Prisión perpetua para un hombre que mató a su ex novia de un tiro en la cabeza
Martes 04 de
Junio 2019
Un hombre de 41 años fue condenado ayer a prisión perpetua por matar de un tiro en la cabeza a su ex pareja en enero en las escalinatas de la catedral de Bariloche. Se trata de Mariano Cordi, quien la semana pasada ya había sido declarado culpable del delito de "homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género" luego de que reconociera haber matado a Valeria Coppa, de 29 años.
Y ayer un tribunal integrado por los jueces Marcelo Barrutia, Bernardo Campana y Héctor Leguizamón Pondal resolvió sentenciarlo a prisión perpetua, tal como lo habían pedido la fiscal Betiana Cendón y la abogada querellante Natalia Araya.
Al conocerse la pena, el público estalló en aplausos, abrazos y llantos. "Me la mataste", le dijo a Cordi la madre de Valeria, Marianela Ubilla, mientras lo retiraban esposado del recinto con casco y chaleco antibalas. Según fuentes judiciales, por el momento el condenado seguirá preso en Bariloche, adonde fue trasladado el lunes de la semana pasada —al comenzar el juicio— desde el hospital de la cárcel federal de Ezeiza, donde fue alojado en marzo.
Arma casera
Madre de una adolescente y una nena, Valeria fue asesinada por la espalda en las escalinatas de la catedral de Bariloche cerca de las 16 del 29 de enero último. Mientras ella permanecía en el suelo junto a su bicicleta, Cordi caminó hasta su auto y se fugó hacia el Cerro Carbón, a 20 kilómetros de Bariloche donde fue hallado por la policía el 1º de febrero. El sospechoso estaba herido, ya que se había disparado en la cabeza.
El juicio oral comenzó con un "acuerdo parcial" entre las partes en el que la fiscal Cendón mantuvo la acusación formulada durante la instrucción de la causa y leyó las principales pruebas contra Cordi, como los mensajes de Whatsapp que intercambió con la víctima para encontrarse en el lugar donde poco después de ese diálogo ocurrió el crimen.
Según la fiscal, tanto el arribo de Cordi como la presencia de Coppa en las escalinatas quedaron registradas por las cámaras de vigilancia del lugar y de los alrededores. La defensa estuvo de acuerdo con los cargos expuestos por la fiscal mientras que Cordi admitió ante el tribunal que mató a Coppa con un arma de fuego que él mismo fabricó.
Nada extraordinario
Ante el acuerdo parcial, el tribunal dio a conocer su declaración de responsabilidad y luego habilitó a las partes a formular sus pedidos de pena. La fiscalía requirió prisión perpetua mientras que el defensor particular Marcelo Ganuza solicitó 12 años de cárcel por considerar que hubo "circunstancias extraordinarias de atenuación".
Pero el tribunal no hizo lugar a la teoría de la defensa. Consideró que "ser un adicto habla a las claras de una situación ordinaria, una forma de vivir y existir con la realidad que comprende dificultades y conflictos. En modo alguno refiere ello una situación excepcional" como para considerarla un atenuante.
"Los momentos previos al encuentro entre Cordi y Coppa no demuestran situación excepcional o impensada, más bien existió un ordenamiento de conductas tendientes a dar muerte a la citada", sostuvo el tribunal, para agregar: "Tampoco existió conducta alguna para revertir el resultado luego de efectuado el disparo, como podría haber sido una situación de auxilio que permitiera evitar el deceso y que sí hubiera significado una situación de arrepentimiento. Al contrario, se abandonó a la víctima a su suerte".
Arruinados
Al pronunciar sus últimas palabras en la anterior audiencia, Cordi pidió disculpas por sus actos. Pero la madre de Coppa no cree que haya sido sincero. "Tuvo la condena que merece, pero mi hija no está más", dijo Ubilla, y se mostró agradecida con la fiscal y agregó que Cordi "se arruinó la vida, con dos hijos que tendrán que cargar con el estigma de un padre asesino y mis nietos con el dolor de no tener a su mamá".
En ese marco dos amigas de Valeria declararon que Cordi "insultaba y denigraba" a la víctima, la hostigaba físicamente y en la calle, al punto que en una oportunidad persiguió el taxi en el que ella viajaba.
Al conocerse la pena, el público estalló en aplausos, abrazos y llantos. "Me la mataste", le dijo a Cordi la madre de Valeria, Marianela Ubilla, mientras lo retiraban esposado del recinto con casco y chaleco antibalas. Según fuentes judiciales, por el momento el condenado seguirá preso en Bariloche, adonde fue trasladado el lunes de la semana pasada —al comenzar el juicio— desde el hospital de la cárcel federal de Ezeiza, donde fue alojado en marzo.
Arma casera
Madre de una adolescente y una nena, Valeria fue asesinada por la espalda en las escalinatas de la catedral de Bariloche cerca de las 16 del 29 de enero último. Mientras ella permanecía en el suelo junto a su bicicleta, Cordi caminó hasta su auto y se fugó hacia el Cerro Carbón, a 20 kilómetros de Bariloche donde fue hallado por la policía el 1º de febrero. El sospechoso estaba herido, ya que se había disparado en la cabeza.
El juicio oral comenzó con un "acuerdo parcial" entre las partes en el que la fiscal Cendón mantuvo la acusación formulada durante la instrucción de la causa y leyó las principales pruebas contra Cordi, como los mensajes de Whatsapp que intercambió con la víctima para encontrarse en el lugar donde poco después de ese diálogo ocurrió el crimen.
Según la fiscal, tanto el arribo de Cordi como la presencia de Coppa en las escalinatas quedaron registradas por las cámaras de vigilancia del lugar y de los alrededores. La defensa estuvo de acuerdo con los cargos expuestos por la fiscal mientras que Cordi admitió ante el tribunal que mató a Coppa con un arma de fuego que él mismo fabricó.
Nada extraordinario
Ante el acuerdo parcial, el tribunal dio a conocer su declaración de responsabilidad y luego habilitó a las partes a formular sus pedidos de pena. La fiscalía requirió prisión perpetua mientras que el defensor particular Marcelo Ganuza solicitó 12 años de cárcel por considerar que hubo "circunstancias extraordinarias de atenuación".
Pero el tribunal no hizo lugar a la teoría de la defensa. Consideró que "ser un adicto habla a las claras de una situación ordinaria, una forma de vivir y existir con la realidad que comprende dificultades y conflictos. En modo alguno refiere ello una situación excepcional" como para considerarla un atenuante.
"Los momentos previos al encuentro entre Cordi y Coppa no demuestran situación excepcional o impensada, más bien existió un ordenamiento de conductas tendientes a dar muerte a la citada", sostuvo el tribunal, para agregar: "Tampoco existió conducta alguna para revertir el resultado luego de efectuado el disparo, como podría haber sido una situación de auxilio que permitiera evitar el deceso y que sí hubiera significado una situación de arrepentimiento. Al contrario, se abandonó a la víctima a su suerte".
Arruinados
Al pronunciar sus últimas palabras en la anterior audiencia, Cordi pidió disculpas por sus actos. Pero la madre de Coppa no cree que haya sido sincero. "Tuvo la condena que merece, pero mi hija no está más", dijo Ubilla, y se mostró agradecida con la fiscal y agregó que Cordi "se arruinó la vida, con dos hijos que tendrán que cargar con el estigma de un padre asesino y mis nietos con el dolor de no tener a su mamá".
En ese marco dos amigas de Valeria declararon que Cordi "insultaba y denigraba" a la víctima, la hostigaba físicamente y en la calle, al punto que en una oportunidad persiguió el taxi en el que ella viajaba.
Con información de
La Capital