visualización de lesiones descriptas se estima que el menor tuvo un lapso de vida no mayor a los 10 minutos, a posterior de haberlas padecido, configurando una muerte violenta”, sostuvo la autopsia del Cuerpo Médico de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
A su vez, el letrado destacó el dictamen del médico de parte de la querella, Ramón Calvet, quien sostuvo que las heridas presentadas en todo el cuerpo de Román “son en su mayoría de tipo punzo-cortante con bordes regulares y de poca profundidad”, por lo que desechó la versión de los perros. “La mordedura de un perro no tiene bordes regulares, ni lisos y son de tipo desgarrantes”, indicó el profesional de la salud en el citado dictamen.
En otra parte, Calvet hizo hincapié en que el lugar donde fue encontrado el cuerpo “no es el lugar donde ocurrió el salvaje crimen”.
Finalmente, el informe del médico propuesto por la querella concluyó que Diego Román pudo haber sido atacado con un elemento cortante cuya hoja sería de 5 centímetros, similar a un machete. “Con borde sin filo grueso lo explicaría la equimosis y los golpes”, precisó.
Cuestionamientos
El escrito que presentó el abogado querellante también apuntó a los dichos que supo realizar a la prensa el exministro de Seguridad de la provincia, Maximiliano Pullaro, que dieron por hecho que a Diego Román lo mató una jauría de perros.
Ante tales declaraciones del entonces funcionario provincial, Ayala pidió que sea citado a declarar ante un juez de la Investigación Penal Preparatoria (IPP) pero según explicó en su escrito presentado en Fiscalía tanto el fiscal Marchi como el abogado particular que asiste al dueño del campo que fue imputado se negaron a la medida solicitada.
Además solicitó que se “imponga la confidencialidad y el secreto en todo lo relativo al trámite de las mismas, con el objeto de preservar la identidad de las personas que brinden datos útiles” para así resguardar la identidad de aquellas que puedan llegar a prestar colaboración.
En el marco del pedido, el abogado volvió a reiterar su oposición a la hipótesis que tiene la Fiscalía la cual se basa en que a Diego Román lo atacó una jauría de perros y que ello causó su muerte. Tal situación derivó luego en que el fiscal Marchi impute, por “homicidio culposo” al dueño del campo donde fue hallado el niño ya que el mismo sería el propietario de una serie de caninos que fueron constatados a lo largo de la investigación.
No fue una jauría
Para Ayala, esa hipótesis no se condice con los resultados de exámenes de autopsia que se le realizaron al cuerpo del niño desde que fue encontrado hasta que fue analizado por un grupo de especialistas de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
En este sentido, el abogado citó el informe que realizó el jefe del Cuerpo Médico Forense de Santa Fe, Pascual Pimpinella, que indicó que Román sufrió “castigo físico violento”. Incluso, destacó que existen elementos para suponer que los atacantes realizaron un “flagelamiento en todo el cuerpo y algunos cortes que son compatibles con el intento de descuartizamiento”.
Para desmentir la hipótesis de que la víctima murió por un ataque de perros y que el hecho fue un homicidio, Ayala citó también el informe del Cuerpo Médico de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que tras analizar los restos del niño señaló que “de la visualización de lesiones descriptas se estima que el menor tuvo un lapso de vida no mayor a los 10 minutos, a posterior de haberlas padecido, configurando una muerte violenta”.
"De la visualización de lesiones descriptas se estima que el menor tuvo un lapso de vida no mayor a los 10 minutos, a posterior de haberlas padecido, configurando una muerte violenta”, sostuvo la autopsia del Cuerpo Médico de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
A su vez, el letrado destacó el dictamen del médico de parte de la querella, Ramón Calvet, quien sostuvo que las heridas presentadas en todo el cuerpo de Román “son en su mayoría de tipo punzo-cortante con bordes regulares y de poca profundidad”, por lo que desechó la versión de los perros. “La mordedura de un perro no tiene bordes regulares, ni lisos y son de tipo desgarrantes”, indicó el profesional de la salud en el citado dictamen.
En otra parte, Calvet hizo hincapié en que el lugar donde fue encontrado el cuerpo “no es el lugar donde ocurrió el salvaje crimen”.
Finalmente, el informe del médico propuesto por la querella concluyó que Diego Román pudo haber sido atacado con un elemento cortante cuya hoja sería de 5 centímetros, similar a un machete. “Con borde sin filo grueso lo explicaría la equimosis y los golpes”, precisó.
Cuestionamientos
El escrito que presentó el abogado querellante también apuntó a los dichos que supo realizar a la prensa el exministro de Seguridad de la provincia, Maximiliano Pullaro, que dieron por hecho que a Diego Román lo mató una jauría de perros.
Ante tales declaraciones del entonces funcionario provincial, Ayala pidió que sea citado a declarar ante un juez de la Investigación Penal Preparatoria (IPP) pero según explicó en su escrito presentado en Fiscalía tanto el fiscal Marchi como el abogado particular que asiste al dueño del campo que fue imputado se negaron a la medida solicitada.
Con información de
Aire de Santa Fe
