SANTA FE
Estiman que cayeron 25% los viajes en taxi en la ciudad
Viernes 05 de
Octubre 2018
Hay taxistas que prefieren esperar en las paradas para ahorrar GNC y también se concentran en lugares como la Terminal de Ómnibus.
Es una larga cola de autos pintados de negro y blanco, que no entra en la calle interna de la Terminal de Ómnibus de Santa Fe. Son todos taxistas, que como no “levantan” a nadie —en el habitualmente movido mediodía santafesino— prefieren concentrarse acá, donde al menos no consumen GNC, que el lunes aumentó un 27%.
— ¿Por qué hoy están todos acá?, pregunta El Litoral.
— La verdad, porque hay poco laburo, se sincera un taxista que tiene la ventanilla baja y espera. Más adelante en la cola, hay choferes que directamente se bajaron de los autos y charlan entre ellos. Es que saben que van a tener que esperar un rato.
Al recorrer el centro, también se ven más taxis detenidos en las paradas, justo al mediodía —plena hora pico— cuando los santafesinos comienzan a salir de trabajo y la demanda de viajes crece.
“Los taxistas somos el termómetro de la ciudad. Cuando ven que estamos parados es que no hay un mango en la calle”, resume, conciso y directo, Francisco Aiello, presidente de la Sociedad de Taximetristas Unidos de Santa Fe, en una entrevista con El Litoral.
Esta asociación de dueños de taxis —la gente la conoce como Sociedad Radio Taxi— es un buen barómetro para medir la coyuntura porque gestiona los viajes de unos 300 autos. “Nosotros estimamos que la demanda cayó entre un 20% y un 25%”, indica Aiello.
Preocupado, esta semana Aiello hizo un ejercicio interesante. “Tenía que caminar unas 15 cuadras por la zona comercial de Facundo Zuviría, alrededor de las 17.30. Pasé por farmacias, negocios de repuestos y zapaterías, y solo ví clientes en tres comercios, que eran quinielas”, contó.
Esta semana, el Centro Comercial de Santa Fe publicó su relevamiento mensual de la actividad comercial. El dato de septiembre fue contundente: el 78,7% de los referentes de los negocios declaró ventas en baja, en comparación con el mismo mes de 2017. “Para algunos comerciantes, septiembre fue el peor mes del año, con marcados descensos en las ventas”, reconoció el informe.
En contexto
Un punto importante es que la demanda de taxis —también de remises— bajó sin que se haya producido un aumento en la tarifa (el último, del 18%, fue a mediados de junio). La combinación de la caída en los viajes y del incremento en el precio del gasoil y sobre todo el GNC, que usan la mayoría de los autos, presiona sobre la ecuación de costos.
Pero como sucede en algunos comercios, en un escenario recesivo es complejo trasladar automáticamente los aumentos a los clientes, que encima viajan menos.
“La gente no se mueve y el contexto es difícil. Pero suele ser cíclico y luego la situación mejora. Hace 45 años que trabajo en el sector y hemos enfrentado crisis más complejas. Recuerdo que en la hiperinflación de Alfonsín un día estuve 12 horas sentado en el taxi y solo hice tres viajes”, concluyó Aiello.
— ¿Por qué hoy están todos acá?, pregunta El Litoral.
— La verdad, porque hay poco laburo, se sincera un taxista que tiene la ventanilla baja y espera. Más adelante en la cola, hay choferes que directamente se bajaron de los autos y charlan entre ellos. Es que saben que van a tener que esperar un rato.
Al recorrer el centro, también se ven más taxis detenidos en las paradas, justo al mediodía —plena hora pico— cuando los santafesinos comienzan a salir de trabajo y la demanda de viajes crece.
“Los taxistas somos el termómetro de la ciudad. Cuando ven que estamos parados es que no hay un mango en la calle”, resume, conciso y directo, Francisco Aiello, presidente de la Sociedad de Taximetristas Unidos de Santa Fe, en una entrevista con El Litoral.
Esta asociación de dueños de taxis —la gente la conoce como Sociedad Radio Taxi— es un buen barómetro para medir la coyuntura porque gestiona los viajes de unos 300 autos. “Nosotros estimamos que la demanda cayó entre un 20% y un 25%”, indica Aiello.
Preocupado, esta semana Aiello hizo un ejercicio interesante. “Tenía que caminar unas 15 cuadras por la zona comercial de Facundo Zuviría, alrededor de las 17.30. Pasé por farmacias, negocios de repuestos y zapaterías, y solo ví clientes en tres comercios, que eran quinielas”, contó.
Esta semana, el Centro Comercial de Santa Fe publicó su relevamiento mensual de la actividad comercial. El dato de septiembre fue contundente: el 78,7% de los referentes de los negocios declaró ventas en baja, en comparación con el mismo mes de 2017. “Para algunos comerciantes, septiembre fue el peor mes del año, con marcados descensos en las ventas”, reconoció el informe.
En contexto
Un punto importante es que la demanda de taxis —también de remises— bajó sin que se haya producido un aumento en la tarifa (el último, del 18%, fue a mediados de junio). La combinación de la caída en los viajes y del incremento en el precio del gasoil y sobre todo el GNC, que usan la mayoría de los autos, presiona sobre la ecuación de costos.
Pero como sucede en algunos comercios, en un escenario recesivo es complejo trasladar automáticamente los aumentos a los clientes, que encima viajan menos.
“La gente no se mueve y el contexto es difícil. Pero suele ser cíclico y luego la situación mejora. Hace 45 años que trabajo en el sector y hemos enfrentado crisis más complejas. Recuerdo que en la hiperinflación de Alfonsín un día estuve 12 horas sentado en el taxi y solo hice tres viajes”, concluyó Aiello.
Con información de
ellitoral