ROSARIO
Lo mataron desde un auto mientras sacaba cereal de un camión
Jueves 12 de
Marzo 2020
Alejandro Vallejos tenía 25 años y recolectaba maíz de un camión atascado en un embotellamiento. Desde un vehículo alguien le pegó un tiro.
Ayer a la tarde la avenida de Circunvalación fue un caos. Mientras un camión con carne congelada estaba tumbado a la altura de bulevar Oroño, otro vehículo pesado permanecía con las boquillas abiertas sobre el puente del arroyo Saladillo mientras varios vecinos sacaban cereal con palas. Unas horas después, Las Flores parecía un pueblo rural con montículos de trigo en cada bocacalle y niños corriendo entre los pasajes con bolsitas de trigo. Entre quienes paleaban semillas y la cargaban a una carretilla estaba Alejandro Vallejos, de 25 años. Entonces apareció un "auto rojo, un Volkswagen Gol o un Corsa, y el ocupante le disparó y le pegó un tiro en el pecho". El muchacho fue llevado cerca de las 15 al Hospital Roque Sáenz Peña donde murió. Sobre los hechos hay dos versiones: los amigos de la víctima sostienen que el auto "salio de la nada y el que iba, que parecía policía, le tiró al pibe"; otra versión la dio un oficial de policía y sostiene que "un hombre en un auto rojo intentó desviarse de la autopista y terminó en una calle interna del barrio Las Flores. Allí quisieron robarle y el hombre le disparó a Vallejos".
Para más confusión, el cuerpo de la víctima apareció en tirado en Flor de Nácar y Platón, a pocas cuadras de donde estaba parado el camión con cereal. Allí vive un hermano de Vallejos, a quien alguien llevó hasta allí en un caballo. "Lo trajo un pibe a caballo y lo dejó ahí, en la puerta. Le avisamos al padre y lo llevaron al hospital", dijo una vecina.
El padre de Vallejos llegó al Hospital Sáenz Peña en un Ford Focus cuando los médicos de guardia habían diagnosticado una "herida de arma de fuego en la parte superior del hemitórax izquierdo" y el joven se encontraba en grave estado. Según consta en el registro médico, Vallejos murió a las 15.11 de ayer.
Tránsito cortado
La tarde del miércoles fue muy complicada en la zona sur. Al mediodía, en Circunvalación y bulevar Oroño un camión cargado con carne volcó por un desperfecto mecánico y varios vecinos se acercaron para tratar de llevarse las medias reses. Para evitar el saqueo arribaron tropas de Gendarmería, Prefectura, Policía Aeroportuaria y agentes de la fuerza provincial. Entonces algunos vecinos comenzaron a tirar piedras para avanzar hacia el camión y los uniformados respondieron con gases y balas de goma. Alrededor de las 16, algunos manifestantes atacaron una camioneta de Gendarmería con una barra de hierro y también fueron por los móviles de prensa, a los que les rompieron las lunetas y ventanillas (ver página 7).
A pocos metros de allí, y sobre el puente del arroyo Saladillo, un camión cerealero que tuvo que detener su marcha por la larga fila de vehículos que esperaban que se habilite el paso, fue atacado por varias personas que le abrieron las boquillas. Así unos cuantos kilos de cereal se derramaron sobre el asfalto y un importante número de vecinos en carros, carretillas, bolsas de arpillera, bolsas de plástico y cajas empezaron a cargar las semillas.
Algunos automovilistas intentaron evadir esos disturbios y sobre todo el corte de la Circunvalación. Una de las versiones de la muerte de Vallejos sostiene que uno de esos vehículos terminó a pocos metros de dónde el muchacho juntaba cereal y que, ante la oportunidad, intentó romperle la ventanilla con la pala que usaba para recolectar trigo, pero desde adentro del auto efectuaron un disparo que le dio de lleno en el pecho.
A caballo hasta la casa
La otra versión, la del auto desconocido que "apareció de la nada" la cuenta un amigo de Vallejos. "No le quiso robar a nadie. Estábamos juntando cereal y por ahí apareció este auto rojo. El que tiró parecía policía porque estaba vestido de negro. Vimos que se cortó la cara con los vidrios cuando el balazo le rompió la ventanilla. El pibe tenía un agujero así en el pecho", lo dijo usando los dedos pulgar e índice hasta formar una circunferencia. A Vallejos lo cargaron en un caballo y lo dejaron en la casa de su hermano.
Los amigos aseguran que ahí, cerca del arroyo, no hay cámaras de videovigilancia. Pero que si quieren se puede saber quién disparó. "Se puede seguir el auto por dónde vino y cómo se fue. Cuando le tiró al «Ale» llegaron otros dos autos a ayudarlo a irse al del auto rojo", cuentan.
Según informes oficiales, Vallejos tenía en su haber algunos antecedentes entre 2017 y 2018 por abuso de armas, tentativa de hurto y tentativa de robo además de un tiroteo con la policía el 20 de noviembre pasado.
Sus vecinos, gente humilde del barrio Las Flores, aseguran que "siempre vivió en el pasaje Cala, le decíamos «Huevo de barro» y se crió acá junto a su familia. Era un buen pibe que se ganaba la vida cirujeando, como todos acá. Tenía un hijo pero no estaba casado."
Para más confusión, el cuerpo de la víctima apareció en tirado en Flor de Nácar y Platón, a pocas cuadras de donde estaba parado el camión con cereal. Allí vive un hermano de Vallejos, a quien alguien llevó hasta allí en un caballo. "Lo trajo un pibe a caballo y lo dejó ahí, en la puerta. Le avisamos al padre y lo llevaron al hospital", dijo una vecina.
El padre de Vallejos llegó al Hospital Sáenz Peña en un Ford Focus cuando los médicos de guardia habían diagnosticado una "herida de arma de fuego en la parte superior del hemitórax izquierdo" y el joven se encontraba en grave estado. Según consta en el registro médico, Vallejos murió a las 15.11 de ayer.
Tránsito cortado
La tarde del miércoles fue muy complicada en la zona sur. Al mediodía, en Circunvalación y bulevar Oroño un camión cargado con carne volcó por un desperfecto mecánico y varios vecinos se acercaron para tratar de llevarse las medias reses. Para evitar el saqueo arribaron tropas de Gendarmería, Prefectura, Policía Aeroportuaria y agentes de la fuerza provincial. Entonces algunos vecinos comenzaron a tirar piedras para avanzar hacia el camión y los uniformados respondieron con gases y balas de goma. Alrededor de las 16, algunos manifestantes atacaron una camioneta de Gendarmería con una barra de hierro y también fueron por los móviles de prensa, a los que les rompieron las lunetas y ventanillas (ver página 7).
A pocos metros de allí, y sobre el puente del arroyo Saladillo, un camión cerealero que tuvo que detener su marcha por la larga fila de vehículos que esperaban que se habilite el paso, fue atacado por varias personas que le abrieron las boquillas. Así unos cuantos kilos de cereal se derramaron sobre el asfalto y un importante número de vecinos en carros, carretillas, bolsas de arpillera, bolsas de plástico y cajas empezaron a cargar las semillas.
Algunos automovilistas intentaron evadir esos disturbios y sobre todo el corte de la Circunvalación. Una de las versiones de la muerte de Vallejos sostiene que uno de esos vehículos terminó a pocos metros de dónde el muchacho juntaba cereal y que, ante la oportunidad, intentó romperle la ventanilla con la pala que usaba para recolectar trigo, pero desde adentro del auto efectuaron un disparo que le dio de lleno en el pecho.
A caballo hasta la casa
La otra versión, la del auto desconocido que "apareció de la nada" la cuenta un amigo de Vallejos. "No le quiso robar a nadie. Estábamos juntando cereal y por ahí apareció este auto rojo. El que tiró parecía policía porque estaba vestido de negro. Vimos que se cortó la cara con los vidrios cuando el balazo le rompió la ventanilla. El pibe tenía un agujero así en el pecho", lo dijo usando los dedos pulgar e índice hasta formar una circunferencia. A Vallejos lo cargaron en un caballo y lo dejaron en la casa de su hermano.
Los amigos aseguran que ahí, cerca del arroyo, no hay cámaras de videovigilancia. Pero que si quieren se puede saber quién disparó. "Se puede seguir el auto por dónde vino y cómo se fue. Cuando le tiró al «Ale» llegaron otros dos autos a ayudarlo a irse al del auto rojo", cuentan.
Según informes oficiales, Vallejos tenía en su haber algunos antecedentes entre 2017 y 2018 por abuso de armas, tentativa de hurto y tentativa de robo además de un tiroteo con la policía el 20 de noviembre pasado.
Sus vecinos, gente humilde del barrio Las Flores, aseguran que "siempre vivió en el pasaje Cala, le decíamos «Huevo de barro» y se crió acá junto a su familia. Era un buen pibe que se ganaba la vida cirujeando, como todos acá. Tenía un hijo pero no estaba casado."
Con información de
La Capital
