BUENOS AIRES
Tenía 35 años, estaba embarazada de 7 meses y murió: denuncian mala praxis
Miércoles 08 de
Agosto 2018
Fue atendida en un sanatorio de Palermo tras haberse descompuesto, le dieron de alta y horas más tarde falleció.
Ángeles María Mandayo tenía 35 años y esperaba con ansiedad la llegada de la que sería su primera hija, Sofía. Estaba embarazada de siete meses, pero ambas fallecieron y la familia denuncia mala praxis.
Todo comenzó el 6 de junio del 2017. "Angy", como le decían sus familiares y amigos, estaba en su trabajo, el centro deportivo El Andén, cuando se descompensó y sintió la falta de aire. Alarmados, sus compañeros pidieron auxilio médico. Llegó una ambulancia y, tras revisarla, constataron que tenía mareos intensos, dificultades respiratorias, ritmos cardíacos acelerados, un cuadro de hipotensión severa (90%) y anemia.
Ángeles no dudó en llamar a su médico de cabecera, el obstetra Gustavo Katz. El doctor le pidió que fuera al Sanatorio Los Arcos, en Palermo, donde él estaba atendiendo. Ella fue hasta allá, junto a un compañero de trabajo.
Según la denuncia, en la sala de guardia la recibió la doctora Silvia Mariel Blanco, quien le ordenó hacer un análisis y un electrocardiograma (ECG). El resultado fue que Ángeles tenía “taquicardia sinusal, desviación extrema del eje A L izquierda. Hemibloqueo anterior izquierdo. QRS (T) anormal”. Además, el estudio alertaba: “considérese lesión de miocardio inferior T anormal, posible lesión de miocardio anteroseptal”.
Sin embargo, la médica Blanco la mandó para su casa. "Durante el período de observación es evaluada por el obstetra de cabecera, almuerza, buena tolerancia. Evolución favorable, asintomática. Se retira”, consignó. Y le dieron de alta.
Ángeles se fue a su casa y cenó con su pareja. Pero las cosas empeoraron por la medianoche. Perdió el conocimiento y su esposo llamó a emergencias. A su casa llegaron dos ambulancias, una común y otra de alta complejidad. Dos médicos intentaron maniobras de reanimación sin resultado y trataron de extraer la criatura para por lo menos salvar a una. También sin éxito.
La ambulancia la llevó hasta el Hospital Fernández donde realizaron maniobras extremas de resucitación, sin resultados. A las 00.50 del 7 de junio de 2017, certificaron la muerte de Ángeles y de su beba. Según la autopsia, falleció por un “trombolismo pulmonar, congestión y edema pulmonar”.
En medio del dolor y la impotencia, la familia de Ángeles inició un juicio civil de daños y perjuicios contra los médicos y la obra social, que quedó radicado ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil N° 19. Además, se inició una querella criminal contra los doctores Katz y Blanco.
“Eran claros e inequívocos indicios de que había algo en ese organismo que no estaba funcionando bien”, sostienen los abogados que siguen el caso. “Si los médicos obstetras no estaban en condiciones de interpretar un ECG, debieron haber convocado a un cardiólogo o a un experto en emergencias”, dicen los abogados. “Además de los análisis clínicos realizados, debieron haber pedido un estudio de Troponina T, una enzima del corazón que rápidamente marca si estamos en presencia de un infarto o de una injuria cardíaca”, agregan.
Entre tanto, en el Sanatorio Los Arcos indicaron que “la paciente concurrió a la guardia en la mañana previa al evento. Estando en la guardia tenía parámetros clínicos normales. Los estudios complementarios realizados no evidenciaban patología", aseguraron en declaraciones al diario Clarín.
Además explicaron que Ángeles fue "evaluada por los médicos en guardia y se decidió observación durante 3 horas. Al no haber alteraciones fue externada con instrucciones de volver a consultar en caso de aparecer nuevos signos o síntomas. En el transcurso de la noche estando en su domicilio presentó un tromboembolismo pulmonar que ocasionó el desenlace".
Con información de
Minuto Uno