¿Por qué se celebra cada 15 de octubre el Día Internacional de las Mujeres Rurales?
Martes 15 de
Octubre 2019
Las mujeres representan el 43% de la fuerza laboral agrícola en los países en desarrollo y son fundamentales para la seguridad alimentaria y la nutrición
Este 15 de octubre se celebra el Día Mundial de la Mujer Rural, una fecha instaurada por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) el 18 de diciembre de 2007. Es un llamado para reconocer la contribución de las mujeres rurales en el desarrollo rural y agrícola, la reducción de la pobreza y las mejoras en la seguridad alimentaria.
De acuerdo a datos de la ONU, “las mujeres rurales representan más de un tercio de la población mundial y el 43 por ciento de la mano de obra agrícola”, aunque “sufren de manera desproporcionada los múltiples aspectos de la pobreza y pese a ser tan productivas y buenas gestoras como sus homólogos masculinos, no disponen del mismo acceso a la tierra, créditos, materiales agrícolas, mercados o cadenas de productos cultivados de alto valor.
Tampoco disfrutan de un acceso equitativo a servicios públicos, como la educación y la asistencia sanitaria, ni a infraestructuras, como el agua y saneamiento”.
Las mujeres y las niñas rurales influyen de manera significativa en la agricultura, la seguridad alimentaria y la nutrición, la tierra y la gestión de los recursos naturales, así como en el trabajo no remunerado y de cuidado doméstico. Ellas son las más afectadas cuando los recursos naturales y la agricultura se ven amenazados. De hecho, a nivel mundial, una de cada tres mujeres empleadas trabaja en la agricultura. Las mujeres también recogen combustibles de biomasa, procesan manualmente materiales alimentarios y bombean agua; el 80 por ciento de los hogares sin servicio de agua corriente depende de las mujeres y las niñas en lo que a recolección de agua se refiere.
De acuerdo a datos de la ONU, “las mujeres rurales representan más de un tercio de la población mundial y el 43 por ciento de la mano de obra agrícola”, aunque “sufren de manera desproporcionada los múltiples aspectos de la pobreza y pese a ser tan productivas y buenas gestoras como sus homólogos masculinos, no disponen del mismo acceso a la tierra, créditos, materiales agrícolas, mercados o cadenas de productos cultivados de alto valor.
Tampoco disfrutan de un acceso equitativo a servicios públicos, como la educación y la asistencia sanitaria, ni a infraestructuras, como el agua y saneamiento”.
Las mujeres y las niñas rurales influyen de manera significativa en la agricultura, la seguridad alimentaria y la nutrición, la tierra y la gestión de los recursos naturales, así como en el trabajo no remunerado y de cuidado doméstico. Ellas son las más afectadas cuando los recursos naturales y la agricultura se ven amenazados. De hecho, a nivel mundial, una de cada tres mujeres empleadas trabaja en la agricultura. Las mujeres también recogen combustibles de biomasa, procesan manualmente materiales alimentarios y bombean agua; el 80 por ciento de los hogares sin servicio de agua corriente depende de las mujeres y las niñas en lo que a recolección de agua se refiere.
Con información de
Aire de Santa Fe