El principio de congruencia en el proceso penal
Por:
Dr. Carlos D. Renna Exjuez de Cámara Penal
Jueves 02 de
Octubre 2025

El principio de congruencia en el proceso penal acusatorio, es una garantía fundamental, esencial y primordial que exige una correlación y coherencia entre la acusación (o imputación) y la sentencia o fallo judicial. También denominado principio de correspondencia.
En el artículo 335 del Código Procesal Penal Santafesino, dice: “Al dictar sentencia el Tribunal nunca podrá apartarse del hecho contenido en la acusación o sus ampliaciones, ni aplicar sanciones mas graves que las peticionadas”.
En términos sencillos, significa que el juez o tribunal solo puede fallar (condenar o absolver) sobre: 1.- Los hechos (congruencia fáctica): La sentencia debe basarse en los mismos hechos y circunstancias que fueron descritos en la imputación y la acusación y que, por lo tanto, fueron objeto de debate durante el juicio. El juez no puede introducir hechos nuevos o distintos que sean perjudiciales para el acusado y sobre los cuales este no tuvo oportunidad de defenderse adecuadamente. Tampoco puede fundamentar el fallo en hechos fácticos que exceden por ser anteriores o posteriores a la temporalidad prevista en la imputación y la acusación. Todo ello, bajo sanción de nulidad. Esto, porque, aunque se hayan mencionado entre la prueba hechos anteriores o posteriores al tiempo referido en la acusación -que cierra la temporalidad del litigio- estos eventos fácticos quedan fuera del área temporal de la acusación, fuera del tiempo de litigio a resolver. No pueden ser parte de los fundamentos porque ellos quedan fuera del plazo previsto en la plataforma fáctica, además de la desprolijidad que significa querer probar un ilícito con prueba que excede la temporalidad seleccionada por el acusador.
También se considera violación de la “Congruencia Fáctica” (Imposición de un "Hecho Sorpresa"). El caso más claro de violación del principio es cuando el juez introduce en la sentencia un hecho nuevo o una circunstancia agravante no mencionada en la acusación, sobre la que el acusado no pudo defenderse. Es nulo el fallo judicial porque se ha introducido un sustrato fáctico distinto que altera la esencia de la imputación inicial y, por ende, el ejercicio del derecho de defensa. El hecho sorpresa también altera la congruencia cuando excede la “temporalidad” establecida en la plataforma fáctica de la acusación.
2.- La persona (congruencia personal): Debe haber identidad entre la persona acusada y la persona a la que se refiere la sentencia. Es absolutamente nulo que se impute y acuse a una persona por un hecho en el proceso penal y luego se condene a otra que no estaba imputada.
3.- La calificación jurídica (congruencia jurídica): Como regla general, debe haber correlación entre el delito por el que se acusó y el delito por el que se condena. Sin embargo, en muchos sistemas penales se permite al juez cambiar la calificación jurídica del delito (aplicar un tipo penal distinto) si se mantienen los hechos básicos de la acusación, y si el nuevo delito no es de mayor gravedad o, en algunos casos, siempre que se respete el derecho de defensa del acusado.
En resumen, la congruencia es un límite al poder de decisión del juzgador y una extensión del derecho de defensa y del debido proceso. Busca evitar que el acusado sea condenado por algo de lo que no fue formalmente acusado, garantizando que el debate y la defensa se centren en un marco fáctico y personal claramente definido desde el inicio incluyendo la temporalidad referida en la acusación.
La jurisprudencia sobre el principio de congruencia en el proceso penal es muy abundante en los tribunales superiores de cada país (Cortes Supremas, Tribunales Constitucionales o Cortes de Casación), ya que es una garantía fundamental vinculada al derecho de defensa. Los casos más relevantes y recurrentes giran en torno a las distinciones entre congruencia fáctica (los hechos) y congruencia jurídica (la calificación legal).
En términos sencillos, significa que el juez o tribunal solo puede fallar (condenar o absolver) sobre: 1.- Los hechos (congruencia fáctica): La sentencia debe basarse en los mismos hechos y circunstancias que fueron descritos en la imputación y la acusación y que, por lo tanto, fueron objeto de debate durante el juicio. El juez no puede introducir hechos nuevos o distintos que sean perjudiciales para el acusado y sobre los cuales este no tuvo oportunidad de defenderse adecuadamente. Tampoco puede fundamentar el fallo en hechos fácticos que exceden por ser anteriores o posteriores a la temporalidad prevista en la imputación y la acusación. Todo ello, bajo sanción de nulidad. Esto, porque, aunque se hayan mencionado entre la prueba hechos anteriores o posteriores al tiempo referido en la acusación -que cierra la temporalidad del litigio- estos eventos fácticos quedan fuera del área temporal de la acusación, fuera del tiempo de litigio a resolver. No pueden ser parte de los fundamentos porque ellos quedan fuera del plazo previsto en la plataforma fáctica, además de la desprolijidad que significa querer probar un ilícito con prueba que excede la temporalidad seleccionada por el acusador.
También se considera violación de la “Congruencia Fáctica” (Imposición de un "Hecho Sorpresa"). El caso más claro de violación del principio es cuando el juez introduce en la sentencia un hecho nuevo o una circunstancia agravante no mencionada en la acusación, sobre la que el acusado no pudo defenderse. Es nulo el fallo judicial porque se ha introducido un sustrato fáctico distinto que altera la esencia de la imputación inicial y, por ende, el ejercicio del derecho de defensa. El hecho sorpresa también altera la congruencia cuando excede la “temporalidad” establecida en la plataforma fáctica de la acusación.
2.- La persona (congruencia personal): Debe haber identidad entre la persona acusada y la persona a la que se refiere la sentencia. Es absolutamente nulo que se impute y acuse a una persona por un hecho en el proceso penal y luego se condene a otra que no estaba imputada.
3.- La calificación jurídica (congruencia jurídica): Como regla general, debe haber correlación entre el delito por el que se acusó y el delito por el que se condena. Sin embargo, en muchos sistemas penales se permite al juez cambiar la calificación jurídica del delito (aplicar un tipo penal distinto) si se mantienen los hechos básicos de la acusación, y si el nuevo delito no es de mayor gravedad o, en algunos casos, siempre que se respete el derecho de defensa del acusado.
En resumen, la congruencia es un límite al poder de decisión del juzgador y una extensión del derecho de defensa y del debido proceso. Busca evitar que el acusado sea condenado por algo de lo que no fue formalmente acusado, garantizando que el debate y la defensa se centren en un marco fáctico y personal claramente definido desde el inicio incluyendo la temporalidad referida en la acusación.
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