Alberto Fernández ratificó su respaldo al régimen chino
Por:
Juan Piscetta
Jueves 04 de
Noviembre 2021
Con una delegación virtual de empresarios del vino y de referentes de las alimenticias, el presidente Alberto Fernández ratificó la “fuerte relación de amistad” con China durante la cuarta edición de la China International Import Expo (CIIE), la feria oficial de importaciones y exportaciones a la que fue invitado por Xi Jinping, máxima autoridad de ese país.
A través de un mensaje grabado desde la Casa Rosada, el mandatario saludó la “creciente recuperación del comercio internacional” por permitir un “fuerte crecimiento registrado en el comercio bilateral” entre los dos países, y consideró que ello se desprende de la “complementariedad entre ambas economías”.
El evento es una vidriera de negocios oficial auspiciada por el régimen comunista chino a través del Ministerio de Comercio de ese país (Mofcom). Está prevista la participación de manera virtual y presencial cerca de 3 mil empresas de 127 países, de las que 30 serían de origen argentino. El interés está puesto en la posibilidad de acceder a un mercado con más de 1.3 mil millones de consumidores.
En un marco protocolar, el jefe de Estado participó de la apertura de esa ronda de comercio exterior con una clara señal de respaldo a la diplomacia de Xi Jinping. El beneplácito tiene su aspecto material obvio: desde hace más de una década que China es el segundo socio comercial de la Argentina. Por algunos momentos de 2019 y 2020, incluso alcanzó el puesto de principal mercado desplazando a la histórica posición que ocupa Brasil.
En su mensaje, Fernández calificó de imprescindible “abordar el comercio internacional desde una perspectiva ganar-ganar”; es decir, que beneficie a los dos países. Y agregó: “Nos une una visión común como países en desarrollo y una fuerte relación de amistad que se ve reflejada no solo en el status de Asociación Estratégica Integral que mantenemos desde el año 2014, sino también en los fructíferos casi 50 años de relaciones diplomáticas”.
La cooperación en el vínculo bilateral exceden lo típicamente comercial. A raíz de su cercanía política, la gestión de Fernández logró comprarle a Xi Jinping -a partir de la “diplomacia de los barbijos”- insumos sanitarios o contratos por la provisión de las vacunas Sinopharm. Los apoyos también involucran aspectos estratégicos, como la defensa conjunta de los los límites soberanos en disputa, como las Islas Malvinas del lado argentino, o la política de “Una sola China”, en relación a los diferendos territoriales con Hong Kong, Macao y Taiwán.
El mensaje de Fernández, que fue transmitido después del discurso de Xi, puso el foco en las PyMES que se vieron beneficiadas por el mayor flujo de intercambio. “Muchas pequeñas y medianas empresas argentinas que ya exportaban sus productos a China han aprovechado las ventajas del comercio electrónico para difundir aún más sus productos y llegar a nuevos consumidores, y otras han realizado sus primeras exportaciones a ese mercado”, resaltó. Además, se refirió al “carácter federal de las exportaciones argentinas, generando una mayor participación de las provincias y de sus empresas”, sobre las que aseguró que “la República Popular China ha sido un gran aliado para promover esta sinergia federal”.
A través de la iniciativa de La Franja y la Ruta y este tipo de ferias, China busca mantener su poderío como potencia comercial global con el acceso de los mercados y mercancías de todo mundo, mediante la provisión de proyectos de infraestructura y conectividad. Para la política exterior del país asiático, toda América Latina es una extensión natural de la antigua Ruta Marítima de la Seda, ahora en el siglo XXI.
El régimen de Xi requiere de este intercambio comercial ya que no produce toda la comida suficiente para su población. China es el mayor importador agrícola del mundo, y superó tanto a la Unión Europea (UE) como a Estados Unidos en 2019 con importaciones totales por 133.100 millones de dólares. Argentina es apenas uno de esos proveedores de materias primas, muy por debajo de Brasil.
A China también le interesan otras áreas, como la minería, la energía, las comunicaciones (5G), la explotación de la Antártida y los mares y en materia aeroespacial.
En su discurso, Fernández puso de relieve el desarrollo de nuevas tecnologías y las mejoras de conectividad. Dijo que este tipo de iniciativas dieron un gran respaldo al comercio electrónico, en el que “China posee un papel destacado y no solo ha permitido acercar una mayor oferta de bienes y servicios a todos los rincones del globo”, sino que cambió la forma de comerciar, ya que ahora existe un mayor peso del “comercio de servicios en las balanzas comerciales, al desdibujarse las líneas tradicionales entre estos y la agricultura y las manufacturas industriales”.
“La Argentina viene aumentando y promoviendo la participación de empresas tecnológicas nacionales en el mercado chino”, remarcó el Presidente. La mención a esta cadena de valor se desprende del hecho de que Argentina, este año, tiene la mayor cantidad de empresas tecnológicas inscriptas en este tipo de iniciativas comerciales. Son firmas de industrias de servicios basados en conocimiento, biotecnología y agrotecnología que asistieron a esta edición de la CIIE ya habían dado el presente en otro cónclave, la Feria Internacional de Comercio de Servicios de China (CIFTIS).
Lo cierto es que la participación de las empresas argentinas, en la cuarta edición de la CIEE, parece obedecer más a las necesidades de provisión de alimentos. Según fuentes oficiales de Cancillería, en la delegación encabezada por la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio está presente el Instituto de Promoción de Carne Vacuna y unas 26 compañías del sector alimenticio que forman parte del pabellón argentino 400 metros cuadrados: 19 son de vino; 2 de pesca; 4 empresas son de alimentos variados y 1 asociación de cítricos.
De parte de los grupos empresarios, asistieron las firmas Novamar y Arbumasa, del rubro de la pesca; Agrosud, que comercializa commodities agrícolas, carne, lácteos, legumbres y aceites; “Carolina Deborah Sztein” y “Organic Argentina Farms”, en el segmento de aceite de oliva, frutas desecadas, azúcar, miel y mermeladas; las alimenticias Municipio Marcos Paz y Hub Logistico Juerui, y Acnoa, por el sector de cítricos.
En la actividad de vinos, tuvieron su lugar en la CIEE las bodegas Casarena, Aitor Ider Balbo, Los Haroldos, Raffy, Consorcio de Bodegas de Altura-Fanny Villamayor, Mar-kres, La Rural-Rutini Wines, Cardon del Valle- Yacochuya, K-bin-Huentala Wines, Grupo Colomé, C & P Sur SA-Pampa Beverages Wine Group, Fincas Don Martino, CON-ELE SRL, Indio, Dicha SA, Antonio Blanco y González, Bodegas Esmeralda, Fincas don Martino, Catena Zapata, Bodegas y Viñedos Crotta SA, Proviva SRL y Anex SA.
Desde su primera edición en 2018, Argentina viene participando en la CIIE con comitivas empresarias de entre 27 a 34 miembros. En general, la presencia mayoritaria la ocupan las bodegas y el intercambio se produce con compañías que ya tienen contratos firmados. Esta vez, el formato de 2021 se desarrolla de manera virtual. El evento forma parte de la rutina de la diplomacia comercial.
“La Argentina y China ya se encuentran cooperando, y estoy seguro de que el futuro solo traerá una mayor unión y beneficio mutuo para avanzar en la concreción nuestros objetivos compartidos”, concluyó Fernández en su mensaje.
El evento es una vidriera de negocios oficial auspiciada por el régimen comunista chino a través del Ministerio de Comercio de ese país (Mofcom). Está prevista la participación de manera virtual y presencial cerca de 3 mil empresas de 127 países, de las que 30 serían de origen argentino. El interés está puesto en la posibilidad de acceder a un mercado con más de 1.3 mil millones de consumidores.
En un marco protocolar, el jefe de Estado participó de la apertura de esa ronda de comercio exterior con una clara señal de respaldo a la diplomacia de Xi Jinping. El beneplácito tiene su aspecto material obvio: desde hace más de una década que China es el segundo socio comercial de la Argentina. Por algunos momentos de 2019 y 2020, incluso alcanzó el puesto de principal mercado desplazando a la histórica posición que ocupa Brasil.
En su mensaje, Fernández calificó de imprescindible “abordar el comercio internacional desde una perspectiva ganar-ganar”; es decir, que beneficie a los dos países. Y agregó: “Nos une una visión común como países en desarrollo y una fuerte relación de amistad que se ve reflejada no solo en el status de Asociación Estratégica Integral que mantenemos desde el año 2014, sino también en los fructíferos casi 50 años de relaciones diplomáticas”.
La cooperación en el vínculo bilateral exceden lo típicamente comercial. A raíz de su cercanía política, la gestión de Fernández logró comprarle a Xi Jinping -a partir de la “diplomacia de los barbijos”- insumos sanitarios o contratos por la provisión de las vacunas Sinopharm. Los apoyos también involucran aspectos estratégicos, como la defensa conjunta de los los límites soberanos en disputa, como las Islas Malvinas del lado argentino, o la política de “Una sola China”, en relación a los diferendos territoriales con Hong Kong, Macao y Taiwán.
El mensaje de Fernández, que fue transmitido después del discurso de Xi, puso el foco en las PyMES que se vieron beneficiadas por el mayor flujo de intercambio. “Muchas pequeñas y medianas empresas argentinas que ya exportaban sus productos a China han aprovechado las ventajas del comercio electrónico para difundir aún más sus productos y llegar a nuevos consumidores, y otras han realizado sus primeras exportaciones a ese mercado”, resaltó. Además, se refirió al “carácter federal de las exportaciones argentinas, generando una mayor participación de las provincias y de sus empresas”, sobre las que aseguró que “la República Popular China ha sido un gran aliado para promover esta sinergia federal”.
A través de la iniciativa de La Franja y la Ruta y este tipo de ferias, China busca mantener su poderío como potencia comercial global con el acceso de los mercados y mercancías de todo mundo, mediante la provisión de proyectos de infraestructura y conectividad. Para la política exterior del país asiático, toda América Latina es una extensión natural de la antigua Ruta Marítima de la Seda, ahora en el siglo XXI.
El régimen de Xi requiere de este intercambio comercial ya que no produce toda la comida suficiente para su población. China es el mayor importador agrícola del mundo, y superó tanto a la Unión Europea (UE) como a Estados Unidos en 2019 con importaciones totales por 133.100 millones de dólares. Argentina es apenas uno de esos proveedores de materias primas, muy por debajo de Brasil.
A China también le interesan otras áreas, como la minería, la energía, las comunicaciones (5G), la explotación de la Antártida y los mares y en materia aeroespacial.
En su discurso, Fernández puso de relieve el desarrollo de nuevas tecnologías y las mejoras de conectividad. Dijo que este tipo de iniciativas dieron un gran respaldo al comercio electrónico, en el que “China posee un papel destacado y no solo ha permitido acercar una mayor oferta de bienes y servicios a todos los rincones del globo”, sino que cambió la forma de comerciar, ya que ahora existe un mayor peso del “comercio de servicios en las balanzas comerciales, al desdibujarse las líneas tradicionales entre estos y la agricultura y las manufacturas industriales”.
“La Argentina viene aumentando y promoviendo la participación de empresas tecnológicas nacionales en el mercado chino”, remarcó el Presidente. La mención a esta cadena de valor se desprende del hecho de que Argentina, este año, tiene la mayor cantidad de empresas tecnológicas inscriptas en este tipo de iniciativas comerciales. Son firmas de industrias de servicios basados en conocimiento, biotecnología y agrotecnología que asistieron a esta edición de la CIIE ya habían dado el presente en otro cónclave, la Feria Internacional de Comercio de Servicios de China (CIFTIS).
Lo cierto es que la participación de las empresas argentinas, en la cuarta edición de la CIEE, parece obedecer más a las necesidades de provisión de alimentos. Según fuentes oficiales de Cancillería, en la delegación encabezada por la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio está presente el Instituto de Promoción de Carne Vacuna y unas 26 compañías del sector alimenticio que forman parte del pabellón argentino 400 metros cuadrados: 19 son de vino; 2 de pesca; 4 empresas son de alimentos variados y 1 asociación de cítricos.
De parte de los grupos empresarios, asistieron las firmas Novamar y Arbumasa, del rubro de la pesca; Agrosud, que comercializa commodities agrícolas, carne, lácteos, legumbres y aceites; “Carolina Deborah Sztein” y “Organic Argentina Farms”, en el segmento de aceite de oliva, frutas desecadas, azúcar, miel y mermeladas; las alimenticias Municipio Marcos Paz y Hub Logistico Juerui, y Acnoa, por el sector de cítricos.
En la actividad de vinos, tuvieron su lugar en la CIEE las bodegas Casarena, Aitor Ider Balbo, Los Haroldos, Raffy, Consorcio de Bodegas de Altura-Fanny Villamayor, Mar-kres, La Rural-Rutini Wines, Cardon del Valle- Yacochuya, K-bin-Huentala Wines, Grupo Colomé, C & P Sur SA-Pampa Beverages Wine Group, Fincas Don Martino, CON-ELE SRL, Indio, Dicha SA, Antonio Blanco y González, Bodegas Esmeralda, Fincas don Martino, Catena Zapata, Bodegas y Viñedos Crotta SA, Proviva SRL y Anex SA.
Desde su primera edición en 2018, Argentina viene participando en la CIIE con comitivas empresarias de entre 27 a 34 miembros. En general, la presencia mayoritaria la ocupan las bodegas y el intercambio se produce con compañías que ya tienen contratos firmados. Esta vez, el formato de 2021 se desarrolla de manera virtual. El evento forma parte de la rutina de la diplomacia comercial.
“La Argentina y China ya se encuentran cooperando, y estoy seguro de que el futuro solo traerá una mayor unión y beneficio mutuo para avanzar en la concreción nuestros objetivos compartidos”, concluyó Fernández en su mensaje.
Con información de
Infobae
