"Deuda pendiente": revelan el alarmante número de chicos que reciben castigos físicos en la Argentina
Jueves 20 de
Noviembre 2025

Surge un informe del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral
Es un número que alarma. Al menos uno de cada tres chicos en la Argentina es sometido a castigos físicos como forma de corrección y más del 50% ha sido objeto de agresiones verbales, según destaca un informe del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral. “La persistencia de prácticas violentas en la crianza plantea un desafío urgente para las políticas públicas y la sociedad en su conjunto”, señala el documento.
El reporte, elaborado por las investigadoras María Sol González, Victoria Bein y Lorena Bolzon, analiza cuatro dimensiones claves para el desarrollo infantil: hábitat, educación, salud y protección frente al maltrato. A partir de allí, traza una radiografía preocupante sobre las condiciones de vida de niños, niñas y adolescentes en la Argentina.
Uno de los datos más preocupantes del informe es que el 35,4% de los niños entre 1 y 14 años recibió castigo físico como método de disciplina, mientras que un 6,6% fue víctima de castigos físicos severos, como golpes con objetos o palizas. Estas cifras surgen de la Encuesta Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes (MICS 2019-2020), elaborada por Unicef y por el Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales (Siempro), hoy dentro de la órbita del Ministerio de Capital Humano. “Los números reflejan una realidad que vulnera gravemente los derechos consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño”, dice el documento.
También subraya que más del 50% de los niños fueron objeto de agresiones verbales y que solo el 30,6% recibe métodos de disciplina no violentos, como explicaciones o redirección de conducta.
En el trabajo, las investigadoras cruzaron los datos de aquella encuesta con datos más actuales. “La evidencia más reciente confirma que la violencia contra la infancia sigue siendo un problema estructural”, sostiene. Según datos de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD), en 2024 los niños, niñas y adolescentes representaron el 30% de los afectados en casos de violencia doméstica, con una tendencia creciente en los últimos años. Casi nueve de cada diez víctimas tenía vínculo familiar con el agresor y seis de cada diez padecía violencia diaria o semanal. Las formas más frecuentes fueron la violencia psicológica (más del 90%) y la física (entre el 34% y el 39%), seguidas por violencia simbólica, económica y sexual. El grupo más afectado fue el de 6 a 10 años, mientras que entre los adolescentes de 15 a 17 años se registró el 28% de las lesiones físicas constatadas.
Desde el Observatorio advierten: “El maltrato infantil no solo afecta el bienestar inmediato de los niños, sino que incrementa significativamente el riesgo de problemas de salud mental, ideación suicida y dificultades en el desarrollo emocional y cognitivo”. En este sentido, el informe destaca la urgencia de avanzar hacia una legislación específica que prohíba el castigo físico como forma de disciplina, y promueva entornos seguros, afectivos y respetuosos para la crianza.
En la Argentina, el castigo físico y el trato humillante contra los chicos están prohibidos por ley en todos los ámbitos, incluido el hogar. Esta prohibición se estableció con la reforma del Código Civil y Comercial de la Nación en 2015, que impide cualquier tipo de castigo corporal o maltrato que pueda causarles daño físico o psíquico. El artículo 647 del Código Civil establece que está prohibido todo tipo de castigo corporal, maltrato y cualquier acto que lesione o menoscabe física o psíquicamente a niños, niñas y adolescentes. La prohibición es absoluta e incluye tanto el ámbito familiar como otros entornos, por ejemplo, centros de acogida y el ámbito público.
El artículo 647 también establece que “los progenitores pueden solicitar el auxilio de los servicios de orientación a cargo de los organismos del Estado”. Sin embargo, ese tipo de servicios de orientación no existen en el ámbito público hasta el momento.
En el Código Civil anterior, existía un artículo, el 278, redactado en 1871, que habilitaba a los padres a aplicar castigos físicos “moderados” : “Los padres tienen la facultad de corregir o hacer corregir la conducta de sus hijos menores. El poder de corrección debe ejercerse moderadamente, debiendo quedar excluidos los malos tratos, castigos o actos que lesionen o menoscaben física o psíquicamente a los menores”, decía. Esto quedó absolutamente derogado con la reforma; sin embargo, no son pocos los especialistas que apuntan que sería necesaria una ley específica.
La aprobación de la llamada Ley Lucio Dupuy en 2023 resultó un avance significativo, ya que la norma busca prevenir la violencia y abusos en la infancia tras el asesinato del niño de 5 años a golpes en La Pampa, víctima de su madre y de la pareja de esta. La norma apunta a la obligatoriedad de docentes, médicos, funcionarios públicos y cualquier adulto que tome conocimiento de la situación, a denunciar el maltrato.
“Es importante atender al aumento constante de los niveles de violencia en niños, niñas y adolescentes, donde los agresores son en su mayoría, aunque no únicos, sus padres (OVD,2024). La persistencia de agresiones verbales y castigos físicos, incluyendo formas severas, señala la necesidad de intervenciones educativas y políticas públicas que promuevan alternativas efectivas y respetuosas para la educación infantil. Una deuda pendiente para la sociedad argentina que no cuenta con legislación en materia de maltrato infantil”, señala el informe de la Universidad Austral.
Un dato que figura en los relevamientos hechos por Unicef resulta relevante: el 95% de los adultos consultados cree que los chicos no deben ser castigados físicamente. Sin embargo, este número contrasta con lo que ocurre en la mayoría de los hogares. Hace cinco años, atento a esta situación, Unicef presentó “La guía práctica para evitar gritos, chirlos y estereotipos”, que se difundió en redes sociales, junto a la campaña de sensibilización llamada #FinALaViolencia.
La guía explica los distintos tipos de violencia vinculados con la crianza, para reconocerlos y poder descartarlos. También ofrece una orientación concreta para los padres sobre métodos alternativos a la violencia a la hora de intervenir positivamente en la conducta de sus hijos y lograr que cesen en actitudes o acciones que quieren evitar. Puede descargarse en la página de Unicef.
Algunos datos sobre la violencia
El reporte de la Universidad Austral detalla qué tipo de violencia sufren los niños y niñas argentinos y con qué frecuencia se producen estas situaciones.
- El 30,6% de los chicos consultados experimentaron métodos de corrección no violentos, como ser, se les quitó un privilegio; se les explicó el comportamiento erróneo; se les dio otra cosa que hacer.
- El 51,7% recibieron agresión verbal: se les gritó; se los/las llamó tontos/as, vagos/as o algún otro calificativo para denigrarlos.
- El 35,4% sufrieron castigo físico: los sacudieron; les pegaron un chirlo; les dieron una palmada en la mano, en el brazo o en la pierna.
- El 6,6% recibieron castigo severo: se los golpeó con un cinturón, una vara u otro objeto; les dieron una cachetada en la cara, los golpearon en la cabeza o les tiraron fuerte de las orejas; les dieron una paliza, les pegaron una y otra vez lo más fuerte que pudieron.
- El 59,4% recibieron cualquier método de castigo.
En los últimos cinco años, el grupo infantil más afectado por el maltrato fue el de 6 a 10 años. En general las mujeres afectadas por violencia superaran en número y proporción a los varones en casi todos los grupos de edad, a excepción del grupo de 0 a 10 años, donde los niños afectados fueron más que las niñas. En el comparativo del total de varones afectados, un promedio del 63% corresponde a niños y adolescentes de 0 a 17 años.
Un dato relevante es que entre 2018 y 2024 bajó casi un tercio el uso de castigo físico en la primera infancia, aunque se mantuvo en niveles similares en el resto de las edades. Ahora el grupo más afectado son los varones de 6 a 10 años. Ese número no descendió.
Según surge, de los datos analizados en las estadísticas de la OVD, casi nueve de cada diez niños, niñas y adolescentes afectados por situaciones de violencia tienen un vínculo familiar con las personas denunciadas y el 80% es un vínculo filial. Casi seis de cada diez chicos y chicas afectados padecen violencia de forma diaria o semanal.
El reporte, elaborado por las investigadoras María Sol González, Victoria Bein y Lorena Bolzon, analiza cuatro dimensiones claves para el desarrollo infantil: hábitat, educación, salud y protección frente al maltrato. A partir de allí, traza una radiografía preocupante sobre las condiciones de vida de niños, niñas y adolescentes en la Argentina.
Uno de los datos más preocupantes del informe es que el 35,4% de los niños entre 1 y 14 años recibió castigo físico como método de disciplina, mientras que un 6,6% fue víctima de castigos físicos severos, como golpes con objetos o palizas. Estas cifras surgen de la Encuesta Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes (MICS 2019-2020), elaborada por Unicef y por el Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales (Siempro), hoy dentro de la órbita del Ministerio de Capital Humano. “Los números reflejan una realidad que vulnera gravemente los derechos consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño”, dice el documento.
También subraya que más del 50% de los niños fueron objeto de agresiones verbales y que solo el 30,6% recibe métodos de disciplina no violentos, como explicaciones o redirección de conducta.
En el trabajo, las investigadoras cruzaron los datos de aquella encuesta con datos más actuales. “La evidencia más reciente confirma que la violencia contra la infancia sigue siendo un problema estructural”, sostiene. Según datos de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD), en 2024 los niños, niñas y adolescentes representaron el 30% de los afectados en casos de violencia doméstica, con una tendencia creciente en los últimos años. Casi nueve de cada diez víctimas tenía vínculo familiar con el agresor y seis de cada diez padecía violencia diaria o semanal. Las formas más frecuentes fueron la violencia psicológica (más del 90%) y la física (entre el 34% y el 39%), seguidas por violencia simbólica, económica y sexual. El grupo más afectado fue el de 6 a 10 años, mientras que entre los adolescentes de 15 a 17 años se registró el 28% de las lesiones físicas constatadas.
Desde el Observatorio advierten: “El maltrato infantil no solo afecta el bienestar inmediato de los niños, sino que incrementa significativamente el riesgo de problemas de salud mental, ideación suicida y dificultades en el desarrollo emocional y cognitivo”. En este sentido, el informe destaca la urgencia de avanzar hacia una legislación específica que prohíba el castigo físico como forma de disciplina, y promueva entornos seguros, afectivos y respetuosos para la crianza.
En la Argentina, el castigo físico y el trato humillante contra los chicos están prohibidos por ley en todos los ámbitos, incluido el hogar. Esta prohibición se estableció con la reforma del Código Civil y Comercial de la Nación en 2015, que impide cualquier tipo de castigo corporal o maltrato que pueda causarles daño físico o psíquico. El artículo 647 del Código Civil establece que está prohibido todo tipo de castigo corporal, maltrato y cualquier acto que lesione o menoscabe física o psíquicamente a niños, niñas y adolescentes. La prohibición es absoluta e incluye tanto el ámbito familiar como otros entornos, por ejemplo, centros de acogida y el ámbito público.
El artículo 647 también establece que “los progenitores pueden solicitar el auxilio de los servicios de orientación a cargo de los organismos del Estado”. Sin embargo, ese tipo de servicios de orientación no existen en el ámbito público hasta el momento.
En el Código Civil anterior, existía un artículo, el 278, redactado en 1871, que habilitaba a los padres a aplicar castigos físicos “moderados” : “Los padres tienen la facultad de corregir o hacer corregir la conducta de sus hijos menores. El poder de corrección debe ejercerse moderadamente, debiendo quedar excluidos los malos tratos, castigos o actos que lesionen o menoscaben física o psíquicamente a los menores”, decía. Esto quedó absolutamente derogado con la reforma; sin embargo, no son pocos los especialistas que apuntan que sería necesaria una ley específica.
La aprobación de la llamada Ley Lucio Dupuy en 2023 resultó un avance significativo, ya que la norma busca prevenir la violencia y abusos en la infancia tras el asesinato del niño de 5 años a golpes en La Pampa, víctima de su madre y de la pareja de esta. La norma apunta a la obligatoriedad de docentes, médicos, funcionarios públicos y cualquier adulto que tome conocimiento de la situación, a denunciar el maltrato.
“Es importante atender al aumento constante de los niveles de violencia en niños, niñas y adolescentes, donde los agresores son en su mayoría, aunque no únicos, sus padres (OVD,2024). La persistencia de agresiones verbales y castigos físicos, incluyendo formas severas, señala la necesidad de intervenciones educativas y políticas públicas que promuevan alternativas efectivas y respetuosas para la educación infantil. Una deuda pendiente para la sociedad argentina que no cuenta con legislación en materia de maltrato infantil”, señala el informe de la Universidad Austral.
Un dato que figura en los relevamientos hechos por Unicef resulta relevante: el 95% de los adultos consultados cree que los chicos no deben ser castigados físicamente. Sin embargo, este número contrasta con lo que ocurre en la mayoría de los hogares. Hace cinco años, atento a esta situación, Unicef presentó “La guía práctica para evitar gritos, chirlos y estereotipos”, que se difundió en redes sociales, junto a la campaña de sensibilización llamada #FinALaViolencia.
La guía explica los distintos tipos de violencia vinculados con la crianza, para reconocerlos y poder descartarlos. También ofrece una orientación concreta para los padres sobre métodos alternativos a la violencia a la hora de intervenir positivamente en la conducta de sus hijos y lograr que cesen en actitudes o acciones que quieren evitar. Puede descargarse en la página de Unicef.
Algunos datos sobre la violencia
El reporte de la Universidad Austral detalla qué tipo de violencia sufren los niños y niñas argentinos y con qué frecuencia se producen estas situaciones.
Según los datos que se presentan:
- El 30,6% de los chicos consultados experimentaron métodos de corrección no violentos, como ser, se les quitó un privilegio; se les explicó el comportamiento erróneo; se les dio otra cosa que hacer.
- El 51,7% recibieron agresión verbal: se les gritó; se los/las llamó tontos/as, vagos/as o algún otro calificativo para denigrarlos.
- El 35,4% sufrieron castigo físico: los sacudieron; les pegaron un chirlo; les dieron una palmada en la mano, en el brazo o en la pierna.
- El 6,6% recibieron castigo severo: se los golpeó con un cinturón, una vara u otro objeto; les dieron una cachetada en la cara, los golpearon en la cabeza o les tiraron fuerte de las orejas; les dieron una paliza, les pegaron una y otra vez lo más fuerte que pudieron.
- El 59,4% recibieron cualquier método de castigo.
En los últimos cinco años, el grupo infantil más afectado por el maltrato fue el de 6 a 10 años. En general las mujeres afectadas por violencia superaran en número y proporción a los varones en casi todos los grupos de edad, a excepción del grupo de 0 a 10 años, donde los niños afectados fueron más que las niñas. En el comparativo del total de varones afectados, un promedio del 63% corresponde a niños y adolescentes de 0 a 17 años.
Un dato relevante es que entre 2018 y 2024 bajó casi un tercio el uso de castigo físico en la primera infancia, aunque se mantuvo en niveles similares en el resto de las edades. Ahora el grupo más afectado son los varones de 6 a 10 años. Ese número no descendió.
Según surge, de los datos analizados en las estadísticas de la OVD, casi nueve de cada diez niños, niñas y adolescentes afectados por situaciones de violencia tienen un vínculo familiar con las personas denunciadas y el 80% es un vínculo filial. Casi seis de cada diez chicos y chicas afectados padecen violencia de forma diaria o semanal.
Con información de
La Nación
"Deuda pendiente": revelan el alarmante número de chicos que reciben castigos físicos en la Argentina
Surge un informe del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral
El Gobierno modificó la Ley de Ministerios: Scioli pasa a la órbita de Adorni y Renaper queda bajo el control de Santilli
El Ejecutivo publicó este jueves el Decreto 825/2025 en el Boletín Oficial
La inflación se mantendría firme arriba de 2% en noviembre y el Banco Central opta por no emitir para comprar dólares
La tendencia alcista se mantiene ya hace seis meses, luego del piso registrado en mayo. Los últimos números divulgados por el Indec hicieron que el BCRA decida ir más lento con el plan para remonetizar la economía

Suscribite!
Y recibí las noticias más importantes!
Y recibí las noticias más importantes!
NOTA22.COM
Carlos Renna - Maxi Romero
LO MÁS VISTO
La brújula de la justicia: El rol central del debido proceso en el Derecho Penal. Dr. Carlos D. Renna
Una brújula es un instrumento que se utiliza para la orientación y la navegación. Su característica principal es que utiliza una aguja imantada que siempre señala el norte magnético terrestre. En el derecho se podría asimilar a los principios fundamentales para el proceso justo y legal.
La UDA de la provincia de Santa Fe expresó en un comunicado que "el Gobierno cree que los docentes somos responsables de la dura derrota electoral del 26 de octubre y, en consecuencia, resolvió castigar al sector otorgando de manera unilateral un aumento de miseria".
La distinción entre ambas figuras impacta en derechos laborales, remuneraciones y organización de actividades, por lo que conocer el estatus exacto resulta clave para planificar viajes, reuniones o actividades familiares
Es sabido que la manipulación -manejo, maniobra y administración- es una acción orquestada previamente, en la que una persona o varias influyen en otra de manera estratégica, importante o transcendental, para obtener un resultado determinado, muchas veces, sin que la otra persona sea plenamente consciente de ello, ya que existe credibilidad en el medio comunicacional como una forma de seguimiento en nuestras vidas desde hace tiempo. No obstante, debe quedar claro, que la credibilidad es sinónimo de fe, y no creer que por salir en un servicio público de comunicación lo dicho allí es cierto.





